El impacto de la inflación y la subida de tipos, lo que más preocupa al inversor
Un estudio de la consultora LLYC revela que las empresas optan por actualizar su relato corporativo ante la elevada volatilidad
En un entorno que, pese a dar por superada la pandemia, sigue marcado por otras incertidumbres como la escalada inflacionista o el encarecimiento de la financiación, las empresas se reinventan para poder llamar la atención de los inversores.
La consultora LLYC comenzó en 2022 a pulsar la opinión de los responsables de relaciones con los inversores para ver cuáles eran sus estrategias y en esta ocasión ha ampliado su radio de estudio a los directores financieros y algunas compañías de Latinoamérica.
Por una parte, lo esencial es conocer qué preocupa en la actualidad a los inversores y, por otra, cómo actuar en un mercado cambiante y volátil.
Entre las conclusiones que arroja este estudio basado en encuestas a directivos de empresas cotizadas de distinto tamaño y representativas de las diez principales áreas de actividad industrial, destacan las mayores inquietudes que trasladan los inversores. Para la gran mayoría de los encuestados, el impacto o los efectos que puede tener sobre la estructura de costes de la compañía la alta inflación es la primera causa de preocupación en el 36% de las respuestas.
Le siguen, con un porcentaje del 22%, las consecuencias que tiene sobre la deuda de la entidad la subida de los tipos de interés. Existe, en tercer lugar, una preocupación general por el sector en el 21% de los preguntados y las dudas que puede llegar a provocar la viabilidad del negocio inquieta al 13% de los encuestados. Otras cuestiones diferentes preocupan al 8% restante.
El informe de LLYC pone de manifiesto, además, que los inversores se interesan cada vez más por los aspectos ESG, aquellos que tienen que ver con políticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Hasta un 81% de los directivos afirmaron que durante el pasado año habían aumentado las preguntas recibidas sobre la implementación en la compañía de acciones con criterios ESG.
Otra de las conclusiones que arroja la encuesta es la constatación de que los inversores se han vuelto más conservadores, “como si ahora prevalecieran las pautas de comportamiento de los fondos más institucionales y las grandes aseguradoras”.
Por ello, la solidez y recurrencia de los ingresos y la calidad del rating han pasado a considerarse argumentos decisivos para atraer inversores.
Así, en un contexto tan volátil, los expertos consideran un error anclarse en planes de negocio o relatos corporativos inamovibles durante tres o cinco años. En la encuesta, el 63% de los directivos consultados coincide en que su empresa tiene previsto cambiar su relato este año y en lo sucesivo ya admiten que tocará actualizarlo con mucha más frecuencia que lo que se venía haciendo hasta ahora.
José María Cervera, director general Corporativo de Renta Corporación, cree que ese esfuerzo narrativo resulta especialmente necesario para empresas de baja capitalización. “Para las empresas que cotizamos en el BME Growth (el mercado de valores español especializado en pequeñas y medianas empresas en expansión), actualizar con cierta periodicidad el relato corporativo no es una obligación en sí misma, pero de forma derivada puede servir para dar más liquidez al valor, lo que no es nada fácil”.
Fernando Romero, consejero delegado de EiDF Solar, que afrontará en los próximos meses el paso de su compañía del BME Growth al Mercado Continuo, subraya que ese tránsito se notará también en la política comunicativa con los distintos grupos de interés. “Para un recién llegado, transmitir cercanía resulta esencial. Hay que ganarse la confianza de hasta el último accionista llegado”, asegura.
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