Las gasolineras ‘low cost’ duplican su red en cuatro años y ya acaparan el 20% de los puntos de venta
Cataluña es la autonomía en la que tienen una mayor presencia, con un 32% de las estaciones de servicio, seguida por la Comunidad Valenciana y Madrid, con un 29% y un 25%
Llenar el depósito de un coche con gasolina y gasóleo se ha convertido en un lujo para muchos conductores. El desplome de la energía ha provocado que el precio del gas haya caído a la mitad en los últimos doce meses y que la factura de la luz se haya reducido una quinta parte, pero no ha impactado en el precio de venta al público de la gasolina de 95 octanos y el gasóleo, los dos combustibles más vendidos en España, ya que cuestan exactamente lo mismo que a principios de 2023 (1,54 euros de media para el gasóleo y 1,61 euros para la gasolina 95).
En este contexto inflacionista, las gasolineras low cost han disparado su presencia, duplicando su peso desde las 882 estaciones de servicio que había en 2019 hasta las 2.100 al cierre de 2023. La red de estaciones creció un 12% anual durante el pasado ejercicio, lo que le impulsó a alcanzar una cuota de mercado histórica del 20%. “La pandemia y las subidas de precios han consolidado un modelo de negocio alternativo frente a las grandes marcas. Los clientes que acudieron en la pandemia en busca de no tener interacción con nadie para contagiarse han sido fidelizados gracias al servicio y a los bajos precios”, recalcó Manuel Jiménez Perona, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Automáticas en España (Aesae), durante la presentación del V Estudio Sectorial de Estaciones de Servicio Automáticas en España.
Esa diferencia de precios frente a las gasolineras de bandera como Repsol, Cepsa, BP o Galp lo achaca la patronal, que reúne a los gigantes low cost como Ballenoil o Petroprix, a los menores costes en los que incurre, como empleados o el número de combustibles que comercializa en sus estaciones de servicios. “Ese ahorro se ha transmitido directamente al consumidor y ha hecho eclosionar un modelo de negocio que ahora coloniza todo el mercado. Ahora no se abren estaciones de marca”, señaló el presidente de Aesae.
El reparto geográfico de esas estaciones de servicio, sin embargo, muestra como ese fuerte crecimiento se ha centrado en tres comunidades autónomas (Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid), donde las estaciones low cost representan el 32%, el 29% y el 25% de los puntos de venta en cada una de ellas. “Las grandes compañías de nuestro sector están apostando por las autonomías donde hay una gran población y donde la competencia aún es escasa. Sin embargo no dudamos que el negocio continuará creciendo en el resto de provincias, ya que muchos de nuestros socios están trabajando en esos territorios”, subrayó Jiménez Perona. Barcelona es la provincia con mayor presencia de estaciones (207) con Madrid pisándole los talones (205). En el otro lado aparecen Canarias, donde las gasolineras low cost solo suponen el 6% del total, seguida por Baleares y Navarra, con un 11%.
Pese al fuerte impulso alcanzado desde 2019, la patronal alertó sobre la paralización que han sufrido algunos proyectos como consecuencia de las barreras normativas aprobadas por algunos ayuntamientos para impedir que ese modelo de negocio crezca. “Cuando las gasolineras arrancaron en 2013 era el propio Estado quién dificultaba su implantación, con una legislación que ponía trabas sin fundamento. Después surgieron problemas iniciados por las autonomías, de las que todavía queda el País Vasco”, recalcó el presidente de Aesae. Ese conflicto se ha enconado desde que aprobó un real decreto el 20 de noviembre de 2018, en el que establecía decenas de requisitos (mangueras, iluminación, electricidad, señalización, recogida de aguas, contar con un centro de control....) para poder instalarse en la autonomía. Aesae tiene recurrido ese decreto ante la Comisión Europea, que todavía no ha resuelto al respecto.
El presidente de Aesae vaticinó que el crecimiento del 12% en los puntos de venta registrado en 2023 se repetirá en los próximos años ya que la brecha de precios entre las estaciones tradicionales y las low cost seguirá creciendo. “La horquilla era de 11 céntimos en 2018 y ahora se ha incrementado un 50% hasta los 16 céntimos. Parece que las compañias de oligopolio están utilizando el negocio de las gasolineras para sacar el máximo partido e invertir en otros sectores y eso nos dará nuevas oportunidades en el futuro”. Jiménez Perona destacó que en la actualidad el ahorro para un conductor que haga 25.000 kilómetros al año y reposte en una estación lowcost se eleva al 2% del gasto anual en combustible frente a si lo hiciera en otra tradicional.
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