Renault reduce sus ventas pero resiste mejor que el resto de sus competidores el mal momento del automóvil europeo

El fabricante francés disminuye sus comercializaciones un 5,6% en el tercer trimestre, una caída mucho menor que la experimentada por Stellantis y por debajo del retroceso de Volkswagen

Un Renault R5 eléctrico expuesto en el stand de la marca francesa en el Salón del Automóvil de París 2024.Benoit Tessier (REUTERS)

El motor europeo está enfermo, pero unos más que otros. Según los datos publicados este jueves por Renault, la francesa redujo sus entregas un 5,6% en el tercer trimestre del año, hasta las 482.000 unidades. Si bien son malos números, el retroceso es menor que el de los dos mayores fabricantes del Viejo Continente: Stellantis, que se desplomó un 20% entre julio y septiembre por su exceso de stock en Estados Unidos; y el grupo Volkswagen, que disminuyó sus entregas un 7,1%. “La bajada del 5,6% de las matriculaciones se ha visto parcialmente compensada por una menor reducción de existencias por parte de la red de concesionarios independientes durante el trimestre en comparación con el tercer trimestre de 2023″, ha explicado la automovilística francesa, que ha destacado que las existencias de la red se han reducido en 72.000 unidades entre julio y septiembre, en comparación con las 93.000 de hace un año.

En el conjunto del año, la bajada de las ventas es mucho menor, apenas un 0,4%, con 1,64 millones de coches matriculados en el mundo, la mayoría de ellos de la marca que da nombre al grupo (1,13 millones), mientras que Dacia aportó 501.000 unidades y Alpine unas 3.300. Por su parte, la facturación del grupo francés se mantuvo estable en el tercer trimestre, con 10.701 millones de euros, un 1,8% más que en el mismo periodo de 2023. En lo que va de ejercicio, la cifra de negocios del grupo alcanzó los 37.700 millones, un 0,8% más. De esa cantidad, la división automovilística supuso 33.700 millones, un 1,5% menos que en los nueve primeros meses de 2023.

La compañía ha destacado la ofensiva de producto del grupo, con una nutrida oferta de nuevos modelos híbridos (cuya producción se centra sobre todo en España) y eléctricos (que se reserva, de momento, para las plantas francesas). En este sentido, la marca ha lanzado este año modelos como el Scenic eléctrico en abril; el Rafale y el Captur, ambos ensamblados en España; o el nuevo Renault R5 eléctrico, llamado a ser el buque insignia de la compañía del rombo en el ámbito de la movilidad eléctrica y que el año que viene contará con una versión de menos de 25.000 euros.

“Nuestra cifra de negocio del tercer trimestre comienza a beneficiarse de nuestra ofensiva de productos sin precedentes, con el lanzamiento de diez nuevos vehículos este año, que representan el 18% de la facturación del trimestre. Esta tendencia continuará en los próximos trimestres, en línea con la introducción gradual de nuevos vehículos en sus respectivos mercados. Se acelerará aún más gracias a los siete nuevos lanzamientos previstos para 2025″, ha indicado Thierry Piéton, director financiero de la automovilística.

“Esta gama atractiva y competitiva, compuesta tanto por vehículos eléctricos como vehículos térmicos e híbridos, demuestra nuestra capacidad para adaptarnos sea cual sea el ritmo de la transición hacia los vehículos eléctricos. Nuestra gama sigue siendo un elemento clave de los resultados del grupo, del mismo modo que la reducción de costes”, ha añadido el directivo. La compañía que no ha dado la cifra de beneficios del trimestre, mantiene sus pronósticos para el ejercicio con un margen operacional mayor o igual al 7,5% y un flujo libre de caja superior a los 2.500 millones.

La automovilística se encuentra actualmente negociando el nuevo convenio colectivo para 2025 con los sindicatos, a los que les ha propuesto prorrogar el actual convenio el próximo año. Esto supone una congelación salarial para los trabajadores, algo que Comisiones Obreras considera inaceptable. La automovilística francesa se escuda en “la situación de incertidumbre” que vive el automóvil y en que mantener el convenio actual posicionaría a las plantas de Valladolid y Palencia “en las mejores condiciones de competitividad de cara a posibles futuras adjudicaciones”. En este sentido, al grupo francés se le han adjudicado parte de las ayudas del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) para la producción de modelos eléctricos y el ensamblaje de paquetes de baterías en sus fábricas españolas. Sin embargo, el grupo aún no ha confirmado que hará eléctricos en España.

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