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Los cambios que explican por qué los jóvenes ya no quieren ser auditores

Cuestiones culturales, demográficas y económicas están detrás del descenso de vocaciones

Número de auditores en España
Belén Trincado Aznar

Empresas multinacionales y despachos más pequeños de auditoría de todo el mundo llevan tiempo advirtiendo a sus Gobiernos y reguladores de la caída de vocaciones de auditores. Es un problema que no solo se detecta en las universidades, momento crucial en el que los futuros titulados deben decidir a qué área dedicarse profesionalmente, sino en los primeros años de su desempeño como verificadores de cuentas. “Ya no es solo que cada vez haya menos titulados que deseen dedicarse a la auditoría, es que cuando llevan dos o tres años trabajando, muchos lo dejan por otra actividad”, explican en una big four.

El Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) es en España el organismo oficial donde se encuentran incluidas todas las empresas auditoras y los auditores a nivel nacional. Estar inscritos en él les capacita para la realización de informes periciales de carácter contable, económico o de auditoría de cuentas. Para figurar en este exclusivo listado hace falta además de titulación (en carreras de Económicas y Derecho), contar con una experiencia de tres años, dos de ellos en auditoría, superar una prueba teórica y finalmente aprobar un examen práctico que dura seis horas, se convoca cada dos años y es conocido por su dificultad.

Un dato que lleva años adelantando esta caída en las vocaciones es, por ejemplo, el número de aspirantes que se presentan al examen del ROAC. Tal y como recuerda Emilio Álvarez, presidente del Registro de Economistas Auditores “se ha pasado de cifras en torno a los 1.900 candidatos a apenas 500 en la última convocatoria”. De ellos, suelen aprobar un 30%, porcentaje que se ha mantenido estable a lo largo de la historia y da idea de la dificultad de la prueba. En este contexto, ¿qué explica que los jóvenes ya no quieran ser auditores? Desde las big four consultadas, las auditoras de menor tamaño, el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España (ICJCE) y el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) coinciden: “son varios factores los culpables. El primero es irremediable, el efecto demográfico. Hay menos jóvenes y solo la llegada de auditores procedentes de Sudamérica está paliando parcialmente la falta de profesionales”, explica Álvarez.

Opción preferida

Pero, además, existen causas culturales y económicas. “A diferencia de lo que ocurría en el pasado, y aunque los estudios demuestran que sigue siendo bien valorada por los estudiantes de carreras económicas, la auditoría de cuentas ya no es la opción preferida de los mejores expedientes. Ahora, hay otras carreras que atraen más a los jóvenes. Por ejemplo, las tecnológicas o las relacionadas con el turismo. A nivel académico, la auditoría de cuentas compite con muchas más asignaturas que en el pasado y las universidades no están trasladando a los alumnos las oportunidades profesionales que tiene”, sostienen en el ICJE.

Es complicado captar a nuevos auditores, pero igual de difícil resulta después retener al mejor talento. “El diseño de las leyes a las que estamos sujetos es una de las principales barreras. Tal y como está estructurado el calendario de formulación y aprobación de cuentas, los profesionales se encuentran con fuertes puntas de trabajo en determinados meses que no cuadran con el estilo de vida que desean tener. Al mismo tiempo, la complejidad y la creciente responsabilidad que tienen los socios de las firmas desanima a muchos de los que deberían coger su relevo”, insisten fuentes del ICJCE.

Y aunque continúa siendo un sector bien remunerado, los problemas que siguen encontrando las mujeres para llegar a ser socias y las trabas que aún persisten para conciliar o teletrabajar, el conocido como salario social o no dinerario, cada vez es más tenido en cuenta a la hora de aceptar una oferta de trabajo, reconocen fuentes de las big four. Tampoco ayuda el hecho de que sea una actividad sometida a constantes cambios normativos, que no hacen sino aumentar la carga de trabajo de los auditores. Tal es el nivel de preocupación por este asunto, que auditoras de todo tamaño han remitido una comunicación al ICAC, regulador de la profesión en España, para que estudie cómo solventar esta cuestión.

El único punto con el que el sector se muestra esperanzado en frenar esta tendencia a la baja en el número de auditores ejercientes “es la nueva regulación referida a los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo por sus siglas en inglés), más amable porque toca aspectos ambientales y sociales y no tan áridos como los meramente contables”, admite Álvarez.

Consenso para reformar el examen que otorga la habilitación de auditor

Las cifras que publica cada año el ICAC sobre el número de auditores registrados en España todavía no reflejan un fuerte desplome en el volumen total de profesionales. Solo en el apartado de los ejercientes en los últimos tres años se ha producido un retroceso del 3,1% (ver gráfico).
Sin embargo, hay datos que avalan que la preocupación sea máxima. En la actualidad, casi el 90% de los auditores firmantes tiene más de 40 años. En 10 años, el 70% de ese colectivo se encontrará en edad de jubilación. O dicho de otra manera, la edad media actual de los miembros del ROAC es 57 años, por lo que ya hay más auditores de 70 que por debajo de 40. Además, teniendo en cuenta el ritmo actual medio de reducción de ejercientes (74 al año en los últimos 12) y partiendo del número actual, en aproximadamente 15 años no habrá suficientes profesionales firmantes. Y, por último, otro dato que indica lo inquietante de la situación: mientras en el año 2000 la relación entre el número de  informes emitidos y el número de ejercientes en España era de 9 por profesional; ahora es de 16 informes. 
La  única vía para revertir esta situación es lograr atraer más jóvenes a esta profesión. El cambio más sustancial con el que se quiere actuar se podrá aplicar ya este año. En la convocatoria para el examen del ROAC de 2023 la prueba estará dividida en dos partes cuya duración será de cuatro horas, por un lado; y otras dos, por otro. Los exámenes se convocarán cada año, en lugar de cada dos, y si se supera una de las dos partes del examen práctico, se guardará la nota durante una convocatoria. Quienes decidan examinarse no tendrán que presentar al ICAC el expediente del examen, un trámite bastante farragoso, según admiten en el sector, cada vez que opten a la prueba. Para una segunda fase de cambios, se está estudiando poder hacer la prueba con ordenador y no de forma manual. La orden que regulará todas estas nuevas condiciones ha sido consensuada por todo el sector y ya está solo a la espera de ser ratificada por la Abogacía del Estado. La idea es incentivar a que se presenten más aspirantes. Entretanto, se suceden las iniciativas para atraer a los jóvenes como el Audit Escape Room o el Auditor por un día promovidos por el ICJCE.

A un nivel más institucional, promueven la realización conjunta entre las universidades y la profesión de programas máster y cátedras específicas de auditoría, con el objetivo fundamental de una mayor presencia de la auditoría en los planes de estudio.


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Sobre la firma

Raquel Díaz Guijarro
Es jefa de Empresas en Cinco Días. Especializada en economía (inmobiliario e infraestructuras). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Cinco Días. Previamente trabajó en Antena 3 Radio, El Boletín, El Economista y fue directora de Comunicación de Adif de 2018 a 2022. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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