Ferrovial facturó 25.760 millones en España en diez años pese a las sucesivas crisis
El grupo obtuvo en el mercado doméstico un 24,3% de sus ingresos globales gracias a sus contratos con la Administración
Decenas de miles de millones en contratos públicos, ejecutados durante siete décadas, están detrás del reproche del Gobierno de Pedro Sánchez a Ferrovial por su marcha a Países Bajos. “Le debe todo a España”, espetó la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. El exponencial crecimiento de esta empresa nacida durante el franquismo la sitúa en los últimos 20 años como referencia mundial de las infraestructuras, pero es cierto que el negocio doméstico no ha sido menor.
Los informes financieros de Ferrovial en los diez últimos ejercicios (2013-2022) muestran que los ingresos en España, a través de sus actividades principales (construcción, servicios y autopistas), superan los 25.700 millones. Un volumen que pesa un 24,3% sobre los 106.048 millones facturados en todo el mundo durante ese periodo (incluida el área de Servicios, desconsolidada del balance desde 2018).
Esa descomunal cifra de negocios en España, al margen de la abundante hucha acumulada por desinversiones, fue amasada a pesar de que los diez años fueron más que complicados: la construcción se resintió severamente por el derrumbe de la inversión pública durante la crisis financiera y, posteriormente, toda actividad del grupo sufrió por el paso de la pandemia y los efectos de la posterior invasión rusa de Ucrania. Además, Ferrovial no cuenta con ingresos locales en su área de Aeropuertos, con la que es uno de los actores privados más relevante del mundo.
Los contratos públicos ganados por el grupo que preside Rafael del Pino, sobre los que Calviño recordó que fueron posibles gracias “a la contribución de cada ciudadano”, están relacionados con la obra pública y la prestación de servicios urbanos a todos los niveles de la Administración. Menor es la contribución por la explotación de autopistas de titularidad estatal, como la Sant Cugat del Vallés-Manresa (Autema), la Málaga-Estepona (Ausol), la Benavente-Zamora y las quebradas R-4 y AP-36, rescatadas estas dos últimas por el Gobierno.
Antes de 2013, coincidiendo con el boom de la obra pública y la inyección de fondos europeos, la actividad local de Ferrovial fue aún más relevante. Información desvelada por El País indica que la compañía ha obtenido adjudicaciones por 9.000 millones solo del Ministerio de Fomento (hoy Transportes) desde 1991. Durante la etapa de Pedro Sánchez en La Moncloa, 2019 fue su mejor ejercicio con 425 millones adjudicados (323 millones en 2022).
Con un 82% de las ventas y un 90% del valor en el exterior, unido a que nueve de cada diez euros de inversión comprometida por Ferrovial hasta 2027 irán a Norteamérica, la firma tiene decidido domiciliarse y cotizar en Ámsterdam. Desde allí saltará al parqué neoyorquino.
Ante la batería de descalificaciones recibidas, Ferrovial también muestra cifras: casi 5.000 millones en impuestos pagados en España de 2016 a 2022; 5.400 millones en salarios en ese periodo, y una plantilla que llegó a los 43.000 trabajadores en 2020. Vendidas varias autopistas y los negocios de servicios, los activos en España bajaron de un pico de 6.600 millones a 2.000 millones el año pasado.
Lo que el Gobierno considera como una huida, para mejorar la factura fiscal, no deja indiferente a nadie en el sector constructor. La expectación sobre el resultado de Ferrovial en próximos concursos públicos es máxima. La compañía no espera castigo en forma alguna, “porque sería ilegal”, pero entre los rivales dan por hecho que lo tendrá difícil.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días