Unicaja y un inicio de año clave: la elección del presidente, el broche de oro para zanjar la crisis interna
El banco malagueño busca sucesor en una terna de candidatos externos que garanticen un contrapeso al consejero delegado
Unicaja encara un inicio de año clave. El nombramiento de Isidro Rubiales como consejero delegado en octubre, en sustitución de Manuel Menéndez, marcó el final de una cruenta batalla interna entre el bando malagueño y el asturiano de Liberbank. Ahora solo falta poner el broche de oro a la transición tras la fusión con el sustituto del todavía presidente, Manuel Azuaga. Este proceso se ha acelerado para tratar de que concluya en el arranque de año y poder llevar así el nombramiento a la próxima junta general de accionistas.
“Se va a cerrar lo antes posible, a poder ser en enero”, coinciden varias fuentes de la entidad. En la terna hay varios nombres, de fuera de la entidad, para asegurar el contrapeso al primer ejecutivo y contentar así al Banco Central Europeo (BCE). “Si es alguien de fuera da la imagen de contrapeso y si es de dentro parece algo más pobre. Todo influye para tomar esta decisión”, añaden otras fuentes cercanas a la cúpula.
La lista de candidatos, realizada por los cazatalentos de Spencer Stuart, es amplia. Entre ellos, destaca José Sevilla, exconsejero de Bankia; Alberto Calles, exresponsable del sector financiero en la consultora PwC y actual presidente no ejecutivo de Myinvestor; Francisco Celma, de Deloitte, y Antonio Carrascosa, actual consejero independiente de Unicaja.
Entre ellos, varias fuentes apuntan a Sevilla otra vez como uno de los favoritos. Ya lo fue para ser consejero delegado, aunque entonces se llevó el gato al agua Rubiales. De ahí que ahora se muestre algo reticente. “No se quiere sentir utilizado”, afirman varias fuentes conocedoras del proceso. El que menos opciones parecía tener de inicio era Carrascosa, aunque en el seno del grupo malagueño no lo descartan. “Tiene un muy buen currículum”, destacan varias fuentes internas.
De esta forma, Unicaja quiere dar carpetazo de una vez por todas a la crisis de gobernanza que comenzó a final de julio de 2021. “En esta etapa se ha hecho mucho daño al banco, en su funcionamiento interno y en los números de la entidad. Ahora hace falta tiempo para recomponer las piezas”, aseguran fuentes internas del banco.
Debate tranquilo
Sobre los cambios para reconstruir el grupo, Rubiales ha avanzado buena parte de ellos. Aunque todavía quedan algunos de calado por cerrar. Por ejemplo, estaba pendiente el de director general de negocio minorista, uno de los más importantes en la estructura por debajo del consejero delegado. “Desde su llegada, Rubiales ha trabajado para formar un organigrama equilibrado que garantice la estabilidad”, explican otros altos cargos del grupo malagueño.
Tanto estos cargos de la entidad como fuentes cercanas a la cúpula y la fundación coinciden en un cambio radical con respecto a los últimos años. Se ha pasado de la crispación a un debate tranquilo. De hecho, este nuevo clima ha sido clave para que se abriera el proceso de relevo del presidente Azuaga.
Ya con el nombramiento de Rubiales, altos cargos de Unicaja avanzaban que se abría un periodo de transición hasta la salida del todavía presidente por dos motivos principales: por un lado, por las reticencias del BCE a que la cúpula la ocuparan dos puestos tan cercanos. Y, por otro, por la intención de Azuaga de dar un paso al lado tras haberse resuelto la lucha de poder interna.
El ambiente que se respira en los pasillos del banco en este momento es mucho más tranquilo. También en la relación con los principales accionistas, por ejemplo con la Fundación Unicaja, que no ha entrado en la cuestión del nuevo presidente. “Es el banco el que tiene que elegir”, zanja una fuente del patronato.
Pacto de fusión
Durante los dos últimos años, Azuaga ha vivido momentos de turbulencias en el máximo órgano de gobierno de Unicaja. Tras la euforia por la fusión con Liberbank, que creó el quinto mayor banco del mercado español por volumen de activos, el consejo se dividió en dos bandos. Una guerra que se saldó con el cese de Menéndez y la llegada de Rubiales en el plazo límite en el que el presidente tenía que ceder sus funciones ejecutivas al consejero delegado.
Por el lado de las cuentas, el grupo cuenta con un amplio margen de mejora. Los movimientos del banco en los últimos meses buscan encontrar la estabilidad perdida. E impulsar sus guarismos. Hasta final de septiembre, el banco ganó 285,4 millones, solo un 5% más a pesar del empuje de la subida de tipos de interés del BCE. Entre las tareas pendientes queda la mejora de la rentabilidad (el ROTE cerró en el 5,65%) y de la eficiencia: Unicaja tiene la peor entre los bancos cotizados españoles (45,9%, sin tener en cuenta el impacto del impuesto extraordinario).
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