El fondo soberano de Catar paraliza hasta 2026 la reforma del hotel Intercontinental de Madrid
La decisión ha sido comunicada a la plantilla en mitad de fuertes rumores sobre la venta del activo de cinco estrellas y 302 habitaciones
El mercado hotelero de lujo en Madrid está en plena ebullición. A la llegada de Four Seasons o JW Marriott y al inminente aterrizaje de otras marcas como Nobu, Brach o Nomade, se han unido un sinfín de reformas para actualizar los activos y poder competir en igualdad de condiciones en un mercado en el que las tarifas superiores a los 500 euros por día se han convertido en la normalidad. Primero fue el Ritz con una inversión cercana a los 100 millones de euros y una reforma que se prolongó más de tres años, posteriormente se inauguró el Rosewood Villa Magna y a renglón seguido le han seguido dos activos de cuatro estrellas: el AC Cuzco, propiedad de Antonio Catalán, con una inversión de 17 millones de euros o Casa de las Artes de Meliá, con una inversión de 15 millones.
Entre medias aún persisten las faraónicas obras del hotel Palace, cuya gestión ha arrebatado Archer a Marriott, que han requerido 65 millones de euros, o las del hotel Miguel Angel, cerrado desde 2020 y cuya reforma iniciada en 2022 aún no ha concluido. El propietario de ese último activo, el británico-iraquí Nadhmi Auchi, ha logrado un crédito, tal y como adelantó Cinco Días, que sustituye al otorgado en octubre de 2021 por el fondo de deuda Frux, lo que le ofrece un desahogo al propietario y ganar tiempo para una posible venta
El único hotel situado en el centro de Madrid que todavía no ha presentado sus planes de futuro es el hotel Intercontinental, propiedad de Katara Hospitality, filial del Fondo Soberano de Catar, y operado por el gigante británico IHG, la cuarta hotelera del mundo con 6.500 activos y un millón de habitaciones. Katara Hospitality compró el hotel de 302 habitaciones en mayo de 2014 por una cifra que nunca se hizo pública y que osciló entre 60 y 70 millones de euros, según fuentes inmobiliarias. La última reforma integral del hotel, que tiene 71 años de vida, se realizó en 2003 tras una inversión de 23 millones de euros, a lo que hay que sumar la reforma de sus 15 salones de eventos y reuniones en 2016. Y la clave para esta parálisis se encuentra, según esas mismas fuentes inmobiliarias, en las dificultades que está encontrando el dueño para traspasar el activo, con el cartel de se vende desde 2020 desde un precio inicial de 200 millones de euros.
La propietaria del hotel, inaugurado en 1953, ya ha comunicado a los trabajadores que la nueva reforma integral del edificio no se llevará a cabo, en caso de que se haga, hasta 2026. Estos trabajos, al igual que han realizado el resto de grandes cadenas, se van haciendo por fases para evitar tener que cerrar los hoteles, aunque el número de empleados y de habitaciones se reduce durante los mismos de forma significativa. La comunicación trasladada a los trabajadores puede interpretarse de dos maneras: que se quiere aprovechar el buen momento del turismo en Madrid, con tarifas y rentabilidades históricas, o bien que se quiere dejar un margen de tiempo para ver si finalmente fructifica alguna de las negociaciones para vender el activo.
La cartera de Katara Hospitality está formada por 35 hoteles de lujo en todo el mundo, con 15 en Oriente Medio, 14 en Europa y dos en América, Asia y África. En Europa, al margen del hotel Intercontinental de Madrid, cuenta con cuatro hoteles en Francia (tres en París y uno en Cannes), tres en Londres, tres en Suiza (Berna, Laussane y Lucerna), dos en Italia (Roma y Milán) y uno en España (Madrid) y otro en Holanda (Amsterdam).
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