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Cirsa tiene prestados más de 15 millones a bares para instalar sus máquinas tragaperras

La compañía de juego, que sale hoy a Bolsa, tiene provisionada el 22% de esa cantidad ante posibles impagos

Javier García Ropero

Cirsa acomete hoy su debut bursátil, el segundo del año en el parqué español tras el de HBX en febrero pasado. Lo hace a un precio de 15 euros por acción y con una valoración empresarial de 2.650 millones, tras un periodo de colocación en el que ha comprobado el apetito que despierta entre los inversores.

A partir de ahora habrá que ver la respuesta del mercado hacia un valor que opera en un sector, el del juego, con ciertas particularidades, y cuya última empresa cotizada en España, Codere, no dejó el mejor recuerdo.

Ejemplo de esas particularidades es la exposición de Cirsa al negocio de las máquinas tragaperras, ubicadas mayoritariamente en bares, restaurantes o cafeterías y que, de hecho, fueron el germen de la empresa cuando Manuel Lao, su fundador, la puso en marcha a finales de la década de los años 70.

Como muestra el folleto de emisión entregado a la CNMV, el negocio de máquinas español representó en 2024 cerca del 20% de los ingresos totales del grupo, con más de 400 millones de euros. A 31 de marzo de este año, la compañía contaba con 25.395 máquinas de este tipo instaladas en 16.679 establecimientos, “principalmente en bares”. En ellas tenía depositados 51,2 millones de euros en efectivo al cierre del mes de marzo.

El folleto de emisión aporta detalles sobre cómo Cirsa opera en este segmento, y cuál es la relación con los clientes de estas máquinas de “tipo B”, como se conocen en la jerga, que permiten acceder a un premio máximo de 500 euros por apuesta.

Estos son, mayoritariamente, bares, cafeterías y restaurantes, a los que la red comercial de Cirsa ofrece instalar algunas de sus máquinas. “Celebramos contratos con los propietarios (normalmente, bares) en virtud de los cuales estos nos otorgan el derecho a colocar una o más máquinas tragamonedas en su establecimiento por un período de hasta cinco años”, detalla el folleto. “Estas máquinas suelen ser una de las fuentes de ingresos más importantes para un propietario de un local“, añade.

Para convencer a un bar de instalar una máquina tragaperras, Cirsa reconoce que concede “préstamos sin intereses” y pagos en efectivo para “incentivar a los propietarios a firmar o renovar los contratos”. Por ejemplo, la empresa paga al bar la inversión de acceso, a cambio de una exclusividad de cinco años. A cierre de 2024, la tasa de renovación de esos contratos estaba en el 90%.

Como resultado de esa política de incentivos, Cirsa tenía clasificados a 31 de diciembre de 2024 un total de 15,5 millones de euros en concepto de préstamos a los bares, entre lo que incluye también las aportaciones que hace para la decoración u otro tipo de equipamiento de los locales. Además, la compañía de juego tenía provisionados 3,5 millones contra estos préstamos ante posibles impagos, el 22% del total. La compañía establece un plazo de 11 meses para la devolución de esos préstamos, a través de los ingresos que el propietario del bar empieza a generar a través de la máquina. En el balance, Cirsa clasifica estos préstamos como cuentas a cobrar.

El documento entregado a la CNMV desgrana cómo es el reparto de beneficios entre las partes. Por cada euro que entra en una máquina, hasta un 70% de media vuelve al jugador, y la cantidad restante, la ganancia neta, es dividida entre el bar y la empresa. El primero recibe un máximo del 50%, y Cirsa, un mínimo del 50%.

“Instalamos, mantenemos y reparamos las máquinas tragamonedas, recaudamos las cantidades correspondientes y pagamos los impuestos. También nos aseguramos de que cada máquina cumpla con las leyes y normativas regionales y nacionales y, cuando es necesario, emitimos avales bancarios”, añade la empresa.

Cirsa explica además que, en un 25% de las máquinas que tiene instaladas, la relación comercial con el bar donde están instaladas la acomete de manera indirecta, puesto que la confía a suboperadores que ha adquirido previamente, y que mantenían una relación estrecha con ese establecimiento.

La compañía refleja en el folleto su predisposición a seguir acometiendo adquisiciones en el mercado de las máquinas tragaperras. El gasto medio que realizó cada año en la compra de máquinas y equipamientos, entre el 1 de enero de 2022 y el 31 de diciembre de 2024, fue de casi 11 millones de euros. Cirsa también tiene actividad de fabricación de máquinas, que son ensambladas en España, pero cuyos componentes son fabricados en China, Corea del Sur o Japón, entre otros países.

Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.
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