Sacyr se plantea frenar la venta de activos en Sudamérica a la espera de tipos bajos de interés
El grupo también baraja dejar las autopistas de Chile y Colombia, sobre las que tantea ofertas, en la futura filial concesionaria Voreantis
La senda de Sacyr en el negocio de las concesiones apunta a un giro en lo que se refiere a los activos en Chile y Colombia. El grupo, que presenta sus resultados del primer semestre y tendrá un encuentro con analistas a lo largo de esta tarde de miércoles, se está planteando frenar la venta de su participación en un total de nueve autopistas, un hospital y un aeropuerto en esos países. Se trata de esperar un momento más adecuado para la tasación de infraestructuras.
El director general financiero, Carlos Mijangos, reconoció la semana pasada en una entrevista concedida a Reuters que las valoraciones son poco atractivas. Y ello estaría relacionado, en buena parte, con el precio de la deuda. De mantener el plan de desinversiones, Sacyr baraja aguardar a la bajada de tipos, con lo que la tasa de retorno sería superior a la actual y se esperarían mejores ofertas.
Pero es que ya no está claro que esos activos salgan de la cartera del grupo. En un proceso paralelo, Sacyr mantiene contactos con inversores para intentar atraer a uno o dos socios de perfil financiero a su negocio de concesiones. El grupo que preside Manuel Manrique ha constatado, de esas conversaciones, que necesita ofrecer al mercado una firma de volumen relevante. El proyecto, hecho público el 9 de mayo durante la presentación del plan estratégico 2024-2027, es crear un vehículo denominado Voreantis en el que se alojarían las concesiones en operación. De esa filial se vendería hasta un 49% del capital con la intención de captar entre 800 y 1.000 millones de euros, en función de una horquilla de valoración anticipada por Manrique de 1.700 a 2.000 millones. A la puerta de Sacyr han llamado ya una decena de inversores, según se afirma desde la empresa, dando a entender que hay apetito.
Está previsto que el proceso de Voreantis, cuyo calendario podría alcanzar hasta finales de 2025, sea lanzado formalmente este mismo verano con la contratación de asesores financieros por parte de Sacyr. Y todo apunta a que las infraestructuras que iban a ser vendidas en Chile y Colombia van a ser acomodadas en esa sociedad, aunque aún no se ha anunciado una decisión en firme.
Las autopistas chilenas traspasables son Ruta del Algarrobo (participación del 26%), Rutas de Limarí (26%), Valles del Bío-Bío (26%), Rutas del Desierto (26%) y Valles del Desierto (31%), con un total de 680 kilómetros. A ellas se suman el hospital de Antogafasta (671 camas) y el aeropuerto de El Tepual (cerca de dos millones de viajeros al año). La inversión acumulada es de 1.500 millones y se trata de parte del negocio concesional de Sacyr en el país andino, donde acumula una cesta de 15 contratos.
En Colombia, por su parte, tiene en venta participaciones en cuatro concesionarias de autopistas: Rumichaca-Pasto (bajaría del 60% al 29%), Puerta del Hierro (del 100% al 51%), Pamplona-Cúcuta (del 100% al 51%) y Autopista al Mar 1 (del 38% al 19%), con 2.200 millones de inversión total. Como sucede en el caso de Chile, el grupo español cuenta con otros importantes proyectos en el país, como el Canal del Dique (1.200 millones de inversión bajo gestión) o la autopista Buenaventura-Buga (800 millones de inversión).
Las ofertas vinculantes ya analizadas por los activos chilenos llegaron en mayo, mientras que las propuestas en el caso de las carreteras colombianas carecen de carácter vinculante y entraron en junio.
El departamento financiero de Carlos Mijangos y la división de Concesiones, que encabeza Pedro Sigüenza, deben determinar ahora si esos contratos maduros crean más valor dentro de Voreantis o en una operación paralela de desinversión. En cualquier caso, Sacyr busca fondos para seguir recortando la deuda corporativa y emprender nuevos proyectos concesionales en mercados estratégicos, entre los que destaca Estados Unidos. Con esa intención amplió capital en un 9,6% a finales del pasado mayo. En el posible escenario de mantener las citadas autopistas en venta, la compañía tiene por anunciar si sigue adelante con el actual proceso o, finalmente, lo mete en un cajón a la espera de tipos de interés bajos.
El plan estratégico 2024-2027 de Sacyr prevé que un 95% del ebitda dependa del negocio concesional a la vuelta de cuatro ejercicios, frente al 80% actual. La inversión de capital propio debe saltar de 1.200 a 2.600 millones, y la inversión bajo gestión ha de evolucionar desde los 18.000 millones al entorno de los 30.000 millones. Además de quedarse en España, Italia, Colombia y Chile, el grupo apuesta por crecer en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia.
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