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Los reguladores de competencia del Reino Unido y EE UU examinan los lazos de OpenAI y Microsoft

La CMA ha activado este viernes una invitación a hacer comentarios, el paso previo a una investigación oficial y la FTC examina si la inversión del gigante tecnología en la startup viola las leyes antimonopolio

Sam Altman, cofundador de OpenAI, en una imagen de archivo.
Sam Altman, cofundador de OpenAI, en una imagen de archivo.LUCY NICHOLSON (REUTERS)

Tres semanas después del motín y el despido y readmisión de Sam Altman en la cúpula directiva de OpenAI, la firma detrás del popular ChatGPT, han aflorado nuevas consecuencias de la situación que afrontó la empresa estrella de la inteligencia artificial. Mediante un comunicado publicado este viernes, la Competition and Markets Authority (CMA, el órgano encargado de velar por la correcta competencia en Reino Unido), ha anunciado la activación del paso previo a ejecutar una investigación sobre si los lazos que tiene OpenAI con Microsoft “incluidos los demostrados en los últimos acontecimientos”, han dado lugar a una situación de concentración relevante, para que en el caso de que así sea, “analizar el impacto que la fusión podría tener sobre la competencia en el Reino Unido”.

Cuando la CMA sospecha de un posible menoscabo a los derechos de los consumidores debido a una situación de concentración empresarial, lo primero que hace esta institución es activar lo que el organismo llama una “invitación a hacer comentarios”. En esta parte del proceso, la que ha activado este viernes, las partes interesadas y terceros pueden aportar sus impresiones sobre el posible daño a la competencia. Una vez finalizada, la CMA decide si hay elementos como para iniciar la fase 1 de la investigación, donde ya analiza con mayor profundidad el caso.

Pero no es el único regulador de la competencia que ha puesto sus ojos en la asociación multimillonaria de ambas empresas, una de las alianzas más lucrativas de la industria tecnológica. La Comisión Federal de Comercio de EE UU (FTC, por sus siglas en inglés) también está investigando si la inversión de Microsoft en la startups ha violado las leyes antimonopolio, según informa Bloomberg, que precisa que la investigación es preliminar y aún no ha abierto una investigación formal. La FTC se negó a hacer comentarios.

La CMA ha escrito en un comunicado que la velocidad a la que está escalando la inteligencia artificial en cuanto a casos de uso e importancia en el mercado no tiene parangón en la historia y ha añadido que los avances en poderosos modelos de lenguaje prueban que estamos en un momento crucial en el desarrollo de esta transformadora tecnología. “Un reciente informe de la CMA sobre el rápidamente cambiante mercado de los modelos de lenguaje resaltó tanto los riesgos como las oportunidades para la competencia y la protección de los consumidores. Una parte crítica de esa protección se basa en la necesidad de una competencia sostenida entre los desarrolladores de la IA que ayudará a impulsar la innovación, el crecimiento y prácticas responsables en el sector, así como una efectiva y positiva competencia en la implementación de esta tecnología en un variado rango de actividades”, ha indicado.

Según queda patente en el informe que elaboró con anterioridad la CMA, lo que la autoridad de competencia británica teme es que, debido a una serie de características de este mercado, la competencia que ha hecho florecer a la IA de forma rápida termine por desaparecer. Si para desarrollar modelos de inteligencia artificial avanzados es necesario acceder a una amplia base de datos, no todas las empresas podrán hacerlo. Si necesitan de grandes capacidades computacionales, solo las más grandes tendrán la posibilidad de desarrollarlos. Si finalmente sucede que la IA queda en manos de unas pocas empresas, los consumidores quedarían expuestos a los habituales riesgos de un mercado concentrado. Entre ellos, se encuentran posibles aumentos de precios, una reducción de la innovación y la disminución del poder de elección para los consumidores.

La relación entre Microsoft y OpenAI se intensificó a comienzos de este año. Fue entonces cuando se anunció una “alianza” mediante la cuál Microsoft invertiría 10.000 millones de dólares y daría acceso a la potencia computacional de su empresa a OpenAI a cambio de poder usar la tecnología de OpenAI en los productos de Microsoft. En total, las inversiones de Microsoft en OpenAI ya se han elevado a 13.000 millones de dólares. Tras los acuerdos, Microsoft es el mayor accionista de OpenAI, con un 49% de las acciones en su poder.

El despido y la consiguiente readmisión de Sam Altman en OpenAI expuso cómo de vinculadas están ambas firmas. Las acciones de Microsoft cayeron nada más conocerse la salida de Altman. El CEO de Microsoft, Satya Nadella, ayudó personalmente en las negociaciones que dieron como resultado la vuelta de Altman a OpenAI. Además, en el breve periodo que Altman estuvo fuera de OpenAI, Microsoft anunció la contratación del mismo para encabezar una nueva división de inteligencia artificial. Una vez que el consejo de OpenAI aceptó el regreso de Altman tras el motín de los empleados y la mediación de Nadella, incorporó a Microsoft como “observador sin derecho de voto” al organismo.

“Recientemente, se han producido una serie de acontecimientos en la gobernanza de OpenAI, algunos de los cuales han implicado a Microsoft. A la luz de estos acontecimientos, la CMA emite ahora una invitación a hacer comentarios para determinar si la asociación Microsoft / OpenAI, incluidos los acontecimientos recientes, ha dado lugar a una situación de concentración relevante y, en caso afirmativo, el impacto potencial sobre la competencia. La CMA examinará si la asociación ha dado lugar a una adquisición de control -es decir, cuando da lugar a que una parte tenga influencia material, control de facto o más del 50% de los derechos de voto sobre otra entidad- o a un cambio en la naturaleza del control de una entidad sobre otra”, escribe la CMA.

Mediante un mensaje publicado este viernes en la red social X, el presidente de Microsoft, Brad Smith, ha afirmado que “lo único que ha cambiado es que Microsoft tendrá ahora un observador sin derecho a voto en el consejo de OpenAI”. “[Eso] es muy diferente de una adquisición como la compra de DeepMind por parte de Google en el Reino Unido”, ha dicho citando la compra de su principal rival en 2004. “Colaboraremos estrechamente con la CMA para ofrecer toda la información que necesite”, concluye Smith.

También OpenAI ha salido al paso y en un comunicado ha asegurado que su asociación con Microsoft “nos permite continuar nuestra investigación y desarrollar herramientas de IA seguras y beneficiosas para todos, sin dejar de ser independientes y operar de manera competitiva. Su observador en la junta sin derecho a voto no les proporciona autoridad de gobierno ni control sobre las operaciones de OpenAI”.

Según Bloomberg, tras preguntar a la Comisión Europea con motivo de las pesquisas que está iniciando la CMA sobre OpenAI y Microsoft, un portavoz comentó que están “siguiendo muy de cerca la situación de control sobre OpenAI”. No es la primera vez que Microsoft se enfrenta a un escrutinio de las autoridades de competencia, su adquisición de Activision-Blizzard estuvo dos años bajo la lupa de la CMA. Finalmente, hace dos meses consiguió la luz verde definitiva.

La matriz de OpenAI es una empresa sin ánimo de lucro, un tipo de entidad que rara vez está sujeta a escrutinio antimonopolio. En 2019, la startup creó una filial con fines lucrativos, en la que Microsoft posee una participación del 49%, según distintas fuentes. Pero un portavoz de esta compañía lo ha cuestionado este viernes asegurando que los detalles de su acuerdo eran confidenciales, informa Reuters.

El CEO de Microsoft, Satya Nadella, aseguró al Financial Times a principios de este año: “Tenemos una bonita relación de 360 [grados] con ellos. Somos inversores, tenemos intereses económicos e intereses comerciales”. Pese a ello, OpenAI y Microsoft nunca han explicado completamente los detalles de su alianza. El acuerdo inicialmente otorgó a Microsoft ciertos derechos exclusivos para comercializar la tecnología de OpenAI para clientes corporativos, aunque el sistema de IA ahora está más ampliamente disponible”, según añade este periódico. Microsoft ha integrado la tecnología de IA de OpenAI este año en muchos de sus productos, incluido su software de ofimática Office, su motor de búsqueda Bing y el servicio de codificación GitHub.

Una de las primeras tareas de la CMA en esta etapa de investigación será establecer si tiene jurisdicción para revisar el acuerdo entre OpenAI y Microsoft. Algo, que según el FT, puede depender de factores como el tamaño de la participación accionarial, la capacidad de Microsoft para influir en la toma de decisiones o la dirección estratégica, o un cambio de control. El mes pasado, antes de la crisis vivida en la junta de OpenAI, la autoridad de competencia alemana determinó que la alianza de Microsoft no estaba sujeta a controles de fusiones. El Bundeskartellamt dijo que volvería a examinar el caso si Microsoft aumentara su influencia en OpenAI en el futuro.

En el centro de la alianza entre Microsoft y OpenAI está la necesidad de masiva capacidad computacional para seguir alimentando el boom de la IA generativa. Los sistemas que mantienen en funcionamiento herramientas como ChatGPT o Bard de Google ha elevado la demanda de servicios de computación en la nube. De acuerdo con datos recabados por la agencia de noticias Bloomberg, OpenAI se ha convertido en uno de los mayores clientes de los servicios cloud de Microsoft.

A cambio de proporcionar esta vital infraestructura a las compañías de IA, los gigantes de la computación en la nube, Microsoft, Alphabet y Amazon, se han convertido en inversores de las startups de esta tecnología. Un ejemplo de ello es la inversión que han hecho en Anthropic, rival de OpenAI, los principales rivales de Microsoft en computación en la nube, Amazon y Google.

“Estos gigantes tecnológicos han usado estos acuerdos y alianzas para cooperar y neutralizar potenciales rivales en lo que a IA se refiere”, ha asegurado a Bloomberg Max von Thun, director del think tank Europe for Open Markets Institute. “Es esencial que las autoridades de competencia investiguen esos acuerdos, llegando incluso a revertirlos si fuera necesario”, opina. También añade que a esta investigación de OpenAI-Microsoft podrían seguir otras, dada la creciente concentración en la industria de la IA.


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