Broadcom planea generar unos 500 empleos en su futura fábrica en España

La compañía prevé ejecutar el proyecto en dos fases y empezar a producir en tres años. Se desconoce qué ayuda de Estado recibirá el gigante de los chips

Logo de Broadcom en una de sus oficinas en California.Reuters

El gigante de los chips Broadcom planea crear unos 500 empleos en su futura fábrica de procesado de obleas en España, según indican a CincoDías fuentes de la industria española de semiconductores y microelectrónica. El proyecto supondrá una inversión de unos 1.000 millones de dólares (920 millones de euros). Los planes de la multinacional, que en la noche de este jueves anunció que va a abrir en España una instalación de gran escala de sustratos de back-end, que sería la única de este tipo en Europa, apunta a que acometerá el proyecto en dos fases: en la primera construiría el edificio e introduciría las primeras líneas de equipamiento, y en la segunda, añadiría otras líneas de equipamiento.

La previsión que maneja Broadcom es empezar a producir en tres años, según las mismas fuentes. De momento, se desconoce la localización donde se situará la planta, pero otras fuentes consultadas por este periódico explican que lo habitual en procesos de inversiones exteriores es que el ICEX haya tanteado a diferentes comunidades autónomas para ver cuáles estarían interesadas en acoger la fábrica y qué propuestas estarían dispuestas a hacer a la compañía en términos de terreno y de gastos de energía y agua, ya que este tipo de instalaciones son muy intensivas en su consumo.

Ni el Gobierno ni la empresa han desvelado todavía qué grado de ayuda de Estado recibirá la multinacional cuya iniciativa se enmarca dentro del Perte chip, el programa de inversiones impulsado por el Ejecutivo para que España gane protagonismo en la industria estratégica de los chips, que contempla movilizar 12.250 millones de euros hasta 2027.

Las mismas fuentes afirman que Broadcom ha solicitado un subsidio de capex (inversiones de capital)al Ejecutivo. Y aunque no ha trascendido la cifra, es previsible, aseguran, que su petición inicial ronde la cifra habitual en este tipo de proyectos, que suele ser del 50%. No obstante, la aportación económica que eventualmente concediera el Gobierno a la empresa americana habría de ser aprobada por la Comisión Europea de acuerdo con los principios establecidos en la Ley de Chips Europea y el resto de la normativa de ayudas de estado.

La duración del proceso de aprobación es indeterminada, pero se extenderá aún varios meses, sobre todo si se tiene en cuenta la acumulación de casos de ayudas de estado al sector por parte de gobiernos europeos en las últimas semanas.

Primer paso

Este viernes, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se limitó a calificar de “buenísima noticia” el acuerdo alcanzado con Broadcom. “Es un proyecto estratégico para el futuro de nuestro país”, dijo. Según Calviño, la fábrica de Broadcom pone a España en el mapa de los países europeos que van a tener una capacidad de producción de semiconductores y microprocesadores, que se han convertido en “elementos fundamentales para todas las industrias”.

La vicepresidenta indicó que, aunque Broadcom habla de una inversión de unos 1.000 millones de dólares, “estoy segura de que este será el primer paso, pues esta inversión abre la puerta a otros anuncios de inversiones milmillonarias que suponen prosperidad, creación de empleo y ciencia”. La ministra indicó que espera que en los próximos días “podamos tener alguna otra buena noticia y empecemos a ver los resultados de esta estrategia para poner a España en el mapa europeo de fabricación de chips”.

El anuncio de Broadcom se produce tras meses de conversaciones entre el presidente de la multinacional, Charlie Kawwas, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, y el comisionado del Perte Chip, Jaime Martorell, quien ha valorado la confianza de Broadcom en las “fortalezas estratégicas” de España en este sector y apuntó que la decisión va a reforzar el ecosistema de microchips en España. En su opinión, este anuncio muestra que la labor que están desarrollando desde el Gobierno para situar a España a la vanguardia de esta industria “va en la buena dirección, “como lo avalan las inversiones que se van materializando”.

Martorell se refiere a las inversiones ya anunciadas de Cisco, que va a instalar en Barcelona un centro de diseño europeo de chips, y la de Intel, que establecerá un laboratorio de diseño de microchips en esta misma ciudad en el que invertirá 200 millones de euros en 10 años, a los que el Gobierno sumará otros 200 millones.

Instalación clave en la cadena de suministro

La inversión de Broadcom en España también ha sido aplaudida por la Asociación Española de la Industria de los Semiconductores (Aesemi). “El anuncio es sin duda señal del alto atractivo que representa el ecosistema español para el sector de los semiconductores y la microelectrónica a nivel global”, indicó en un comunicado. La organización señaló que están convencidos de que esta será la primera de muchas propuestas exitosas de agentes internacionales para invertir en España.

Pese a la trascendencia del anuncio, la fábrica que abrirá Broadcom en España no es una planta de fabricación de semiconductores, como las de TSMC o Samsung, lo que se conoce en el sector como una foundry. Se trata de una fábrica de líneas de ensamblado y pruebas.

Como explican fuentes gubernamentales, el proceso de fabricación de un microchip se divide en dos etapas: front-end y back-end, y Broadcom es especialista en esta última. Mientras en la primera etapa se crean todas las características y circuitos en la oblea, en la de back-end se realiza el encapsulado de los chips de forma que garantice la fiabilidad y la conectividad con otros componentes del circuito. En las fábricas back-end, cada chip individual de la oblea completa se prueba y luego se troquelan en chips individuales. Para finalizar, los chip se encapsulan para realizarse el test completo tanto funcional, como de rendimiento. Este tipo de fábrica, consecuentemente, culmina la fabricación del producto final en la cadena de suministro del sector de los semiconductores.

La apuesta de Broadcom por España promete ayudar a Europa a reforzarse en un eslabón de la cadena de valor de esta industria, el del ensamblado y test, donde hoy es especialmente débil. Según algunos estudios, se trata de un segmento dominado hoy por China y Taiwán, con un 38% y un 19% del mercado, mientras EE UU y la UE apenas tienen un 4% y un 5% de peso, respectivamente. Ello hace pensar, según fuentes consultadas, que la inversión tendrá una contribución relevante a la autonomía estratégica de Europa en el sector.

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