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Despidos por la IA generativa: uno de cada cuatro CEO anticipa una reducción de plantilla del 5% o más en 2024

Casi la mitad de los altos ejecutivos consultados en la vigesimoséptima edición de la encuesta global de consejeros delegados de PwC, el 45%, consideran que si sus empresas no se adaptan, estas desaparecerán de aquí a 10 años

Annual meeting of the World Economic Forum in Davos
DENIS BALIBOUSE (REUTERS)
Fernando Belinchón

Cuando se le pregunta directamente a una inteligencia artificial generativa (en el caso de este artículo, a Bard, la IA de Google) si es posible que una tecnología como ella destruya empleos, la respuesta que da es que sí. Que a pesar de que se crearán otros oficios, la evolución de las IAs derivará en pérdidas de trabajo en ciertas industrias, y apunta a que el balance definitivo de “impacto neto” dependerá de una serie de factores. En la vigesimoséptima edición de la encuesta global que cada año realiza PwC a 4.702 consejeros delegados de 105 países, presentada este lunes en el Foro Económico de Davos, los directivos de las compañías han dejado una conclusión de doble filo a este respecto: uno de cada cuatro ha anticipado una reducción de plantilla del 5% o más en 2024 debido a la IA. Por contra, un 39% espera aumentar su recuento de trabajadores un 5% o más en 2024, por lo que, por lo pronto, el balance neto en el empleo, asumiendo que los CEO dicen la verdad, sería positivo.

Entrando en el detalle por sectores en lo que a recortes de personal se refiere. El de los medios de comunicación y el entretenimiento acumuló el mayor número de CEO respondiendo en este sentido. Un 32% de los consultados en este campo consideró esos recortes del 5% o más de la plantilla como la opción más probable este año. Le siguieron al mismo nivel, en ambos casos, un 28%, los CEO dedicados al sector de la banca y mercados financieros y los de empresas aseguradoras. En el lado opuesto, metales y minería (14%), tecnología (14%) e ingeniería y construcción (12%) registraron el menor porcentaje de respuestas afirmativas a este respecto.

Ceo IA
Belén Trincado Aznar

Si bien el impacto de la IA en el empleo dibuja un panorama de claroscuros, la lectura a nivel del negocio es bien distinta. A las empresas les sienta definitivamente bien. A lo largo de este 2024, la mitad de los CEO esperan que la IA refuerce su capacidad de construir confianza en las relaciones de las compañías que pilotan con terceras partes, y un 60% confía en que su implementación se traduzca en una mejora del producto o de la calidad de los servicios que ofrecen. Durante los próximos tres años, casi 7 de cada 10 creen que la IA se traducirá en una mayor competencia, cambios en sus modelos de negocio y en nuevas necesidades que necesitarán ser cubiertas por otro tipo de empleados.

Con todo, PwC deja una positiva conclusión que bien parece que da la razón a la respuesta que daba Bard a la pregunta de si la IA generativa destruirá empleo. “Las empresas que ya han reducido su plantilla para hacer más eficientes determinadas áreas puede que ya estén compensando esos despidos con otras contrataciones a medida que el crecimiento y las oportunidades de aumento de ingresos se van cristalizando”, escriben en el informe los expertos de la consultora. “Por ejemplo, si un 14% de los CEO del sector tecnológico preveían reducción de plantilla del 5% o más en 2024 por la IA generativa, un 56% de ellos estimaban contrataciones, un ratio un 20% superior que la media de la encuesta”, añaden.

“Estas averiguaciones ponen de relieve la importancia de que los CEO consigan ganarse a sus plantillas respecto a la IA. Ser transparente a la hora de explicar sus planes con ella ayudará a que los empleados más reticentes o temerosos con su potencial impacto estén más cómodos. Los consejeros delegados tendrán una nueva misión: entender, escuchar y gestionar las inevitables tensiones que surgirán en el camino de las pérdidas de empleo a corto plazo y la creación a largo de nuevos puestos”, valoran desde PwC.

En lo que a nivel de adopción se refiere, según desglosa la consultora, uno de cada tres CEO consultados asegura que ya ha incorporado la IA generativa a su negocio. Nadie sabe con certidumbre el impacto que tendrá esta disruptiva tecnología en el empleo, pero los CEO, a pesar de que cada vez parece más claro que va a haber ganadores y perdedores, quieren creer que será positivo.

Este mismo lunes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha publicado un informe sobre el impacto de la IA en el empleo. La institución presidida por Kristalina Georgieva calcula que en las economías avanzadas alrededor del 60% de los trabajos están en algún nivel de riesgo por esta tecnología. La propia presidenta del FMI considera que, uno de los efectos indeseados va a ser un aumento de la desigualdad. “En la mayoría de los escenarios, la IA probablemente empeorará la desigualdad general”, reconoce Georgieva.

Renovarse o morir, más que antes

En este contexto, los expertos que se dedican a analizar el desembarco de la IA y sus derivadas apuntan a menudo a la formación de los trabajadores como una parte fundamental para evitar ser arrollado por ella. No obstante, hay división de opiniones sobre en qué se deberían formar exactamente. Si parte de los expertos considera que la formación técnica será fundamental para poder sacar todo el jugo a esta innovación y subirse a la ola del empleo, otros advierten que ya es tarde para ello. Es el caso de Christopher Pissarides, premio Nobel de economía del año 2010.

Este economista especializado en el análisis del mercado laboral y profesor de la London School of Economics sostuvo que, en un escenario de fuerte impacto de la inteligencia artificial en el mercado de trabajo, los empleos que necesitan de empatía y habilidades creativas son los que mejor perspectiva tienen.

Desde la edición del año pasado, la encuesta ha detectado que en la actualidad el sentimiento que impera entre los directivos podría ser descrito como un mayor optimismo en el corto plazo y un incremento del miedo para el largo. El 45% de los que respondieron dudaron de que su compañía siguiera siendo viable dentro de 10 años si la empresa mantiene su rumbo actual, un repunte de seis puntos porcentuales respecto al 39% que pensaba esto mismo en la edición de 2022.

A la pregunta de qué rumbo piensan que tomará la economía global este año, el 45% contestó que piensan que empeorará, un 38% que mejorará el ritmo de crecimiento y un 16% que se mantendrá más o menos estable. En 2023, un 73% pensaban que la economía global iría peor y solo un 18% apostaba por la mejoría.

Por grandes áreas geográficas, los presidentes y consejeros delegados se muestran más optimistas que pesimistas sobre el crecimiento de sus economías nacionales. Sin embargo, los CEO de Norteamérica y de Europa Occidental son la excepción a esta tendencia. En Europa, el 32% de los ejecutivos encuestados esperan ver crecer a sus economías domésticas y un 48% que se desaceleren, y en América del Norte esta relación es 31% versus 52%. En el caso de los españoles, el 36% apunta una mejora de la actividad en nuestro país en 2024 y el 48% espera un empeoramiento.

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.
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