Naturgy se deja la cuarta parte de su valor en Bolsa en 2024 e inquieta a sus minoristas
La exclusión de los índices MSCI por su escaso capital flotante lastra a la energética, que ya capitaliza menos de 20.000 millones
La junta de accionistas de Naturgy, en la que la primera gasista y segunda mayor eléctrica de España ha logrado sacar adelante todas sus propuestas —incluido el informe de retribuciones, el punto más peliagudo—, ha brindado un balón de oxígeno para su alicaída cotización. Las acciones de la energética han escapado este martes de los números rojos generalizados en los parqués con una subida del 1%. La tendencia de fondo, sin embargo, es radicalmente opuesta: en lo que va de año, la empresa se deja la cuarta parte de su valor y ya capitaliza menos de 20.000 millones de euros.
La inquietud por esta fuerte caída en su valoración bursátil ha permeado en la junta general de accionistas de Naturgy, celebrada este martes en Madrid, con algunos minoritarios alzando la voz por la caída en el valor de sus paquetes accionariales. “Compré acciones a 25 euros y ahora cotizan a 20. Cotizamos peor de lo que cotiza Endesa, Iberdrola o Repsol″, decía uno de ellos, que trazaba una comparación evidente con otras grandes empresas del sector a las que le ha ido bastante mejor en Bolsa.
Mala racha
Los poco más de 20 euros actuales son prácticamente la mitad de su máximo histórico y —aunque aún lejos— se acercan, en cambio, peligrosamente a los mínimos de la última década, que tocó en la pandemia. El descenso comenzó antes, en los últimos compases de 2023, pero la puntilla fue la exclusión de los poderosos índices MSCI, que mueven miles de millones de dólares de inversión en todo el mundo y que sacó a Naturgy de sus cestas de valores. Desde entonces, el descenso ronda el 14%. Pese a la confianza de la compañía en que la situación se revertiría a partir del 1 de marzo, la sangría bursátil —aunque atenuada respecto a las semanas precedentes— ha continuado desde entonces.
A pesar de que el consejero delegado de la energética, Francisco Reynés, dio prácticamente por zanjada la caída a finales de febrero, el descenso —aunque amortiguado— ha continuado desde entonces: en este último mes la acción ha pasado del entorno de los 22 euros a poco más de 20. Una mala racha bursátil que ha convertido, además, a Naturgy en farolillo rojo de entre los grandes valores del Ibex en 2024. Hoy, la eléctrica y gasista capitaliza menos de 20.000 millones, muy lejos de las cotas que marcaba hace un año.
IFM, CVC y GIP
La dinámica también preocupa a los accionistas de referencia, los que de verdad manejan los hilos en el consejo de administración. El fondo de pensiones australiano IFM, el último en entrar y que este martes se ha rebelado contra la política salarial de la energética, pagó algo más de 22 euros por acción en la OPA que lanzó en el otoño de 2021. Aunque los dividendos recibidos en ese periodo compensan la brecha, la reciente caída bursátil rebaja muy sustancialmente el valor de una inversión que hasta hace bien poco no le había dado más que alegrías.
CVC, que lleva tiempo buscando comprador para su 20% largo en el capital de la energética, irrumpió en el capital de Naturgy en 2018 a un precio ligeramente inferior al que cotiza hoy: 19 euros por título. Está, por tanto, —de nuevo, dividendos al margen— muy cerca del punto de partida. Una situación similar a la del fondo estadounidense GIP, que entró dos años antes, 2016, también a 19 euros por acción. En ambos casos, una potencial venta de su participación —un extremo que nadie descarta— aún arrojaría plusvalías. Pero por muy poco.
Beneficios al alza
La trayectoria a la baja de Naturgy en Bolsa contrasta con la buena marcha de su cuenta de resultados en los últimos tiempos: como para el resto de grandes energéticas, la crisis de precios del gas y de la electricidad, agravada por la invasión rusa de Ucrania, ha sido un potente aldabonazo para los ingresos y los beneficios de la firma que preside Reynés.
Las ganancias no han dejado de crecer: más de 1.200 millones en 2021, cerca de 1.650 en 2022 y casi 2.000 en 2023. Para el ejercicio en curso, y pese a la reversión a la media de los precios, nada invita a pensar en un aterrizaje brusco. El valor, sin embargo, sigue sin contar con el favor de los inversores: solo uno de los 21 analistas del panel de Bloomberg recomienda comprar, frente a tres que abogan por mantenerlo en cartera y a otros 17 que apuestan por deshacer posiciones.
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