La industria reclama una regulación más permisiva con la reutilización del agua
Las empresas son cada vez más conscientes de las implicaciones que tiene una gestión hídrica adecuada, pero destacan que la legislación no les ayuda a recircular y reducir sus consumos
La coyuntura hídrica en España se ha convertido en un eslabón crítico para el sector empresarial. La irregularidad de las precipitaciones, agravada por el cambio climático, desafía la gestión de recursos esenciales como el agua, motor indiscutible de la industria. La interdependencia entre el agua y la energía emerge como un binomio estratégico, cuyos objetivos de gestión eficiente ya no son solo deseables sino cruciales para la sostenibilidad industrial.
En este contexto, es necesario que las empresas establezcan metas y objetivos claros en cuanto al uso responsable del agua, cobrando una relevancia sin precedentes la simbiosis empresarial y el fomento de la colaboración público-privada y con la importancia de este recurso de cara al desarrollo de proyectos innovadores —véase la producción de hidrógeno verde— en el horizonte más próximo. Estas y otras cuestiones han vertebrado una nueva edición de los desayunos organizados por CincoDías en colaboración con Cepsa para analizar los retos que el binomio agua-energía plantea a la industria española.
Marién Benavente, responsable de Medioambiente de Cepsa, fue la encargada de abrir la conversación poniendo en valor el compromiso de la petrolera con la gestión eficiente del agua, respaldada en el incremento de la recirculación en sus plantas y en la monitorización de posibles fugas: “Para nosotros, como gran industria energética, es importantísimo ese binomio energía-agua y la cantidad de este recurso no solo en disponibilidad, también en calidad, porque los usos que podamos dar dependerán de esa calidad”.
Para Cepsa es importantísimo el binomio energía-agua. Nuestro proyecto de reutilización en San Roque redunda en esta idea: evitamos que ese desecho vaya al mar, no tenemos captación de otra fuente de agua dulce y creamos energía verdeMarién Benavente, responsable de Medioambiente de Cepsa
La directora de Sostenibilidad de Heineken España, Sagrario Sáez, manifestó que la cervecera se pone “objetivos muy ambiciosos a corto plazo” en lo que se refiere a la utilización de agua. Desde 2008, la empresa ha reducido casi un 50% el agua que se emplea en la elaboración de la cerveza —actualmente, Heineken necesita 2,6 litros de agua por litro de cerveza— Además, Heineken participa en proyectos de restauración de lagunas en Doñana, en el Jarama y en la Albufera, tres ecosistemas conectados con sus cuatro fábricas en España: “Este es un compromiso de por vida, mediante el que devolvemos a la naturaleza cada año más de 1900 millones de litros”.
Creemos a pies juntillas en la reutilización del agua, pero ni la ley, ni la percepción del consumidor respecto al consumo de aguas residuales 100% regeneradas nos acompañan.Sagrario Sáez, directora de Sostenibilidad de Heineken España
Por su parte, Carlos Montero, director de Proyectos Estratégicos de Agbar (Grupo Veolia), reconoció la labor en materia medioambiental de estas dos industrias, con las que Agbar comparte distintos proyectos. Montero también hizo énfasis en que cada vez hay una mayor preocupación en el sector industrial por el agua, dado que es un “habilitador económico, fundamental en la mayoría de los procesos productivos que, ahora, se ven cada vez más limitados, más condicionados, por el contexto de cambio climático”.
Necesitamos una legislación a nivel europeo que nos permita acercarnos a países como Israel o Singapur, donde se reutiliza el 100% del agua. El bloqueo existe porque en Europa juzgamos el agua por su historia y no por su calidadCarlos Montero, director de Proyectos Estratégicos de Agbar (Grupo Veolia)
Óscar Vázquez, responsable de Soluciones Sostenibles en Ecolab España, explicó que es posible que cuando se piensa en el consumo del agua industrial —el 20% del total destinado a uso humano—, quizás no llame mucho la atención, al contrario que lo que pasa con el consumo de energía: “El agua hay que captarla, hay que tratarla, hay que depurarla, hay que refrigerarla... Eso supone un consumo energético que puede rondar hasta un 25 % del consumo energético de cualquier industria. La interdependencia entre energía y agua es más que evidente”.
Las empresas se han dado cuenta de que una gestión hídrica eficaz les permitirá crecer de forma sostenible, con un impacto en la comunidad patente y preparadas para cualquier desafío que surja en un contexto de sequíaÓscar Vázquez, responsable de Soluciones Sostenibles Ecolab España
Objetivos de consumo obligatorios
Los participantes en el encuentro coincidieron en la necesidad de que las empresas estableciesen objetivos claros de cara a usar de forma responsable el agua. La obligatoriedad de los para las empresas podría garantizar un compromiso unánime y equitativo del tejido industrial, evitando así desventajas competitivas. Los focos deberían orientarse a la minimización del consumo, la reutilización de aguas residuales y la inversión en tecnologías de tratamiento y desalinización.
“Compartir esos objetivos nos permitiría avanzar de forma más decidida en I+D porque todos tendríamos un objetivo común”, comentó Marién Benavente. La responsable de Medioambiente de Cepsa también se congratuló por los buenos resultados de Cepsa en los principales ratings mundiales, concretamente en el de CDP, que por cuarto año consecutivo ha vuelto a otorgar a la energética la calificación de liderazgo en gestión de agua. Un reconocimiento que tiene más valor teniendo en cuenta que sus principales plantas, San Roque (Cádiz) y Huelva, se encuentran en una zona en la que los embalses han experimentado grandes descensos en sus reservas de agua.
Muchas empresas, según Óscar Vázquez, ya han tomado la iniciativa antes de que se les obligue a modificar sus dinámicas de consumo, pues “esa gestión hídrica eficaz, les va a permitir tener un crecimiento sostenible”. En cualquier caso, Vázquez defendió que con unos objetivos obligatorios, las empresas van a ser más competitivas y esa resiliencia les va a permitir abordar futuros desafíos.
Carlos Montero defendió la obligatoriedad de estos objetivos no solo para las empresas, también para la ciudadanía y las administraciones, para poder adelantarse a “un problema en el que ya estamos sumidos”. Además, Montero hizo hincapié en que para todo el potencial del agua se debe comenzar a dar importancia a la reutilización: En el territorio de la agricultura que supone el 80 % del consumo del agua, no es necesario que este sea de la misma calidad que el doméstico o que el industrial que muchas veces tiene su propio proceso de producción de agua producto”.
Para los ponentes, la regulación sobre reutilización es demasiado restrictiva. Con casos como los de Israel, Singapur, o el estado de California, donde se regenera casi el 100% de las aguas residuales, los expertos hablan de “bloqueo legal” en Europa por “juzgar el agua por su historia y no por su calidad”. Sagrario Sáez afirmó que en Heineken creen a pies juntillas en la reutilización, pero que, precisamente, ni la ley ni la percepción del consumidor les acompaña. Benavente, por su parte, recordó que el Gobierno lanzó en 2018 la estrategia de economía circular 2030, en la que se recogía la mejora del 10% en la eficiencia del uso del agua: “El proyecto no está aterrizado cinco años después de su lanzamiento. Se puso la primera piedra, pero necesitamos avanzar juntos a través de la colaboración público-privada”.
El impacto de los proyectos innovadores en los recursos hídricos
Cepsa firmó en 2022 un acuerdo de colaboración público-privada con Aguas y Servicios del Campo de Gibraltar (Arcgisa) para la creación de una planta de reutilización de agua en San Roque (Cádiz) donde regenerar el agua de uso urbano para que quede normal y pueda utilizarse para la fabricación de hidrógeno verde: “Aquí queda patente el binomio agua-energía. Evitamos que ese desecho vaya al mar, no tenemos captación de otra fuente de agua dulce y creamos energía verde” explica Benavente.
Vázquez cree que "el hidrógeno va a ser clave en la descarbonización de sistema industrial, pero sabemos las cantidades de agua de alta calidad que demanda". El responsable de Soluciones Sostenibles de Ecolab España se refiere a que para producir un kilo de hidrógeno se necesita un mínimo de 20 litros de agua: "El Valle Andaluz del Hidrógeno será el líder de la transición energética de España, tenemos que verlo como una oportunidad para reutilizar aguas regeneradas y ser más competitivos", añade.
"El agua tiene este potencial de pagarse a sí misma en términos energéticos, especialmente en aguas negras, donde queda mucha materia orgánica", explicó Montero. De estas aguas residuales, ricas en carbonos, se puede conseguir biogás o biometano, combustibles que pueden alimentar energéticamente estas plantas, cerrando un círculo que ayudaría a las empresas a afrontar los desafíos que puedan surgir en el futuro.