Una socimi de viviendas para personas sin hogar y con retorno para el inversor
Un grupo de grandes fortunas y empresas se unen en el lanzamiento de la socimi Techô, con el objetivo de ser rentable para los inversores. La inmobiliaria saldrá a Bolsa en BME Growth con un capital de 30 millones
En las próximas semanas debutará en Bolsa una socimi destinada a cubrir las necesidades de vivienda de personas sin hogar. Detrás se encuentran grandes fortunas y empresas, a los que ofrecen una rentabilidad asegurada mediante dividendos, para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del proyecto. Esta sociedad se llama Techô y prevé su estreno bursátil en febrero, en el mercado BME Growth.
La principal impulsora de este proyecto es Blanca Hernández, presidenta de Techô, quien es además presidenta de la Fundación Ebro, fundadora de la firma de inversión Magallanes y miembro de la saga familiar accionista de Ebro Foods. “Techô no nace como una inversión. Nace por estar en contacto con entidades sociales que trabajan con personas sin hogar. No quisimos ser indiferentes ante el problema”, afirma.
Techô se constituyó el pasado año como sociedad cotizada de inversión en el mercado inmobiliario (socimi), un tipo de empresas que poseen inmuebles para alquilarlos. Entre sus ventajas se encuentra que no pagan el impuesto de Sociedades, a cambio de cumplir algunos requisitos como la obligatoriedad de repartir el 80% del dividendo entre sus accionistas (que sí tributan) y cotizar en Bolsa.
La actividad de Techô consiste en arrendar viviendas a entidades sociales –encargadas de pagar la renta– que acogen a personas sin hogar. El precio del alquiler es de alrededor de un 30% por debajo de precio de mercado. A su vez, esas ONG reciben financiación de Administraciones, filantropía o incluso de la propia Fundación Techô, una organización paralela en la que destinan recursos diversas empresas y particulares.
La compañía ha captado 30 millones de capital, lo que le dará una capacidad para comprar alrededor de 300 viviendas. Pero, a partir de que debute en BME Growth, lanzará una ampliación de capital. “Hay hueco para seguir creciendo. No nos ponemos un límite”, afirma Hernández.
Los números de Techô estiman que en España existen entre 30.000 y 40.000 personas sin hogar. “Queremos llegar a esta capa social más olvidada de España, al que más sufre, al que no tiene hogar”, relata Hernández.
Quién está detrás
Tras esta socimi se encuentran como accionistas compañías como la inmobiliaria Azora, el banco Renta 4, la banca privada Tressis, la aseguradora AIG, la firma de inversión Magallanes y particulares como la familia Martínez-Cosentino (el fabricante de encimeras), la propia familia Hernández (Ebro Foods), la familia Montoro Alemán (de la inmobiliaria GMP) y María Herrero (esposa de Juan March), entre otros.
Para poner en marcha y abordar la actividad de la socimi, Techô ha contado con la responsabilidad social corporativa de empresas, entre otras, como la consultora EY y Azora en la parte estratégica; BDO en financiero; CBRE y Nationale-Nederlanden en servicios técnicos; Freshfields Bruckhaus Deringer en legal; la gestión de Alquiler Seguro; la parte de data de Idealista, u otros colaboradores como el banco malo Sareb o la inmobiliaria Insur.
En la parte de entidades sociales que alquilan las viviendas a Techô, la socimi ya trabaja con 43 de estas ONG. La inmobiliaria Techô dispone actualmente de cerca de 150 viviendas y 520 usuarios que anteriormente no tenían hogar, por las que las ONG pagan una media de 170 euros por persona al mes.
Modelo rentable
Techô no es la primera socimi de personas sin hogar. Desde hace años funciona Primero H, promovida por la asociación Asocimi, por el presidente de Corpfin Javier Basagoiti y la fundación Hogar Sí. “Hablamos con ellos y nos dimos cuenta de que no estábamos locos al encontrar una solución como una socimi”, afirma Hernández.
“Hemos buscado una solución empresarial para que fuera sostenible y fuera escalable”, explica la presidenta de la sociedad sobre por qué se acogieron a la fórmula de la socimi. “No pretendemos enriquecernos, pero la socimi tiene que ser rentable”. A esa acción la denomina “inversión de impacto”, donde los accionistas están aportando su dinero “para ayudar a mejorar las vidas de las personas”.
Además, Hernández asegura que la figura de la socimi da confort al inversor al ser un tipo de sociedad muy transparente, cotizada en Bolsa y regulada.
La compañía tiene como objetivo repartir el 100% del dividendo entre sus accionistas cada año, con la intención de que obtengan una rentabilidad de entre el 2% y el 3% para una inversión a partir de 1.000 euros. Hernández asevera, además, que ese nivel de retorno da una protección del dinero del inversor respecto a la inflación, además de buscar que los inmuebles adquiridos mantengan su valor.
“Su dinero está invertido en pisos que mantendrán su valor, pero no buscamos maximizar la rentabilidad, ya que no miramos el invertir en pisos donde más vaya a subir su precio, sino donde tengan falta las entidades sociales”, recalca la presidenta de Techô.
Aborda los campamentos de la vergüenza de migrantes en Almería
Blanca Hernández explica que uno de sus accionistas, la familia Martínez-Cosentino, les llevó a conocer los vergonzosos campamentos de trabajadores irregulares en el campo de Níjar (Almería). Allí, los responsables de Techô vieron a esas personas sin hogar que viven bajo plásticos, sin agua y sin luz, convirtiéndose en un objetivo donde incorporar sus casas. “Aquello es desgarrador”, denuncia. Allí ya disponen de una decena de viviendas y construyen su primera promoción residencial. Además, adquirieron un antiguo cortijo donde se da formación y ayuda a estos trabajadores migrantes.
“Compramos ad hoc lo que necesitan las entidades sociales con las que trabajamos”, cuenta Hernández respecto a su elección sobre donde comprar pisos. Esas necesidades les ha llevado a Madrid, Sevilla, Zaragoza y Murcia, de momento.
La socimi tiene identificados 10 principales tipos de inquilinos de sus casas: migrantes, refugiados, sin techo, personas en viviendo en infraviviendas, ex menores tutelados, mujeres víctimas de violencia de género, personas vulnerables con discapacidad, enfermos, exreclusos o provenientes de asentamientos.
Techô alquila directamente a las 43 entidades sociales que trabajan con las personas sin hogar, aunque con requisitos como que dignifiquen a esos colectivos y que tengan una metodología de acompañamiento a los inquilinos.
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