El dueño iraquí del hotel Miguel Ángel gana tiempo para una venta gracias a un nuevo crédito
El establecimiento, cerrado desde 2020, ha recibido un préstamo del fondo Ben Oldman
Botella de oxígeno para el dueño del Hotel Miguel Ángel de Madrid. El británico-iraquí Nadhmi Auchi ha conseguido en las últimas semanas un crédito que sustituye al otorgado en octubre de 2021 por el fondo de deuda Frux, lo que le ofrece un desahogo al empresario, ya que el hotel de cinco estrellas está cerrado desde 2020 y continúa en obras. Esto permite al dueño del establecimiento ganar tiempo para una posible venta, una transacción que no ha podido cerrar en los últimos años.
La actividad del Miguel Ángel, ubicado en la calle del mismo nombre junto a la glorieta de Gregorio Marañón, se paralizó en marzo de 2020 con la pandemia de Covid-19. Y el hotel nunca más ha vuelto a estar operativo. En 2022 comenzó una reforma que tenía que haber acabado el año pasado, según las propias cuentas de la empresa que gestiona el establecimiento, pero que tras varios retrasos, el inmueble sigue cerrado.
El fondo especializado en deuda Frux le otorgó más de 40 millones de euros en un préstamo hipotecario en octubre de 2021 para realizar esas obras. Tras alguna tirantez para el repago, finalmente Auchi ha cancelado ese crédito. Para hacerlo, ha recibido otro préstamo de otro fondo de deuda, la firma Ben Oldman, avanzan fuentes del sector inmobiliario.
El montante prestado podría ascender a 50 millones de euros, aunque desde la oficina española de Ben Oldman se ha declinado hacer comentarios sobre la operación. Fuentes del sector financiero indican que cualquier fondo está dispuesto a otorgar esas cantidades en un préstamo hipotecario, ya que la garantía, el inmueble, tiene un valor que puede alcanzar los 200 millones. Aun así, este tipo de financiación es mucho más costosa que la bancaria y fácilmente puede tener un coste cercano al 15%, según las fuentes consultadas.
Los expertos consultados indican que Auchi gana oxígeno tras estar muy presionado por la deuda y, además, se hace con un plazo de entre 12 y 18 meses que le servirán para retomar la posibilidad de la venta del inmueble. Como publicó Cinco Días hace dos años, el empresario ha intentado traspasar el hotel sin éxito. Negoció con una alianza entre el fondo estadounidense Bain Capital y la gestora con experiencia local Stoneweg, pero no llegaron a un acuerdo. Más tarde, Expansión publicó que volvía a retomar la negociación con los mismos protagonistas y El Confidencial apuntó recientemente a fondos cataríes como interesados en el activo.
Uno de los grandes problemas para cerrar la transacción es el precio. El empresario, afincado en Londres y dueño de la matriz General Mediterranean Holding, no quiere dar su brazo a torcer respecto al importe, según explican desde el sector inmobiliario, que cifran en alrededor de 200 millones. Teniendo en cuenta que el establecimiento cuenta con 267 habitaciones, supondría alrededor de 750.000 euros por cama.
Pero al precio se le unen otros problemas para un potencial comprador, como la falta de operador para el inmueble y, sobre todo, la reforma inacabada. Entre 2016 y 2019, el operador del Miguel Ángel era la marca Bluebay, pero el contrato previsto inicialmente para 15 años se rescindió. En el informe de auditoría de las cuentas de Hotel Miguel Ángel S. A. de 2022 (las últimas disponibles), EY presenta salvedades precisamente por un conflicto sobre 598.000 euros tras romperse el acuerdo.
Aunque la mayor duda que surge al sector hotelero es la reforma. Nadie entiende por qué Auchi comenzó unas obras sin tener operador, ya que habitualmente este tipo de rehabilitaciones están muy vinculadas a la marca que gestiona el establecimiento. No es lo mismo ni requiere lo mismo que pudiera estar gestionado por Marriott, Mandarin, Hilton o Hyatt, por ejemplo, ya que cada gestor requiere un tipo de diseño y servicios.
Al retraso en las obras, a Auchi se le suman los gastos en personal. En el último año con datos disponibles, en 2022, ese desembolso fue de 2,6 millones, en un ejercicio en el que la empresa perdió 5,9 millones y tuvo que reducir capital para reestablecer el equilibrio patrimonial. Desde marzo de 2020, el hotel llevó a un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) a sus trabajadores (135 en 2022) tras expandirse la pandemia. En abril de 2022 se amplió, aunque ya por razones técnicas, organizativas o productivas al comenzar la obra. En abril de 2024, Comisiones Obreras anunció que habían llegado a un acuerdo para volver a prorrogar el ERTE.
El hotel, cuya empresa propietaria está presidida por la hija Luma Auchi, es uno de los más reconocidos en el segmento del lujo de Madrid. Inaugurado en 1977 y ubicado junto al paseo de la Castellana, en el barrio de Almagro, el hotel ha sido tradicionalmente un destino de turismo y de negocios, de perfil similar a los vecinos Wellington e Intercontinental.