Reino Unido nacionaliza el operador de las redes eléctricas y reabre el debate en España

La compra del gestor ESO al primer transportista, National Grid, vuelve a plantear la independencia de la operación de Red Eléctrica y Enagás

Torre de transporte en alta tensión de Red Eléctrica.EFE (EFE)

El Gobierno de Reino Unido ha acordado tomar el control del operador del sistema de la electricidad, que hasta ahora era una unidad de National Grid, la mayor compañía de transporte en alta tensión y distribución del país, a la que ha pagado 630 millones de libras (unos 750 millones de euros), según informaron esta semana medios de comunicación británicos. De esta manera, a partir del mes que viene, el operador del sistema eléctrico de Gran Bretaña (ESO) pasará a ser propiedad pública y se creará una nueva sociedad, Neso, que también operará el sistema del gas natural.

El Ejecutivo brit...

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El Gobierno de Reino Unido ha acordado tomar el control del operador del sistema de la electricidad, que hasta ahora era una unidad de National Grid, la mayor compañía de transporte en alta tensión y distribución del país, a la que ha pagado 630 millones de libras (unos 750 millones de euros), según informaron esta semana medios de comunicación británicos. De esta manera, a partir del mes que viene, el operador del sistema eléctrico de Gran Bretaña (ESO) pasará a ser propiedad pública y se creará una nueva sociedad, Neso, que también operará el sistema del gas natural.

El Ejecutivo británico espera que al aunar las distintas divisiones implicadas en la planificación de las redes energéticas de Gran Bretaña bajo una empresa de propiedad estatal, el operador del sistema (OS) “pueda adoptar un enfoque más estratégico para lograr los objetivos de descarbonización”, aseguraba The Guardian. El diario citaba a Ed Miliband, secretario de Energía, quien señaló que Neso tendrá “un papel relevante que desempeñar en el cumplimiento de nuestra misión de hacer de Gran Bretaña una superpotencia de energía limpia” al proporcionar “experiencia imparcial y de todo el sistema para construir una red que sea adecuada para el futuro”.

Neso trabajará con GB Energy, una empresa pública creada por el gobierno laborista para invertir en energía baja en carbono para ayudar a la conexión de nuevos proyectos de generación con la red eléctrica. El director de ESO, Fintan Slye, será el director ejecutivo de Neso. La decisión de escindir ESO de National Grid se había acordado ya con el anterior Gobierno conservador “debido a las preocupaciones sobre un conflicto de intereses relacionado con el papel del operador como asesor estratégico de los funcionarios del gobierno”, señala The Guardian. El Gobierno ha decidido comprar la sociedad en lugar de expropiarla, opción que podía haber ejercido.

National Grid, empresa que cotiza en el índice FTSE 100 de la Bolsa londinense, mantendrá la propiedad y operará la mayoría de las redes de transporte y distribución eléctrica del país, y seguirá desarrollando los cables de alta tensión que conectan la red británica con las de otros países. Precisamente, a principios de agosto Iberdrola compró el 88% la empresa de redes británica Electricity North West (ENW) por 5.000 millones de euros, la segunda tras aquella.

Largo debate

La decisión de Reino Unido de escindir la operación de los sistemas del transportista podría reabrir el debate para que el Gobierno español haga lo propio en el caso de Red Eléctrica y Enagás, que además son transportistas únicos (o TSOs), señalan fuentes del sector. Una reivindicación latente entre las empresas del sector y en ámbitos políticos que, como en el caso británico, consideran que se produce un conflicto de interés por el papel que desempeña el OS en la planificación de las redes y, por consiguiente, en sus inversiones. Lo que influye también en las de distribución que gestionan las grandes compañías del sector: Iberdrola, Endesa o Naturgy. De ahí el reciente conflicto relacionado con la petición de mayor capacidad de las redes eléctricas para los centros de datos, que dependen del grupo de Red Eléctrica.

La operación del sistema se dirige a través de una pequeña estructura dentro de los TSOs (Red Eléctrica, filial del grupo Redeia) y Enagás. Ambas empresas, en las que participa la SEPI con un 20% y un 5%, respectivamente, disfrutan de una acción de oro (límites en el capital), pues nadie puede tener más del 5% de las acciones, salvo el Estado, pero “se comportan como empresas privadas”, señalan fuentes políticas, ya que la mayoría de su capital es privado y cotizan en Bolsa. Precisamente, la acción de oro está pensada para proteger a los OS integrados en estas empresas.

Los más críticos consideran que el operador, que tiene la potestad de la planificación de las redes, no deberían formar parte de la empresa transportista para evitar favorecerlas. Aunque la normativa obliga a una separación funciones, ambas las realiza el mismo grupo empresarial, aunque resulta llamativo que la Ley del Sector de Hidrocarburos obligó a Enagás a separarlas en dos filiales (Enagás Transporte y Enagás GTS), mientras que la Ley del Sector Eléctrico se conformó con que el operador del sistema sea una unidad autónoma dentro del grupo de Red Eléctrica.

Precisamente, el pasado mes de julio un informe de la CNMC puso en cuestión la independencia de ambas funciones en el caso de esta última compañía, y recomendó, entre otros, que los servicios estratégicos (asesoría jurídica, regulación y control) no sean únicos y compartidos para el transportista y el operador del sistema, así como una mayor separación entre sus empleados.

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