Renfe avanza en Francia: obtiene luz verde para llegar a Toulouse en abril
La operadora consigue el certificado de seguridad y comenzará a rodar en enero para formar a los maquinistas en la tercera línea transfronteriza
Hito conseguido dentro del plan de desarrollo de Renfe en el mercado ferroviario francés. La operadora dependiente del Ministerio de Transportes ha obtenido el certificado de seguridad de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (EUAR) para extender sus servicios hasta la ciudad gala de Toulouse. Este salvoconducto, según exponen fuentes del sector ferroviario, valida el cumplimiento de los requisitos de la agencia de seguridad francesa, la EPSF, y de la española AESF. Consultada por este periódico, Renfe confirma la obtención del plácet de la autoridad comunitaria.
El siguiente paso, ya en enero, será la puesta en circulación de trenes en fase formativa para el adiestramiento de maquinistas e interventores en la nueva línea transfronteriza que enlazará Barcelona con la citada Toulouse. El objetivo que se ha marcado Renfe es iniciar la explotación comercial de este itinerario a primeros de abril.
Para entonces, la empresa que preside Raül Blanco será la operadora con más frecuencias entre ambos países en su pulso con el conglomerado público francés SNCF. Renfe habrá llegado ya a las ciudades del sur del país vecino de Marsella, Lyon y Toulouse, el primero de esos destinos desde Madrid y los otros dos desde Barcelona. La española continúa con la ardua tramitación para homologar sus trenes y que estos alcancen París.
Lo que han hecho las agencias de seguridad española y francesa es emitir sus opiniones favorables para que Renfe pueda ampliar su Certificado de Seguridad Único (CSU) desde Perpiñán hasta Toulouse. Antes de ello se han estudiado posibles riesgos operativos, el material rodante, la adaptación del Sistema de Gestión de Seguridad y las certificaciones del personal que irá a bordo de los trenes.
Reciprocidad
Desde el inicio de su mandato al frente de Transportes, el ministro Óscar Puente ha insistido en la reclamación de reciprocidad en el mapa ferroviario francés a la vista de los avances producidos en España desde que arrancara el proceso de liberalización del transporte ferroviario de viajeros en 2019. Renfe opera en el mercado español con las marcas AVE y Avlo, mientras que SNCF colocó a Ouigo y la también pública Trenitalia entró en España con Iryo. Sin embargo, las negociaciones con Francia están marcadas por las dificultades para el acceso a toda la red de alta velocidad y la conexión de los corredores Atlántico y Mediterráneo en la frontera.
En el caso de los servicios internacionales, Renfe y SNCF fueron de la mano entre 2013 y final de 2022 a través de la participada a partes iguales Elipsos, pero en febrero de ese 2022 fue el gigante público galo el que comunicó que daría por zanjada la relación entre operadoras ese mismo año, lo que se produjo en diciembre. La excusa fue la de las pérdidas acumuladas por Elipsos en las rutas Barcelona-Lyon-París y Madrid-Marsella. Si bien es verdad que la demanda se desplomó más del 70% en 2020 y cerca de un 60% en 2021 en estos corredores, no es menos cierto que la caída se explica por el paso de la pandemia.
Renfe se lanzó en solitario en julio de 2023 a ofrecer los recorridos a Lyon (sin posibilidad de llegar a París) y Marsella. SNCF, por su parte, también ha mantenido la operación en solitario. En su primer año completo de rodaje, el tren español transportó 620.000 viajeros entre ambos países, en un total de 1.300 circulaciones y con un factor de ocupación medio de los coches del 82%. Y es ahora cuando el AVE obtiene el certificado de seguridad para abrir la línea Barcelona-Toulouse.
La mirada de Renfe al mercado francés también es de interés por operar redes regionales e incluso se tanteó la posibilidad de entrar en el servicio Eurostar que conecta París con Londres.
Una vez que entre en funcionamiento la tercera ruta internacional entre España y Francia, Renfe sumará las referidas seis frecuencias diarias con el AVE (tres por sentido) y conectará 17 ciudades de los dos países sin necesidad de transbordos o paradas. Entre ellas están las españolas Guadalajara, Zaragoza y Tarragona, además de Madrid y Barcelona, y las francesas Narbona, Montpellier, Nimes y Aviñón, con terminales en las citadas Lyon, Marsella y Toulouse.