Atos venderá su negocio de outsourcing, valorado en 2.000 millones, al multimillonario checo Daniel Kretinsky
La compañía, en plena crisis, espera que la transacción reduzca su pasivo en unos 1.900 millones
El grupo tecnológico francés Atos suelta lastre para poder afrontar un nuevo futuro. La compañía, que el pasado viernes cayó un 22,5% en Bolsa tras presentar resultados, y volvió a caer otro 16% este lunes, ha confirmado hoy su plan para vender su histórica actividad de outsourcing (Tech Foundations), un negocio valorado en 2.000 millones de euros, al multimillonario checo Daniel Kretinsky.
Con este movimiento, el grupo planea finalizar su desdoblamiento entre su actividad histórica de mantenimiento de infraestructura TI (Tech Foundations), con 52.000 empleados en todo el mundo, ahora en dificultades, y su negocio más dinámico, el de su filial Eviden, centrada en ciberseguridad, inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías. Una acción estratégica que ya avanzó en junio de 2022.
“Esto creará valor para nuestros accionistas al evitar el riesgo asociado a la recuperación de Tech Foundations y sus diversos pasivos y al reenfocar al grupo en Eviden y sus buenas perspectivas de crecimiento”, dijo en el comunicado Bertrand Meunier, presidente del Consejo de Administración de Tech Foundations Atos. Tras la operación, Tech Foundations conservará el nombre de Atos y el grupo francés pasará a llamarse Eviden SE.
La operación tendrá un impacto positivo neto en el flujo de caja de la multinacional de 100 millones de euros, según ha explicado Atos en un comunicado. La venta está aún sujeta a la aprobación de los accionistas en una futura junta general extraordinaria, pero se espera que se complete en el cuarto trimestre de 2023 o el primer trimestre de 2024, según aclaró la compañía. Atos también ha precisado que la transacción reducirá su pasivo en unos 1.900 millones.
Paralelamente a la venta de Tech Foundations, Atos anunció dos ampliaciones de capital destinadas a reforzar la estructura financiera de Eviden por un importe total de 900 millones de euros. De este total, EP Equity Investment, holding de Daniel Kretinsky, invertirá 217,5 millones y detentará así el 7,5% de Eviden, convirtiéndose de facto en su primer accionista. El multimillonario checo también quiere incluir en la operación a la empresa Fimalac del empresario Marc Ladreit de Lacharrière, según precisó la multinacional. Tech Foundations continuará operando como una empresa privada e independiente y una subsidiaria de propiedad total de EPEI.
El grupo francés, en plena crisis, también anunció la semana pasada un nuevo programa de venta de activos “no estratégicos” de hasta 400 millones de euros, para el que dijo haber identificado “un cierto número de candidatos potenciales”. La compañía, que ya se ha ido desprendiendo en el último año de otros activos por 700 millones, pretende fortalecer su balance a largo plazo. Eviden apunta ahora a lograr un crecimiento anual promedio del 7% en la facturación durante el periodo de 2022-2026, con un margen operativo de alrededor del 12% en 2026, indicó la compañía. Eviden, con operaciones en más de 50 países, logró una facturación en 2022 de 5.300 millones de euros.
El anuncio de Atos, con 111.000 empleados en todo el grupo, fue bien recibido por el mercado. Sus acciones han suvido hoy un 5,5%. La multinacional se enfrenta desde la salida de su director general Thierry Breton en 2019 a una vertiginosa caída de su valoración. Ha retrocedido casi un 90% en cinco años y un 20% en un año debido al deterioro de su negocio. Su cotización también se vio golpeada cuando en 2021 se conocieron irregularidades contables en su negocio.
El pasado viernes, la tecnológica publicó unas pérdidas operativas de 434 millones en el primer semestre del año, muy por encima de los números rojos de 298 millones del mismo periodo de 2022, y un flujo de cada libre negativo de -969 millones, casi el doble que en el ejercicio anterior. La deuda neta del grupo había aumentado a más de 2.300 millones de euros frente a los 1.800 millones de un año antes. Su facturación alcanzó los 5.500 millones, casi en línea con el primer trimestre de 2022. En el primer semestre, la plantilla de Tech Foundations se redujo en 900 personas, elevando la cifra a 1.600 despidos desde que la compañía inició su plan de escisión.
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