La spac con la que H2B2 quería cotizar va a la liquidación tras el fracaso de la salida a Bolsa
Los inversores dieron la espalda al intento de colocar en el mercado la firma de hidrógeno verde de los Benjumea
El fracaso de la salida a Bolsa de H2B2 se ha llevado por delante a la sociedad a través de la cual pretendía dar el salto al Nasdaq. RMG es una spac, una sociedad creada expresamente para acometer una fusión o adquisición. Antes de H2B2 había intentado varias operaciones que no salieron adelante. Casi a la desesperada, firmó un acuerdo para la fusión con H2B2, la compañía de hidrógeno vinculada a Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa. Sin embargo, la operación tampoco ha salido adelante, así que la firma ha comunicado a la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) su liquidación.
“RMG Acquisition Corp. III ha anunciado hoy que, debido a que la sociedad no consumará una combinación de negocios inicial dentro del plazo exigido por su cuarta escritura de constitución modificada y reformulada, la sociedad tiene la intención de disolverse y liquidarse, con efecto a partir del cierre de las operaciones el 22 de abril de 2024″, ha indicado la empresa en un comunicado registrado este martes ante el supervisor estadounidense. La firma “reembolsará todas las acciones ordinarias de Clase A en circulación que se incluyeron en las unidades vendidas en su oferta pública inicial a un precio de reembolso por acción de aproximadamente 10,00 dólares”, añade.
El precio de compra de H2B2 por RMG III se había fijado inicialmente en 750 millones, pero RMG solo tenía 10 millones. En realidad, la operación era un canje de acciones en el que en la práctica era H2B2 la que se queda RMG III como una especie de ficha para cotizar. Sin embargo, estaba diseñada para realizar a la vez una ampliación de capital con la que captar fondos. Los inversores no dieron por buena la valoración y toda la operación se fue al traste. El 1 de abril de 2024, RMG entregó a H2B2 una notificación en la que comunicaba que ejercía su derecho a rescindir el acuerdo de fusión.
Tras la retirada masiva de inversores, la mayoría de las acciones de RMG III estaban ya en manos de los propios promotores de la SPAC. Sus títulos se quedaban prácticamente sin valor si no lograban cerrar una operación a tiempo y encontraron una aparente tabla de salvación en la operación de H2B2. A los promotores les salía más rentable realizar cualquier operación que liquidar el vehículo, aunque fuera “en condiciones potencialmente menos favorables con un negocio potencialmente menos favorable, más arriesgado, de rendimiento más débil o financieramente inestable, o una entidad que carezca de un historial establecido de ingresos o ganancias”, según decía el folleto.
Desde el principio, el folleto de la operación dejaba muchos interrogantes en lo relativo a la capacidad de H2B2 para cumplir sus previsiones, para entrar en rentabilidad y para lograr que el mercado le diese una valoración como la que pretendía.
H2B2 fue recortando unas previsiones que la empresa reconocía que eran “inherentemente especulativas”. De la valoración inicial de 750 millones de dólares se pasó a otra de 400 millones de dólares, un recorte del 47%, tras conversaciones con inversores potenciales en las que participó el banco de inversión Natixis. La nueva valoración seguía sin estar avalada por el dictamen de ningún experto independiente.
En febrero pasado, la junta de accionistas de RMG había aprobado una prórroga que ampliaba el plazo máximo hasta agosto de 2024 para completar la fusión. Finalmente, sin embargo, la proyectada salida a Bolsa se saldó con fracaso.
La firma andaluza culpó en un comunicado a las “circunstancias actuales del mercado”. H2B2 asegura que espera relanzar un proceso separado de salida a Bolsa “cuando determine que las condiciones del mercado han mejorado”. Además, afirma que los planes de crecimiento de la compañía “continúan según lo establecido en su plan estratégico”.
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