España mira con preocupación el futuro de la industria gasista de Egipto, su antiguo aliado energético
Europa aún enfrenta “múltiples” riesgos en el suministro de gas, destaca el sector privado
La crisis energética, que comenzó en 2020 con la invasión rusa a Ucrania, se resiste a llegar a su fin. La ampliación del conflicto entre Israel y Hamás al resto del Oriente Próximo parece reactivar las preocupaciones de los Veintisiete, justo a las puertas del invierno. La principal preocupación del sector privado pasa por el futuro de la industria en Egipto, que supo ser uno de los principales socios energéticos de España. La tranquilidad descansa en las fuertes reservas alcanzadas por los países de la Unión Europea, que ya superan el 95%.
El país africano podría experimentar una caída del 40% en las exportaciones de gas natural licuado durante este invierno en comparación con las previsiones realizadas un mes antes, según las proyecciones de la consultora BloombergNEF (BNEF). El gobierno egipcio ha indicado ya que los envíos de combustible desde Israel se interrumpieron en las últimas semanas, a la vez que la producción local alcanzaba su mínimo desde comienzos de la década, según datos oficiales.
El principal afectado de la caída de las exportaciones egipcias sería, casi sin dudas, la Unión Europea. BNEF estima que Turquía y España son los mercados potencialmente más afectados. El noroeste de Europa e Italia también perderán cargamentos, ya que la proporción de GNL egipcio en la región aumentó al 20% el invierno pasado, frente al 13% del año anterior, tras la compra acelerada de este combustible para suplir la caída de las exportaciones rusas.
Sin embargo, las autoridades españolas remiten a las estadísticas para limitar el impacto de la crisis en Egipto sobre el mercado de gas natural en España. Según datos de Cores, en los ocho primeros meses del año, las exportaciones desde este país africano solo representaron el 1,35% del total de las importaciones españolas. Durante el año anterior, el porcentaje de gas proveniente de Egipto se limitó a menos de 5%.
Las relaciones energéticas con el país africano tuvieron su época dorada desde 2005, cuando Unión Fenosa comenzó a recibir en la terminal de regasificación de Palos de la Frontera (Huelva) cargamentos desde la planta egipcia de Damietta. Este fue, efectivamente, es el primer suministro procedente de Egipto y generó que en 2006 los envíos egipcios superaran el 12% del total de compras de gas natural de España. Sin embargo, en 2011, a raíz de la llamada Primavera Árabe, la empresa pública egipcia EGAS dejó de suministrarle gas natural a la planta operada por la ahora Naturgy en conjunto con la italiana ENI. Recién en 2020 las partes llegaron a un acuerdo tras un arbitraje ante el Ciadi, tribunal arbitral dependiente del Banco Mundial.
Sin embargo, en 2020, la intención de Bruselas era potenciar nuevamente las exportaciones de gas desde Egipto a todo el espacio comunitario. La Comisión Europea,, Israel y Egipto firmaron en junio de 2022 un acuerdo para transportar gas natural israelí a Europa a través del país árabe, en el que se licuaría el recurso, en una búsqueda del bloque comunitario de suministradores “confiables” alternativos a Rusia. “En este memorando de entendimiento, acordamos trabajar juntos en el transporte de gas natural desde Israel, vía Egipto, a la Unión Europea”, afirmó en ese momento la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Estas promesas parecen, de momento, difíciles de alcanzar. El gobierno egipcio ha indicado, según la agencia de noticias Bloomberg, que las importaciones de gas desde Israel han disminuido casi a cero la última semana, lo que limita totalmente las exportaciones de GNL del país. Los cargamentos de octubre desde Egipto cayeron un 85% en comparación al mismo período del año pasado.
La buena noticia para Europa es que, incluso en medio de un conflicto que ha definido como “largo y duro”, sigue en la búsqueda de alternativas para enviar su gas a Europa. Israel trabaja en un gasoducto que le conecte con una terminal de licuefacción en Chipre, desde donde luego se enviaría al resto de Europa. Estados Unidos también respalda la construcción de una infraestructura física a través del Mediterráneo Oriental, que enviaría combustible a Chipre pero también a Grecia. A esto se suma otra alternativa de gasoducto que una físicamente Israel con Turquía.
Preocupación del sector privado
Europa sigue enfrentando "múltiples" riesgos potenciales en el suministro de gas este invierno, ha señalado este martes el productor alemán centrado en el gas, Wintershall Dea. "Estamos adentrándonos en la temporada más fría. Hace tres meses advertimos sobre la complacencia para este invierno. Y como hemos visto en los últimos tres meses, los riesgos para la asequibilidad y la seguridad del suministro siguen presentes", ha alertado Mario Mehren, consejero delegado de la firma.
Los precios del gas en Europa han aumentado en las últimas semanas, con el mercado alarmado por la guerra en Medio Oriente, los daños en el Balticconnector entre Finlandia y Estonia y el nuevo impuesto búlgaro al tránsito de gas ruso. El precio de referencia del gas natural en Europa se sitúa por debajo de los 50 euros el megavatio-hora, según su cotización en el mercado holandés. Sin embargo, el actual valor está lejos de los precios del año pasado, cuando se situaba alrededor de los 170 euros MWh.
Un trabajo del centro de estudios Bruegel destaca que, pese a la rápida caída en el precio del gas natural el último mes, " la continua volatilidad de precios podrían tener repercusiones en la estructura industrial y la economía de la Unión Europea"
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