Iberdrola se hace con el 18% de Avangrid que aún no controlaba por 2.300 millones
El pacto supondrá la salida definitiva de Bolsa de su filial estadounidense, involucra al fondo soberano de Qatar y a las gestoras Vanguard, Atlas y Blackrock. Pagará un 4,38% más de lo ofertado marzo
La compra de Avangrid por parte de Iberdrola está listo. La mayor eléctrica europea ha anunciado este viernes por la tarde un “principio de acuerdo” para la adquisición del 18,4% del capital de su filial estadounidense que aún no controla e incrementar así su exposición al país norteamericano. El pacto —que se ha convertido en definitivo unas horas más tarde— fija un precio de 35,75 dólares por acción, lo que implica una leve mejora (4,38%) sobre los 34,25 euros que ofrecía en marzo. El montante final de la operación ascenderá a 2.551 millones de dólares (2.348 millones de euros), según las cifras que ha remitido la española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El pacto, que horas después se ha convertido en definitivo, es con el fondo soberano de Qatar, que tiene el 3,77% de Avangrid, y con las gestoras estadounidenses de fondos, Vanguard, Atlas y Blackrock, que cuentan con entre el 1% y el 2%. Supondrá, además, el fin de la cotización de la eléctrica con sede en Connecticut. Cuando lanzó la oferta por su filial estadounidense, a finales del invierno pasado, Iberdrola enmarcó el movimiento en su “estrategia de ampliar su presencia e inversión en mercados con una robusta calificación crediticia y con alto potencial para las inversiones en el negocio de redes”. Una fórmula que reitera, casi palabra por palabra, este viernes. “Es un momento clave”, remataba entonces la española.
La firma del acuerdo definitivo se ha producido justo después de la reunión del consejo de administración de Avangrid, celebrado a las siete de la tarde (hora peninsular española). Ha contado con el visto bueno de todos sus miembros, según ha enfatizado la eléctrica en un segundo hecho relevante enviado a la CNMV. Aunque es de carácter vinculante, queda —como siempre ocurre en este tipo de transacciones— sujeto al visto bueno de los reguladores. La fecha límite para conseguirlo es el 30 de junio del año que viene.
Tras el ‘no’ por PNM
La operación llega poco más de cinco meses después de que fracasara la gran apuesta de la española en Norte América: la compra de PNM Resources, en la que planeaba invertir 11.000 millones. La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán retiró la oferta el primer día de 2024 después de una batalla legal de casi tres años y de que las autoridades de competencia del Estado de Nuevo México vetaron la transacción en 2021.
Tal y como avanzó EL PAÍS en febrero, una vez caída en desgracia aquella operación, el destino prioritario del montante reservado para PNM iba a ser la inversión en redes eléctricas. Un ámbito en el que descansa buena parte de la base de activos de Avangrid, de más de 40.000 millones de euros. A los citados 11.000 millones hay que sumar otros 6.000 procedentes de otro país de la región: México, donde Iberdrola vendió el año pasado todas sus centrales de ciclo combinado (en las que se quema gas para obtener electricidad). No obstante, la empresa —como también adelantó este diario— ha decidido dedicar el grueso de esa cantidad a reinvertir en el gigante latinoamericano.
La electrificación como oportunidad
Todos los análisis disponibles apuntan a un fuerte aumento de la demanda de electricidad en Estados Unidos, tanto por el avance del coche impulsado por baterías y de las bombas de calor en empresas y —sobre todo— de la inteligencia artificial (IA), que requerirá de ingentes inversiones en centros de datos, muy intensivos en energía. Una oportunidad de oro para eléctricas como Avangrid, muy centrada en renovables y en redes y con una amplísima presencia en la costa este, uno de los mayores motores económicos de la primera potencia mundial.
La filial estadounidense de Iberdrola opera en 24 Estados de EE UU. Solo en Nueva York y Nueva Inglaterra (Maine, Vermont, Nuevo Hampshire, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island) cuenta con 3,3 millones de clientes. Tiene 8.000 empleados y en 2023 se anotó un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 2.430 millones de dólares, casi 100 más que un año antes. Con este movimiento corporativo, el país norteamericano se convierte, de largo, en el primer destino inversor de la eléctrica bilbaína.
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