Las tres empresas que ya son más solventes que el Tesoro de Estados Unidos
La deuda federal ha perdido la máxima calificación crediticia por parte de las tres grandes agencias tras la rebaja de Moody’s


La agencia Moody’s rebajó el viernes la calificación de solvencia de Estados Unidos por el elevado déficit y la creciente deuda pública, que se halla en una trayectoria insostenible. La errática política económica y comercial del presidente, Donald Trump, ha debilitado la economía estadounidense, que ya atravesaba una crisis fiscal. Además, las medidas propuestas por el Partido Republicano, especialmente su gran ley de rebaja de impuestos, no servirán para encauzar el problema. Estados Unidos ya perdió la triple A por parte de las otras dos grandes agencias de calificación: Standard & Poor’s, en 2011, y Fitch, en 2023. Sin embargo, hay tres compañías no finaniceras estadounidenses que mantienen la máxima calificación por parte de alguna de esas agencias.
Los bonos del Tesoro son normalmente el refugio más seguro, la inversión con una mayor calificación. Con frecuencia, la nota de la deuda pública sirve para imponer un techo a la que reciben las empresas privadas de ese mismo país. En el caso de España, por ejemplo, las empresas pueden lograr una calificación superior a la del Tesoro, pero ninguna puede lograr la máxima nota de Moody’s. En su informe del viernes, sin embargo, Moody’s mantuvo como calificación máxima para los emisores privados de deuda de Estados Unidos la de máxima solvencia: Aaa.
“Los límites máximos a largo plazo en moneda local y extranjera de Estados Unidos se mantienen en Aaa”, señaló la agencia en su informe. “El límite máximo en moneda local Aaa refleja la escasa intervención del Gobierno en la economía y el riesgo extremadamente bajo de crisis monetarias y de balanza de pagos. El límite máximo en moneda extranjera Aaa refleja la gran eficacia de las políticas del país y una cuenta de capital abierta, lo que reduce los riesgos de transferencia y convertibilidad”, añadió.
S&P y Fitch también mantienen abierta la puerta a conceder sus AAA a las empresas que consideren más solventes que el propio Tesoro de Estados Unidos. Hay tres compañías del país que tienen la máxima calificación por parte de alguna de las grandes agencias: Microsoft, Apple y Johnson & Johnson. Ni siquiera el conglomerado de Warren Buffett, Berkshire Hathaway, con cerca de 350.000 millones de dólares en caja, logra la matrícula de honor.
Standard & Poor’s puso bajo revisión la nota de Johnson & Johnson en enero para una posible rebaja tras la compra de Intra-Cellular Therapies por 14.600 millones de dólares. Sin embargo, el mes pasado confirmó la máxima calificación para la empresa farmacéutica que dirige el español Joaquín Duato, citando las “políticas financieras muy conservadoras” de la empresa. Las divisiones de J&J que desarrollan nuevos tratamientos para enfermedades y tecnología médica han generado un crecimiento constante de las ventas, mientras que la posibilidad de que la empresa tenga que hacer frente a grandes desembolsos por las demandas relacionadas con el talco se han reducido, según S&P.
Johnson & Johnson ha sido capaz de aumentar su dividendo durante 63 años consecutivos, incluso en los ejercicios en que los beneficios cayeron o en que la empresa contabilizó pérdidas. La compañía mantiene la máxima nota desde 1987.
Dos grandes tecnológicas
Microsoft, por su parte, entró en el club de la triple A en 2008, poco después de que United Parcel Service (UPS) lo abandonase. Por entonces, también tenían la máxima calificación de S&P la petrolera Exxon, la farmacéutica Pfizer, el conglomerado General Electric y la tecnológica ADP, que la fueron perdiendo al debilitarse sus finanzas. Hace unas décadas, decenas de compañías estadounidenses tenían la máxima calificación.
Microsoft tiene deuda por importe de unos 40.000 millones de dólares, pero tiene caja, equivalentes de caja e inversiones financieras a corto plazo por importe de casi 80.000 millones de dólares. Genera fuertes beneficios y flujos de caja con su negocio de software y de computación en la nube, entre otros. Ni siquiera la compra de Activision por 69.000 millones de dólares, la mayor de su historia, puso en peligro su calificación
Johnson & Johnson y Microsoft son las únicas dos compañías que tienen la triple A tanto de Standard & Poor’s como de Fitch y de Moody’s. Apple solo tiene la máxima calificación por parte de Moody’s, que se la concedió en diciembre de 2021. “El sólido perfil empresarial de Apple refleja su considerable escala operativa, su amplia base instalada de productos y usuarios de sus servicios, la fuerte lealtad de sus clientes y el posicionamiento de su marca premium”, afirmó la agencia de calificación al concederle la matrícula de honor, que ha mantenido desde entonces.
El gigante tecnológico tiene un balance muy sólido y genera fuertes beneficios. Su deuda era a cierre del primer trimestre de 2025 de unos 92.000 millones de dólares, inferior a sus beneficios anuales. Además, la empresa contaba con 28.162 millones de dólares en caja y equivalentes y otros 20.336 millones en inversiones a corto plazo.
Una menor calificación de solvencia suele llevar a los inversores a exigir tipos de interés más altos como consecuencia del mayor riesgo asumido. En el caso de Estados Unidos, la rebaja de calificación tiene algún efecto, pero la situación de sus cuentas públicas es muy conocida y otros factores como las expectativas de tipos de interés a corto y medio plazo o la evolución de la economía son factores clave para la rentabilidad exigida a los bonos del Tesoro.
Moody’s rebajó el viernes la calificación de emisor a largo plazo y la calificación senior no garantizada del Gobierno de Estados Unidos de Aaa a Aa1 y cambió la perspectiva de negativa a estable. “Esta rebaja de un escalón en nuestra escala de 21 niveles refleja el aumento, durante más de una década, de la deuda pública y los ratios de pago de intereses hasta niveles significativamente superiores a los de otros soberanos con calificaciones similares”, indicó la agencia en un comunicado.
“No creemos que las propuestas fiscales que se están estudiando actualmente den lugar a reducciones significativas del gasto obligatorio y los déficits durante varios años”, añadió en referencia a los planes presupuestarios de los republicanos. “Durante la próxima década, esperamos déficits más elevados, ya que el gasto en prestaciones sociales aumentará, mientras que los ingresos públicos se mantendrán prácticamente estables. A su vez, los déficits fiscales elevados y persistentes aumentarán la deuda y la carga de los intereses del Gobierno. Es probable que los resultados fiscales de Estados Unidos se deterioren en relación con su propio historial y en comparación con otros soberanos con alta calificación”, argumentó Moody’s.
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