Iberdrola y Siemens Gamesa firman la paz con un megacontrato de 1.500 millones en eólica marina
La eléctrica le adjudica el suministro de las 95 turbinas del complejo EA3
Vuelve la paz a la tormentosa relación entre Iberdrola y su proveedor de aerogeneradores Siemens Gamesa (SG). Desde la fusión de los activos eólicos de Siemens y de Gamesa en 2017 y con la eléctrica todavía en el capital del grupo renovable, las relaciones nunca han sido fáciles. Llegaron a su punto más álgido a finales del año pasado, cuando la corporación que preside Ignacio Galán dejó en el aire el acuerdo con SG que estipulaba el suministro de turbinas a sus complejos de eólica marina en aguas del Reino Unido.
Los problemas surgieron a la hora de fijar el precio. Iberdrola apretó por su parte para dar mayor rentabilidad a un proyecto que consiguió en concurso público. Y SG presionó por la suya en defensa de unos márgenes que en la industria eólica se han visto afectados por la inflación de los costes de la energía y de las materias primas.
La situación ha dado un giro en positivo para ambas partes e Iberdrola ha adjudicado a la filial de Siemens Energy la entrega por 1.300 millones de libras, unos 1.500 millones de euros, de las 95 turbinas que equiparán el parque off shore East Anglia Three (EA3). Es uno de los mayores contratos de Iberdrola en su historia. El complejo renovable, que se ubicará en el Mar del Norte y será el segundo por capacidad del mundo cuando entre en actividad en 2026, tendrá una capacidad de 1,4 GW para cubrir el consumo de energía de un 1,3 millones de hogares de la isla. Iberdrola invertirá unos 4.000 millones de euros. Serán las mayores turbinas off shore de SG, con 14,7 MW de potencia unitaria. El grupo eólico ha conseguido además el contrato de mantenimiento durante un periodo inicial de ocho años.
Ignacio Galán se reunió ayer en Londres, en Downing Street, con el primer ministro británico, Rishi Sunak, al que trasladó el compromiso de Iberdrola con la descarbonización de la economía del Reino Unido. El directivo español le trasladó a Sunak que el proyecto EA3 aportará valor a la industria nacional del sector off shore y generará 2,300 puestos de trabajo durante los dos próximos años. Y otro centenar de empleos fijos en las tareas de explotación y mantenimiento con los aerogeneradores en operación. La multinacional española, a través de su filial Scottish Power, ya ha contratado pedidos por valor de casi 80 millones de euros entre proveedores británicos.
Desde SG han señalado que “el actual contexto macro económico está siendo extremadamente complicado para los fabricantes de aerogeneradores”. El pedido de EA3 “ha sido posible gracias a la colaboración entre todas las partes implicadas”.
El proyecto EA3 está avanzado en parte en su fase industrial. Ignacio Galán firmó este mes en la fábrica de Haizea Wind el contrato de suministro de 50 monopilotes que sustentarán los aerogeneradores. Con este pedido, valorado en 250 millones, la empresa que preside Dámaso Quinta invertirá 150 millones en la ampliación de sus instalaciones en los muelles vizcaínos.
Estos monopilotes son unas columnas ancladas al fondo marino de unas dimensiones gigantescas. Los que zarparán del Puerto de Bilbao rumbo a aguas del Reino Unido tendrán un diámetro de 9 metros y una longitud de unos 90 metros cada uno, con un peso de 1.500 toneladas.
EA3 es el segundo de los cuatro proyectos que Scottish Power, la filial británica de Iberdrola, desarrolla por el programa de eólica marina East Anglia, diseñado para alcanzar una capacidad de 2,9 GW en turbinas ancladas frente a la costa este de Inglaterra, a la altura de la localidad de Norfolk. EA3 tendrá una extensión de unos 305 kilómetros cuadrados. El aerogenerador más cercano a tierra estará 69 kilómetros mar adentro.
Nueva fábrica de Haizea Wind
Haizea Wind se ha aliado con el grupo US Wind del sector de eólica marina para la gestión conjunta de una fábrica de componentes de acero del sector off shore, como monopilotes y torres, con ubicación en Maryland (Estados Unidos). Las instalaciones contarán con 40 hectáreas de terreno cerca de la lámina de agua, en la costa este del país, para facilitar el embarque de estos equipos hasta su destino final. El proyecto se desarrollará a través de la sociedad Sparrows Point Steel, con sede en el condado de Baltimore.
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