Alarma empresarial ante el plazo francés de 20 años para conectar con el Corredor Mediterráneo
Los impulsores de la infraestructura pedirán la presión española desde el Consejo de la UE
Corría septiembre de 2018 cuando el entonces ministro de Fomento, José Luis Ábalos, aseguró ante un nutrido foro de empresarios en Barcelona que la conexión del Corredor Mediterráneo con Francia estaría en 2021. Habían pasado años de bajas dotaciones presupuestarias que achacó, a partes iguales, a la inacción del Gobierno del PP y a la crisis financiera. El esfuerzo inversor se ha multiplicado, pero el problema que afronta la infraestructura es mayúsculo.
Francia no tiene entre sus prioridades conectar con esta arteria ferroviaria que parte desde la ciudad gaditana de Algeciras. Un reciente informe del Ministerio galo de Transportes fija en 2042 el fin de obra del tramo Montpellier-Béziers-Perpignan, mientras que la parte española de la infraestructura habrá alcanzado esa última localidad, tras su paso por el túnel de Pertús, entre 2025 y 2026.
El país vecino ha publicado la declaración de utilidad pública para el tramo Montpellier-Béziers, con previsión de expropiaciones hasta 2038. Pero el definitivo Béziers-Perpignan carece de ese decreto de utilidad pública.
¿Tendrán que esperar las mercancías españolas casi 20 años para conectar por tren con el resto de Europa? “Sin posibilidad de llegar a Montpellier seguiremos en el mismo punto que estamos ahora. Las mercancías deberán pasar a camiones apenas sobrepasada la frontera”, explica uno de los empresarios involucrados en el impulso al corredor. En el amplio grupo, liderado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), se puede encontrar a Juan Roig, Vicente Boluda, José Ignacio Goirigolzarri, Antonio Arias, Adolfo Utor, Josep Oliu, Eduardo Baamonde, Carlos Barrasa, Héctor Colonques, José García Carrión, Clemente González Soler, José Tarradellas y un largo etcétera.
Entre ellos se fragua la petición al Gobierno español de la máxima presión posible al francés para que se adelanten las obras al otro lado de la frontera. “España debe hacer un esfuerzo diplomático y aprovechar la presidencia española del Consejo de la UE en el segundo semestre”, explican fuentes conocedoras de la inquietud empresarial. Entre los potenciales afectados los hay que aprecian un interés del país vecino en que la producción española no mejore su paso a Europa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció el miércoles en el Congreso de los Diputados, ante una pregunta del PNV, que se exigirá a París cumplir con 2030 como fecha comprometida para enlazar en este caso con el Corredor Atlántico en alta velocidad. Una conexión, Dax-Vitoria, que también se estima para 2042. Empresarios de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña van a redoblar la presión para que también se tenga en cuenta el Corredor Mediterráneo.
Temor confirmado
Una vez que las obras tomaron impulso en España, desde AVE se venía poniendo el foco en la necesidad de convencer a Francia para el cumplimiento con el desarrollo de un pasillo básico en la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) como es el Corredor Mediterráneo. Este eje enlazará la citada Algeciras con la frontera francesa a lo largo de 1.300 kilómetros de vía en ancho europeo.
Su construcción está presupuestada en unos 22.000 millones de euros y facilita la conexión del tren con los puertos y el paso de la carga hacia Europa en idéntico ancho de vía que Francia. El corredor atraviesa España y viaja por Francia, el norte de Italia, Croacia, Eslovenia y Hungría, hasta la localidad de Záhony.
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