Los barcos amarrados en los puertos podrán acogerse a las tarifas de recarga del coche eléctrico
La CNMC aprueba también un peaje específico en postes públicos para cargar los vehículos a mayor potencia por el mismo precio
El pasado 4 de febrero el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una circular de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), según la cual los suministros de energía de los barcos atracados en los puertos se podrán acoger a los peajes o tarifas de acceso a las redes de los puntos de recarga pública de los coches eléctricos. Se trata de una medida transitoria en tanto se crean peajes específicos para los barcos que, estando parados en los puertos, siguen utilizando combustibles fósiles.
Según fuentes del sector, la electrificación de los buques cuando están amarrados “es un paso muy importante en la transición energética, así como para evitar la contaminación que generan, ya que, en lugar de seguir utilizando diésel, se pueden enchufar a la red a través en los mismos puntos de recarga de los vehículos eléctricos”. Por tanto sus emisiones en los puertos será cero, no solo de CO2 (dióxido de carbono) sino también de otros contaminantes como NOx (óxido de nitrógeno) y algunos más que provocan una mala calidad del aire en los puertos. Fuentes políticas consideran que se trata de un tema “muy relevante” ya que el transporte marítimo es uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero.
La circular del organismo que preside Cani Fernández, que entrará en vigor el 1 de abril, va en línea con la directiva europea sobre la calidad del aire, publicada en el diario oficial de la Unión Europea (DOUE) el pasado octubre, y que debe trasponerse antes de finales de 2026. Esta señala que debe acelerarse “el suministro la electricidad en puerto y la electrificación de los buques y la maquinaria portuaria de trabajo”. El aire contaminado mata cada año a 20.000 personas en España y provoca 300.000 muertes directas e indirectas al año en la Unión Europea, según informes de Ecologistas en Acción.
Además, la circular de la CNMC aprobada este mes crea un nuevo peaje para recarga pública del vehículo eléctrico en el escalón de tensión 2, entre 30 y 72,5 kV, con la misma estructura que los ya existentes. Hasta ahora la regulación recogía dos peajes de recarga en los niveles de tensión 0 (de menos de 1 kV) y 1 (entre 1 y 30 kV). Con esta medida se incentiva la carga en alta tensión: se permitirá la recarga a una mayor potencia del vehículo eléctrico sin que el coste del peaje afecte a su uso en gran medida. De manera transitoria, hasta este año, existen unos peajes y cargos específicos para puntos de recarga de vehículos eléctricos de acceso público con potencia contratada superior a 15 kW: el peaje 3.0 TDVE (segmento tarifario 2VE de cargos) para puntos de suministro en baja tensión (de menos de 1kV) y potencia contratada superior a 15 kW.
Por otra parte, la CNMC, que es el organismo que tiene la potestad de determinar las tarifas con las que se financian las redes de distribución y transporte, ha cambiado la metodología de los peajes de la factura de la luz de los consumidores de tal manera que se encarece el exceso de potencia, para o que se aplicarán cambios en la forma de calcular y facturar dichos excesos.
Puertos y aeropuertos
El informe sobre la calidad del aire en España de Ecologista en Acción de 2023, concluye que los puertos y aeropuertos podrían haber tenido una repercusión relevante en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican, por el crecimiento de la navegación aérea y de los cruceros. “Con la información aportada por AENA y las autoridades portuarias, se puede concluir que estas instalaciones podrían haber tenido una repercusión relevante en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican, por el crecimiento de la navegación aérea y de cruceros”, señala.
Así, añade el informe, en los puertos de Avilés, Carboneras (Almería), Escombreras (Murcia), Tarragona y Vigo se superó el valor límite diario legal de PM10, por el movimiento y el almacenamiento al aire libre de graneles sólidos. Y el aeropuerto de Madrid Barajas provocó en el Corredor del Henares múltiples superaciones de los estándares legales.
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