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Nvidia cae más de un 6% y borra 200.000 millones de dólares en Bolsa al defraudar al mercado

La compañía de microprocesadores factura 30.000 millones de dólares y gana 16.599 millones, pero decepciona con sus previsiones

Una persona pasa junto a un logotipo de Nvidia en Computex en Taipei, en Taiwán, en junio pasado.
Una persona pasa junto a un logotipo de Nvidia en Computex en Taipei, en Taiwán, en junio pasado.Ann Wang (REUTERS)
Miguel Jiménez

Los resultados de Nvidia se han convertido en la referencia empresarial más importante del mercado. Su impacto sobre la Bolsa es comparable al que en este momento tienen sobre las Bolsas los datos de empleo, que sirven para calibrar las futuras rebajas de tipos de interés de la Reserva Federal. El diseñador de microprocesadores comunicó este miércoles sus cuentas del segundo trimestre con ventas y beneficios récord, pero ha defraudado al mercado, especialmente con su previsión para el tercer trimestre, y con los problemas de fabricación de su vanguardista modelo Blackwell.

Los títulos de la compañía han cerrado la sesión de este jueves con una caída del 6,38%, lo que implica una reducción del valor de la acción hasta los 117,59 dólares. Los títulos han estado sujetos a una gran volatilidad. Primero cayeron con fuerza tras la publicación de los resultados, con un retroceso de aproximadamente el 7%-8% fuera del horario habitual de contratación. En la apertura de la sesión de este jueves, la cotización reducía la caída a un 3,4%, restando unos 100.000 millones de dólares de valor en Bolsa a la compañía. Finalmente, en la recta final de la jornada la bajada se recrudecía de nuevo por encima del 6%, volatilizando con ello cerca de 200.000 millones de dólares de capitalización. Ello a pesar de que los resultados son espectaculares.

Los ingresos de la empresa con sede en Santa Clara (California) se han disparado un 122% con respecto a los del segundo trimestre del pasado ejercicio y han alcanzado los 30.040 millones de dólares (unos 27.000 millones de euros al tipo de cambio actual). Esa cifra incluye ingresos trimestrales récord por centros de datos, su principal negocio: 26.300 millones de dólares, un 16% más que en el primer trimestre y un 154% más que hace un año.

El beneficio, por su parte, crece un 168%, hasta 16.599 millones de dólares, lo que también supone un nuevo récord y, al igual que las ventas, supera las teóricas previsiones medias de los analistas. Durante el primer semestre del ejercicio, la empresa devolvió 15.400 millones de dólares a los accionistas en forma de recompra de acciones y dividendos. El consejo de Nvidia ha aprobado esta semana una autorización indefinida para la recompra de acciones por importe de 50.000 millones de dólares, que se suma a los 7.500 millones que aún tiene pendientes.

En el primer trimestre, los ingresos se dispararon con más fuerza que en el segundo: un 262%, hasta 26.044 millones de dólares y los beneficios se multiplicaron por más de siete, al pasar de 2.043 a 14.881 millones, un incremento del 628%. El ritmo de crecimiento se va frenando al empezar a compararse las cifras con trimestres ya beneficiados por la fiebre de la inteligencia artificial.

Fuerte subida anual

La empresa anticipa unos ingresos de unos 32.500 millones en el tercer trimestre del ejercicio, con un margen bruto situado entre el 74,4% y el 75%, inferior al actual, en parte por los problemas de fabricación de Blackwell, su nuevo modelo de chip de última generación. Quizá esas perspectivas de crecimiento algo menor y de un pequeño deterioro de los márgenes sean lo que han castigado los inversores. Quizá el hecho de que algunos esperasen una sorpresa más positiva en ventas y beneficios, pues la compañía ha acostumbrado a muchos a ello. Quizá simplemente haya vértigo por las alturas que ha alcanzado ya la cotización.

Hasta la presentación de los resultados del segundo trimestre, las acciones de Nvidia se han revalorizado un 160% en lo que va de año. La compañía llegó a situarse de forma efímera como la primera del mundo por capitalización, superando a Apple, aunque luego cayó por debajo de la firma del iPhone y lucha con Microsoft por la segunda posición. Tiene un valor en Bolsa de 3,1 billones de dólares.

El crecimiento del negocio de microprocesadores para centros de datos se ha visto impulsado por la fuerte y acelerada demanda de entrenamiento e inferencia de IA generativa de su plataforma Hopper. Más allá de los proveedores de servicios en la nube, la IA generativa se ha expandido a empresas de internet de consumo y clientes empresariales, automoción, sanidad y hasta Estados, creando múltiples mercados verticales multimillonarios.

“La demanda de Hopper sigue siendo fuerte y la expectación por Blackwell [su nuevo producto] es increíble”, ha afirmado Jensen Huang, fundador y consejero delegado de Nvidia. “Nvidia logró ingresos récord mientras los centros de datos globales están en plena aceleración para modernizar toda la pila de computación con computación acelerada e IA generativa. (...) La IA generativa revolucionará todos los sectores”, ha añadido.

Ya antes de la presentación de este miércoles existía la preocupación de que Nvidia estuviera teniendo problemas con su nuevo diseño. La empresa ha reconocido que había problemas con la producción de Blackwell y ha afirmado que está introduciendo cambios para mejorar su rendimiento de fabricación. Nvidia espera obtener ya en el cuarto trimestre de este año varios miles de millones de dólares de ingresos con este producto.

La presentación de resultados del primer trimestre de Nvidia de hace un año marcó un antes y un después en la historia de la compañía. Entonces fue cuando por primera vez quedó claro ante la comunidad inversora que la compañía era la gran ganadora de la fiebre por la inteligencia artificial. Cada empresa desarrolla sus propios sistemas, pero todas acuden a Nvidia en busca de la potencia de cálculo que requieren sus tareas de computación. Elon Musk bromeó con que los aceleradores H100 de la compañía eran más difíciles de conseguir en San Francisco que las drogas.

Fundada en un restaurante de comida rápida de San José (California) en 1993, Nvidia fue pionera en el procesamiento gráfico de ordenadores y consolas de videojuegos. En 1999, inventó la GPU, la unidad de procesamiento gráfico, que sentó las bases para un cambio profundo del sector. Para tener imágenes cada vez mejores, fue aumentando exponencialmente la potencia de sus procesadores, con capacidades para la robótica, la computación en la nube, la industria aeroespacial, la fabricación de armamento, el metaverso, las criptomonedas, la conducción autónoma, el reconocimiento de imágenes y la inteligencia artificial, que le ha dado el empujón definitivo en el último año. Microsoft, Amazon, Google, Apple, Oracle, OpenAI, Anthropic son clientes de Nvidia, al igual que firmas de robótica, conducción autónoma y biotecnología.

Jensen Huang, de 61 años, fundó la empresa con Chris Malachowsky y Curtis Priem, con la visión de llevar los gráficos 3D a los mercados de juegos y multimedia. La dirige desde entonces y se ha convertido en el jefe de una gran empresa con una trayectoria más larga de todo Silicon Valley.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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