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No llores por mí, Argentina: cómo Taylor Swift reanima la economía de un país en crisis

Los tres conciertos de la estrella pop en Buenos Aires se transforman en un oasis de consumo y llegada de turistas internacionales en un contexto de bajo crecimiento, alta inflación y tensiones políticas

La cantante Taylor Swift en su primer concierto en Buenos Aires, Argentina
La cantante Taylor Swift en su primer concierto en Buenos Aires, ArgentinaMarcelo Endelli/TAS23 (Getty Images for TAS Rights Mana)
Leandro Hernández

Es una incógnita qué pensará Taylor Swift sobre el público argentino, famoso por su pasión sin medida, tras su primer concierto en Buenos Aires este jueves. Desde los Rolling Stones hasta Iron Maiden, los grandes grupos musicales siempre han quedado fascinados por el alboroto y la emoción de sus oyentes sudamericanos. Lo que sí es seguro es que la estrella pop, con una fortuna de más de 1.000 millones de dólares, según Bloomberg, está sacudiendo la economía local a solo dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

El fenómeno no es nuevo y ya se ha repetido en otros países americanos, como Estados Unidos y México. Los 53 conciertos a lo largo del país estadounidense aumentaron el PIB local en al menos 4.300 millones de dólares, según Bloomberg Economics. Incluso la misma Reserva Federal destaca que los conciertos de la estrella de pop han disparado los ingresos por turismo en localidades como Filadelfia. En el caso de México, donde la cantante reunió a 180.000 asistentes, el impacto económico alcanzó los 61,5 millones de dólares en solo cuatro noches, según la patronal del Comercio local.

Sin embargo, el caso de Argentina es distinto. El país del tango es el único de las 20 naciones que Swift visitará durante su Eras Tour, que finalizará en noviembre del próximo año, que se encuentra en recesión, según datos del Fondo Monetario Internacional. El organismo internacional prevé que la economía local caiga un 2,5% este año, números rojos que comparte solo con Alemania y Suecia, cuya contracción se limita solo al 0,5% y 0,7%.

Otros indicadores, como la inflación, son aún más preocupantes: el BBVA Research estimaba en octubre que los precios alcanzarán un alza del 200% interanual al cierre de 2023. La espiral inflacionaria esconde detrás grandes desequilibrios macroeconómicos, con un déficit fiscal histórico, acelerada emisión monetaria y una deuda externa sometida a constantes renegociaciones. La última actualización del banco español revisa al alza su estimación de déficit fiscal hasta el 2,8% del PIB, a la vez que la la emisión monetaria directa e indirecta para asistir al fisco superará 4% del PIB este año.

¿La buena noticia? Nadie apunta a la cantante de 34 años como responsable por agudizar la inflación en los últimos meses. A diferencia de la economía sueca, donde las visitas de otra diva musical, Beyoncé, en mayo de este año podrían haber generado que la tasa de inflación se alzara un 9,7% interanual, la visita de Taylor Swift solo está dejando una nueva inyección ‘pop’ de divisas. Más bien, los usuarios argentinos se volcaron a las redes sociales para bromear al respecto. “Taylor Swift vino a recuperar la economía argentina”, menciona un usuario en X, el antiguo Twitter, en referencia al freno en la devaluación de las últimas semanas en el mercado no oficial.

Un respiro económico

Otro de los signos de los tiempos económicos que vive Argentina, los al menos diez tipos de cambios que existen en el país, han sido una oportunidad dorada para los 250.000 espectadores que serán parte de los tres conciertos previstos en el estadio de River Plate.

Los argentinos de clase media se han acostumbrado a agotar espectáculos a pesar de la crisis económica gracias a la cotización fluctuante del dólar paralelo, que marca el ahorro local, la venta a plazos de los boletos y la devaluación permanente de la moneda local. “El ahorro nunca es suficiente para algo grande, como comprar una casa. Solo podemos gastar el dinero para alguna pequeña actividad de disfrute”, menciona Victoria Leo Murias, una doctora de treinta años que pasa sus fines de semana entre restaurantes y recitales. Aunque no llegó a comprar sus entradas para ver a Taylor Swift, la fiebre que vive el país con la cantante norteamericana se cuela en su vida diaria.

A ellos se suman una multitud de extranjeros que aprovecharán los insólitos precios locales: la entrada más cara en Buenos Aires costaba solo 144 euros. En comparación, para ver a la artista en Madrid, los fanáticos desembolsaron hasta 589 euros por acceder al Santiago Bernabéu en mayo del próximo año. Esto ha provocado un aluvión de visitas desde los países fronterizos, especialmente Chile, donde Swift no hará escala.

El problema para los expertos es que el contexto de economía en caída libre, con una variación de precios que supera el 10% desde 2010, hace imposible una estimación del verdadero impacto de la visita de la diva pop. “Cualquier número es un invento, el contexto, la incertidumbre y, fundamentalmente, la informalidad hacen imposible cualquier comentario”, apunta de forma reservada un economista de una consultora internacional a este periódico.

El ‘lado B’ de la economía, todo lo que está por fuera del radar de la agencia tributaria local, afecta a los servicios alrededor de la artista estadounidense, por lo que cualquier dato es poco riguroso. Algo similar sucede con los alquileres temporales: hay 20.000 viviendas en Buenos Aires en alquiler solo en Airbnb. Sin embargo, en la zona norte de la capital argentina, cercana a donde Swift se presentará hasta el próximo sábado 11, las opciones escasean y cotizan por encima de los 200 euros la noche, hasta doce veces más que el promedio. Diferentes inmobiliarias consultadas confirman esta situación: “La ciudad será imposible esta semana”, sentencia uno de los responsables.

Por su parte, los hoteles destacan que están una demanda por encima de lo normal. “Los hoteles de Buenos Aires estamos con ocupación plena”, reconoce la Asociación de Hoteles de Turismo argentina en declaraciones al periódico Perfil. La patronal destaca la ventaja de la capital argentina, donde los alojamientos cuestan menos de un tercio del precio normal para otras grandes ciudades que visitará la cantante.

La pasión swiftie, como se denominan los fanáticos de la cantante, se deja sentir en zonas menos glamurosas de Buenos Aires. Es el caso del barrio de Once, una zonacomercial discreta de la capital, donde se amontonan las tiendas de bisutería. “Los comercios están estallados de fanáticos a la búsqueda de los materiales para armar sus friendship bracelets”, explica Julieta Scattini, una periodista y economista local que también se identifica como fanática. Estas pulseras de la amistad se convirtieron en un símbolo entre los fanáticos que se remontan a una canción de la cantante de 2022. Incluso Netflix cambió uno de sus letreros en Buenos Aires para hacer mención al fenómeno.

A esto se suman polémicas de todo tipo, como la de los recuerdos oficiales del show, que incluyen distintos modelos de camisetas, sudaderas, bolsas, entre otros productos. Los altos precios, que van de los 15 para una impresión hasta los 60 euros para un jersey, fomentaron también una industria alternativa. “Todos los emprendedores, hasta las tiendas clásicas de ropa, lanzaron sus propias colecciones inspiradas en Taylor Swift, nadie quiere quedarse fuera”, apunta Scattini.

El tiempo político

Quienes claramente no se quedaron fuera de la discusión fueron los dirigentes políticos, especialmente a dos semanas de la segunda vuelta electoral. Los votos de la juventud pueden ser decisivos en la segunda vuelta entre el ultraliberal Javier Milei y el peronista Sergio Massa.

Aunque los dos candidatos han evitado menciones directas al fenómeno, sus fanáticos han aprovechado el revuelo mediático. El grupo de fans argentinos de la cantante ha emitido un comunicado donde se pronuncian en contra del candidato ultraliberal. “Milei es Trump”, sentencia el club de fans, y llama a no votar a este candidato después “de haber escuchado y visto a Taylor dar todo para que la derecha no gane en su país”.

Aunque fuera de la batalla electoral, el actual jefe de Gobierno de Buenos Aires, el conservador Horacio Rodríguez Larreta intentó usar la fuerza de los fans en las internas de su agrupación política. En junio, anunció que “era swiftie” y propuso a sus seguidores armar una lista de reproducción en Spotify con las canciones favoritas de la cantante.

La buena noticia es que el entretenimiento estará asegurado una vez que Swift se despida de los escenarios argentinos el sábado 11. El domingo será el último debate obligatorio, donde las cuestiones económicas tendrán un lugar protagónico. Con una devaluación casi anunciada, el candidato peronista busca defender la fiesta creada en los últimos tres meses en base a ayudas y la suspensión de ciertos gravámenes, como el IVA a los alimentos y el IRPF a la mayor parte de la población local. Por otro lado, Milei deberá explicar por qué ahora se despega de la propuesta de dolarización y qué alternativa ofrece al país. De ambos dependerá crear un contexto de crecimiento que promueva una nueva visita de la actual reina del pop.

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Sobre la firma

Leandro Hernández
Periodista económico. Interesado en entender más de criptoactivos, transformación digital y energía. Se incorporó a este periódico en 2022 después de haber trabajado en diferentes países de América Latina y en Estados Unidos. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina), y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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