Deoleo revisará los objetivos de su plan estratégico por la crisis del aceite
Contemplaba un alza anual del 15% en el ebitda hasta 2026, pero este cayó un 43% en el primer semestre
La crisis del aceite de oliva, con precios históricos tanto en origen como en los lineales, amenaza con llevarse por delante los objetivos que Deoleo se había planteado en su plan de negocio. Este, aprobado en 2021 y con vigencia para el periodo 2022-2026, queda en el alambre a la vista del impacto que la escasez de la materia prima tiene sobre el negocio.
La compañía aceitera, dueña de marcas como Carbonell y Hojiblanca, reconoce que tendrá que revisar su plan si la situación se mantiene durante el segundo semestre. Algo que la propia empresa da por descontado, al explicar que será “aún más retador” que el primero. La nueva campaña que empezará en octubre será mejor que la última, que fue históricamente escasa, pero no llegará a cifras que apunten a una normalidad.
“De mantenerse esta situación adversa en los mercados de abasto de aceite de oliva en el segundo semestre del año, al cierre del ejercicio revisaremos nuestro plan estratégico”, dice la compañía en su informe semestral.
Esa revisión no afectará tanto a las líneas maestras que se ha marcado Deoleo en los últimos años, como la apuesta por la calidad, las marcas propias, mercados como EE UU o la sostenibilidad; como a los objetivos y previsiones financieras que se había marcado para 2026.
La empresa reconoce que esas previsiones “no se corresponden con la situación excepcional que estamos viviendo”. Deoleo contemplaba un crecimiento anual medio del ebitda en el entorno del 15%, “por encima del ritmo del crecimiento medio que se estima para el mercado”, decía la compañía aceitera. De cumplirse, llegaría a 2026 con un ebitda superior a los 90 millones de euros. Un plan que Ignacio Silva, presidente de Deoleo, reconocía en 2021 como “ambicioso”, después de haber superado las expectativas de crecimiento que tenía entonces la compañía, y con el que esta buscaba ser líder “indiscutible en el mundo del aceita de oliva”.
Las circunstancias obligan ahora a la cautela. Deoleo cerró el primer semestre con un ebitda de 12,7 millones, un 43% menos que hace un año, con una caída del margen bruto del 20% y una pérdida neta de 9,7 millones al cierre de ese periodo, volviendo así a cifras negativas que el grupo había empezado a olvidar. Las ventas apenas crecieron un 0,6%, hasta 400,9 millones, pese a haber trasladado “parcialmente” los mayores costes a los precios de venta. Sin embargo, la fuerte contracción de la demanda, con una caída de las ventas en volumen del 22%, se ha comido cualquier efecto de dichas subidas.
Tampoco ayudó el apartado financiero, con unos mayores costes tras la novación de su deuda financiera, firmada a principios de año, y que incrementó los intereses a pagar. Además, esta modificación le generó un coste de 4,6 millones por la novación del crédito.
“A lo largo de esta primera mitad del año hemos hecho frente a un contexto histórico por la complejidad de los acontecimientos. A pesar de los retos, desde Deoleo hemos reaccionado con agilidad, defendiendo el margen y apoyándonos en la resiliencia de nuestras icónicas marcas”, dijo en un comunicado el presidente del grupo, Ignacio Silva. “Nuestros accionistas de referencia CVC y Alchemy se muestran tranquilos y satisfechos ante la evolución de la compañía y confían en que el trabajo realizado revierta en resultados”, añadió
Una alusión a los accionistas que llega después de que CVC, como adelantó CincoDías en mayo, iniciara un proceso para buscar un socio industrial y así comenzar su retirada de la compañía. Una operación que tras unas primeras conversaciones con potenciales interesados, está paralizada a la vista de la situación del sector.
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