Los accionistas de Avangrid aprobarán este jueves la fusión con Iberdrola
El grupo español propone pagar a los accionistas minoritarios de su filial en Estados Unidos 2.250 millones de dólares, a razón de 35,75 dólares por acción
La junta de accionistas de Avangrid dará este jueves su visto bueno a la oferta de su matriz Iberdrola para la fusión de ambas compañías, en una operación valorada en 2.550,8 millones de dólares (unos 2.280 millones de euros al tipo de cambio actual). Los votos anticipados emitidos y delegados y las recomendaciones de los principales asesores de voto de los inversores institucionales permiten la aprobación por parte de los accionistas minoritarios. Tras ese paso, el principal trámite que queda pendiente es el visto bueno del regulador del Estado de Nueva York, que la compañía espera conseguir antes de finales de año.
Iberdrola ofrece 35,75 dólares por acción de Avangrid para comprar el 18,4% del capital en manos de los minoritarios (71,35 millones de acciones). El precio supone una prima del 11,4% sobre el precio de cierre en Bolsa (32,08 dólares) del 6 de marzo de 2024, el último día de negociación previo al anuncio, y del 15,2% sobre 31,03 dólares por acción, la cotización media ponderada del mes anterior al día del anuncio. Para que la junta apruebe la operación se requiere que los accionistas minoritarios, que controlan un 18,4% del capital, voten a favor de la misma y fuentes del mercado dan por seguro ese resultado, que se formalizará en la junta de este jueves en Boston (Massachusetts).
Los asesores de voto (proxy advisors) ISS y Glass Lewis recomendaron votar a favor de la operación hace dos semanas. Las dos firmas valoraron la prima ofrecida y las salvaguardas a los minoritarios en el proceso. Un comité de consejeros independientes y desvinculados de Iberdrola evaluó la fusión propuesta, con la asistencia de sus propios asesores jurídicos y financieros independientes, y concluyó que era justa para los accionistas minoritarios. El banco de inversión Moelis, contratado por el mencionado comité, aseguró en un informe que la contraprestación que recibirán los accionistas de Avangrid “es justa desde un punto de vista financiero”.
Tras un acuerdo, la oferta se revisó al alza desde los 34,25 dólares por acción iniciales que proponía Iberdrola. Además, el precio no ha estado sometido a ajustes, pese a que Avangrid ha distribuido dividendos trimestrales conforme a su política habitual de 0,440 dólares por acción desde el anuncio de la operación. Ese dividendo se seguirá pagando hasta que la operación se consume, incluyendo uno proporcional en relación con el trimestre incompleto en el que se produzca el cierre, que Iberdrola espera para el último trimestre de este año y que supondría la exclusión de negociación de Avangrid en la Bolsa de Nueva York.
Además, las firmas tomaron en cuenta que la empresa se enfrenta a importantes necesidades de inversión hasta 2030 (muchas de las cuales se derivan de un mandato normativo y, por tanto, son obligatorias), lo que exigiría a Avangrid, a partir de 2025, realizar a corto plazo ampliaciones de capital dilutivas, ventas de activos o una reducción del dividendo en un escenario en que siguiese como una compañía independiente en Bolsa. Eso podría penalizar la cotización.
El consejo de administración de Avangrid recomendó de forma unánime votar a favor de las propuestas que se someten a la junta, que está convocada para las 8.30 horas de la mañana de Boston (las 14.30 en la España peninsular).
La Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés) dio luz verde el pasado 20 de agosto al folleto de la operación y la convocatoria de junta correspondiente. La transacción ha recibido los vistos buenos de la Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC, por sus siglas en inglés) y de la Comisión de Servicios Públicos de Maine (MPUC). En principio, de las autorizaciones que la compañía consideraba necesarias solo falta la autorización del regulador de Nueva York (NYPSC).
Sin embargo, el fiscal general de Connecticut, William Tong, y la Consejera de Consumo de dicho Estado, Claire E. Coleman, presentaron el lunes de la semana pasada una petición ante la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos para que el Estado revise también la propuesta de adquisición por Iberdrola de todas las acciones de los minoritarios de Avangrid. Iberdrola controla United Illuminating, Southern Gas y Connecticut Natural Gas en dicho Estado, donde está domiciliada Avangrid. La ley dice que se requiere autorización en los casos de cambio de control. Iberdrola tiene el control de Avangrid y de dichas filiales reguladas de Connecticut antes y después de la operación, pero el fiscal alega que cambia la modalidad de control.
El fiscal sostiene que, en caso de fusión, Avangrid dejará de tener la obligación de realizar comunicaciones a la SEC, dejará de tener accionistas minoritarios que pudieran servir de control sobre comportamientos corporativos arriesgados y dejará de estar sujeta a un acuerdo de accionistas de 2015 establecido cuando Avangrid adquirió United Illuminating, Southern Gas y Connecticut Natural Gas. Ese acuerdo obligaba a la empresa a nombrar cuatro consejeros independientes en su consejo, incluidos dos de las antiguas empresas independientes de Connecticut. “Además, la adquisición requiere que Iberdrola pague 300 millones de dólares en primas a los accionistas minoritarios, desviando recursos de inversiones que podrían beneficiar mejor a los consumidores de Connecticut”, alega el fiscal. La autoridad regulatoria estatal deberá decidir ahora si intenta examinar la operación. El folleto aprobado por la SEC no recoge que esa autorización sea necesaria.
El objetivo de Iberdrola con la integración de Avangrid es incrementar la exposición al negocio de redes en Estados Unidos en un momento clave para la eléctrica, que quiere crecer en mercados con alta calificación crediticia y en negocios regulados como el de redes.
Iberdrola firmó a principios de agosto la compra de la distribuidora británica Electricity North West (ENW) por unos 5.000 millones de euros, que elevará sus activos de redes en Reino Unido hasta los 14.000 millones de euros. Los que Iberdrola tiene en Estados Unidos, por su parte, suponían 13.300 millones de euros a cierre del primer semestre.