El sistema de pensiones español frente a la nueva longevidad
La jubilación del baby boom y una base de trabajadores más estrecha tensiona las cuentas de la Seguridad Social
Las cuentas de la Seguridad Social se tensionan cada vez más debido al sistema público de pensiones y detrás de esta situación se encuentra la demografía. A medida que se jubilen más personas de la generación donde más ha crecido la población española, el baby boom, va a disminuir el número de trabajadores que la financian. De este modo, cada vez se hacen más patentes las grietas de un modelo diseñado para otra época, en el que además se ignora otra realidad ineludible, la nueva longevidad. Esas son algunas de las ideas centrales de la última edición de Foro Futuro, el Observatorio de Tendencias Económicas creado por Santander y Cinco Días, en el que participaron tres expertos: José Ignacio Conde-Ruiz, economista, catedrático de la Universidad Complutense y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA); Javier Díaz-Giménez, profesor de economía y titular de la Cátedra Cobas AM sobre Ahorro y Pensiones del IESE; y Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas y catedrático de Economía en la Universidad de Valencia.
Díaz-Giménez, abrió el debate subrayando que la generación más numerosa de españoles, nacida en 1977, alcanzará la edad de jubilación entre 2044 y 2050, marcando dos décadas críticas para el sistema. El académico ha manifestado que España se enfrentará a un aumento inevitable del gasto en pensiones, que se duplicará en euros constantes en los próximos veinte años. A esta proyección, respaldada por informes europeos como el Aging Report, se suman tres factores convergentes: el incremento de la esperanza de vida, la revalorización de las pensiones vinculada al IPC y unas bases de cotización más altas entre los nuevos jubilados.
Por su parte, Conde Ruiz ha mencionado que el problema no radica únicamente en el aumento del gasto, sino en la incertidumbre sobre los ingresos futuros, porque a este cóctel de factores se añade una base cada vez más estrecha de trabajadores “Ahora mismo hay prácticamente tres personas pagando una pensión, digamos que en el 2050 habrá más o menos una persona y media”, explicó, a tiempo de remarcar que esta situación revela una inequidad intergeneracional.
También señaló que “España es el único país de todos los países desarrollados que ha llevado a cabo una reforma de pensiones en el siglo XXI, que ha dado como resultado un sistema de pensiones más generoso y que da derecho a un mayor nivel de pensiones”. Entre las últimas modificaciones que, a su juicio, han hecho el sistema menos sostenible, está la falta de un factor de sostenibilidad, como el introducido por Rajoy, y cambio en el cálculo de la base reguladora de 25 a 29 años, permitiendo además descartar los dos peores años.
Los ponentes coincidieron en que la inacción no es una opción. La demora en abordar el problema solo aumentará la carga fiscal para las futuras generaciones y pondrá en peligro otras prioridades sociales, como la educación y la vivienda, han manifestado. “Hay otras partidas que van acompañando algunas de las tendencias como el envejecimiento de la población, como la sanidad, que no se puede recortar mucho, porque cuando la población es más mayor se hace más uso de la sanidad, ahí también se da una situación insostenible”, advirtió Carbó.
Por su parte, Conde Ruiz cree que las pensiones se pagarán de una u otra manera, pero le preocupa que, de no introducir una reforma efectiva, se absorba mayoría del margen fiscal hacia la edad, antes de dirigir los recursos a potenciar la productividad y a políticas centradas en los más jóvenes.
El complemento de modelos como solución
Entre las soluciones planteadas, la transición hacia un sistema mixto de reparto y capitalización fue la más recurrente. Díaz Giménez destacó la necesidad de combinar la solidaridad del modelo de reparto con las ventajas de un ahorro complementario. En esta línea, Conde Ruiz lamentó que por lo general se enfrente el modelo vigente en España con el de capitalización, “cuando realmente deberían ser los mejores amigos”, señaló. Otro punto de consenso fue el fomento de los planes de empleo. Carbó elogió iniciativas como la del sector de la construcción, donde las subidas salariales recientes se han redirigido hacia sistemas de ahorro colectivo. Conde Ruiz también resaltó la importancia de hacer un sistema más flexible, diferente a la modalidad de jubilación parcial actual. Si quiero acceder a la jubilación flexible, a la jubilación parcial, me obligan a pasar un año más a tiempo completo”, criticó el catedrático.
Díaz Giménez fue contundente al describir el impacto de esta situación sobre los nuevos integrantes del mercado laboral, por lo que “España no es un país para jóvenes”. “Cuando la pensión media es mayor que el salario medio, la jubilación es un premio de la lotería. Hay muchos españoles que están esperando a jubilarse”, añadió.
De este modo, los académicos pusieron sobre la mesa el poco interés de la política nacional por tratar el tema a profundidad y lo atañen a que la masa de votantes de pensionistas no deja de crecer, lo que compromete los objetivos políticos los partidos, mientras que la población más joven se encuentra en una situación de precariedad. “Evidentemente, el envejecimiento de la población hace que un mayor número de votantes esté en las generaciones más mayores y los intereses de esas personas están reflejados en el proceso de votación y en el diseño de la política económica”, ha manifestado Carbó.
Al cierre del debate, los expertos coincidieron en que cada año que pasa, el sistema se adentra más en un terreno insostenible, y las opciones para corregir el rumbo se reducen. Por lo que destacaron que un primer paso es abrir los canales necesarios de negociación entre los diferentes implicados: empresarios, políticos y sindicalistas, para encontrar vías que doten al sistema de estabilidad y transparencia.
La experiencia de otros países con el sistema mixto
Javier Díaz-Giménez explicó que en varios países la transición hacia un modelo mixto ha permitido una mayor sostenibilidad. “En Holanda, sin ir más lejos, no tienes que cotizar ni un solo euro a la Seguridad Social y tienes derecho a la pensión del sistema del reparto, que debe estar en torno a unos 1.500 euros, que luego se complementa hasta los 3.500 más o menos con una parte capitalizada”, relató. La clave, según el experto, está en introducir un pilar capitalizado que complemente el sistema público, dado que los trabajadores “necesitan tener control” sobre una parte de su ahorro para la jubilación y tomar conciencia de que la sostenibilidad de su pensión depende también de ellos mismos.
Por su parte, Conde Ruiz citó el caso de Chile como un ejemplo de que la tendencia actual pasa por combinar los modelos: “Los chilenos son el único país del mundo que tiene un sistema de capitalización puro. ¿Pero qué les está pasando? Que lo que les está llegando no es suficientemente alto y ahora se están planteando hacer un pequeño pilar de reparto. Ellos están yendo por el camino al revés”, describió el académico que subraya las bondades de la complementariedad.
Este último también abogó por la introducción de cuentas nacionales, un sistema que ya funciona en Suecia. Este modelo permite que cada trabajador sepa, desde el inicio de su carrera, cuánto ha aportado al sistema y cómo se traducirá esto en derechos de pensión. “Imagínate que tú desde el primer día que cotizaste supieras, porque la Seguridad Social así te lo informara, cuál es el saldo de tu cuenta nacional, el saldo de lo que has aportado, debidamente actualizado y corregido a la pensión”, detalló Díaz-Giménez, que también aboga por esta modalidad.
“Un factor de sostenibilidad que cambia la pensión en función de la esperanza de vida facilita mucho la transición a un sistema de cuentas nacionales”, añadió el experto.
Ahorro y reactivación económica
Carbó abordó el impacto de la subida de las pensiones en el ahorro de los españoles. “No olvidemos que el ahorro que se genera cuando ya somos más mayores, es mucho menos dinámico, no se moviliza tanto como cuando eres joven, es decir, quieres comprar una vivienda, reactivas la economía”, mencionó.
A propósito, Conde Ruiz, se mostró a favor de las medidas complementarias de capitalización porque no solo potenciaría la capacidad de ahorro, sino que a su vez impulsaría la economía en su conjunto. “El hecho de tener más ahorro también te va a hacer gastar más, es que igual incluso va mejor el PIB”, señaló. Un empuje que según Carbó hace mucha falta porque pese al crecimiento del PIB, considera que “es el momento de hablar de problemas estructurales y llegar a grandes acuerdos” para aumentar la productividad.