Iryo niega ser causante del cierre de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla en contra de un informe de Adif y la versión de Renfe
La operadora reitera que su tren retenido en La Sagra (Toledo) el pasado domingo no enganchó la catenaria sino que los cables estaban ya desprendidos cuando intentó reiniciar la marcha
La operadora de alta velocidad Iryo se ha visto en el ojo del huracán de la crisis ferroviaria del pasado domingo, que aún saltó a la mañana del lunes con el cierre de la línea Madrid-Sevilla, y ha activado sus defensas. El presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, explicó que la caída de ese corredor no solo se debió al robo de cable detectado sobre las 17.45 de la tarde en cinco puntos entre las localidades de Manzaneque y Los Yébenes, en la provincia de Toledo. Fernández Heredia desveló que un tren de su competidor Iryo tuvo un “enganchón arrastrando la catenaria” a la altura de La Sagra (Toledo) a las 21.45 horas del domingo.
Con las cajas de seguridad vandalizadas en un tramo de 12 kilómetros para sustraer 300 metros de cable, los trenes podían avanzar aún en esa zona con la velocidad limitada y estimándose retrasos de unos 60 minutos, pero el posterior incidente de la catenaria provocó el cierre. Iryo ha sometido su tren 6208 a inspección, contando con técnicos del mantenedor Hitachi, y concluye “de forma clara” que tanto el pantógrafo (elemento del tren que conecta con los cables de la catenaria para recibir alimentación eléctrica) como el resto de elementos “se encuentran en perfecto estado”. Esta evaluación, se afirma desde la compañía, “acredita que no hay ningún indicio que presuponga cualquier tipo de problema eléctrico ni daño físico originado por el convoy”.
Frente al informe técnico de Iryo, hay otro de Adif con una versión opuesta, según ha revelado esta mañana el ministro de Transportes, Óscar Puente. “Cuando hay eventos que afectan a la catenaria, las operadoras suelen emitir comunicados eludiendo responsabilidades, porque estas tienen consecuencias económicas”, ha declarado el ministro ante la prensa, “el informe de Adif es bastante claro y este tema se esclarecerá”. Puente concede a Iryo que el supuesto enganchón habría respondido a una parada previa del tren causada por el robo de cable.
Minuto a minuto
A las 21.26 horas del domingo, el tren 6208 se encontraba detenido en La Sagra, según Iryo, “como consecuencia de una parada técnica motivada por problemas vinculados al robo de cable en los equipos de vía”. El tren estuvo a la espera de instrucciones del Centro de Regulación de Circulación (CRC) de Adif para reiniciar la marcha.
Pasados 13 minutos y con el convoy detenido, a las 21.39 horas la máquina registró “la ausencia de tensión, sin ningún tipo de perturbación u otros eventos”. El maquinista notificó la incidencia tanto a Adif como a la sala de control de Iryo, y el CRC le autorizó a bajar a la vía. Fue cuando constató visualmente “que un tramo de la catenaria se encontraba sobre el convoy, llegando incluso a tocar el suelo”.
El tren varado, ha precisado Renfe, precisó el transbordo de los pasajeros, su remolque y la reparación de la infraestructura para poder reanudar la circulación. Unas operaciones sobre las que Iryo no ha ofrecido detalle en su comunicado.
La operadora que preside Carlos Bertomeu no entra a valorar las explicaciones del presidente de Renfe, pero es evidente que no cayeron bien, y se limita a rematar su descripción afirmando que “según los datos verificados, la caída de la catenaria se produjo por causas completamente ajenas al tren, cayendo sobre el mismo varios metros por delante del pantógrafo”.
Este incidente deberá ser investigado por Adif y las fuerzas del orden, para lo que Iryo dice disponer de registros documentales y material gráfico que acreditan la secuencia de los hechos.
Más de 16.000 viajeros afectados
Durante la tarde y la noche del domingo 36 trenes se vieron afectados por la grave incidencia en la línea Madrid-Sevilla, dejando más de 10.000 viajeros afectados por retrasos de horas. Algunos de los convoyes no llegaron a su destino hasta la madrugada del lunes. Ya en el arranque de la semana, la línea estuvo cerrada hasta las 9:30 de la mañana de lunes, acumulándose demoras en las salidas de los trenes de Renfe, Iryo y Ouigo hasta avanzada la tarde. Volvieron a ver alterados sus planes de viaje más de 6.000 personas en las primeras horas.
El ministro Óscar Puente ha señalado esta mañana que siguen abiertas todas las hipótesis sobre la autoría y motivación del robo de cable de seguridad, incluido un acto de delincuencia común. Este miembro del Gobierno defendió desde el primer momento que el acto delictivo respondió a un sabotaje en plena vuelta del puente de mayo y en puertas del inicio de la feria de Abril en Sevilla. También ha afirmado que “garantizar la seguridad de toda la red ferroviaria es imposible”.
Con 15.600 kilómetros de vías, 4.000 de ellos en alta velocidad, el sistema ferroviario español es de los de mayor número de cámaras instaladas, pero cubrir el 100% del trazado es inviable, según ha relatado el responsable de Transportes. A la vigilancia por vídeo se suman el trabajo de las patrullas de Adif y de servicios privados, coordinados con las fuerzas del orden.
El ministro ha sido crítico con quienes han cargado contra la acción y las políticas de inversión del Gobierno: “La línea Madrid-Sevilla acaba de renovarse en su totalidad con 700 millones de inversión. No se trata de un problema de mantenimiento, y cuando se produce un hecho delictivo habría que mirar a quienes lo cometen”. Puente ha mantenido que “el ferrocarril vive el mejor momento de su historia”, a la vista del crecimiento de la demanda, “aunque siempre hay cosas que mejorar”.
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