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El presidente de Grifols dimite tras cuatro meses en el cargo

La farmacéutica elige como sustituto al actual consejero Thomas Glanzmann y cae con fuerza en Bolsa

Alfonso Simón Ruiz
Steven F. Mayer (a la izquierda) y Thomas Glanzmann, nuevo presidente de Grifols.
Steven F. Mayer (a la izquierda) y Thomas Glanzmann, nuevo presidente de Grifols.

El primer presidente ejecutivo de Grifols externo a la familia, el estadounidense Steven F. Mayer deja el cargo cuatro meses después de ser nombrado. Abandona sus funciones por motivos de salud “y otros motivos personales”, según un comunicado remitido este martes por el laboratorio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En su lugar, la farmacéutica elige a Thomas Glanzmann, consejero de la compañía desde 2006. La dimisión ha sido comunicado al consejo en el día de hoy, que inmediatamente ha seleccionado al relevo.

A diferencia de Mayer, con una carrera forjada como financiero en el capital riesgo, Glanzmann, de origen suizo, tiene un perfil más de conocedor del mercado farmacéutico. Hasta ahora era vicepresidente del consejo de la compañía, desde enero de 2017, habiendo desarrollado prácticamente toda su carrera profesional vinculado a la industria del plasma. Entre otros cargos relevantes ha sido presidente de Baxter Bioscience, consejero delegado de Immuno International y presidente de European Biotech Group.

Grifols asegura en el comunicado que Glanzmann se compromete a llevar a cabo el plan de mejoras operativas anunciado por la compañía la pasada semana. Se trata del segundo ejecutivo externo a la familia Grifols que llevará las riendas del laboratorio. Permanecen como co-consejeros delegados Raimon Grifols, que además se convierte en vicepresidente del consejo, y Víctor Grifols Deu.

Como consecuencia del anuncio, los ADR o acciones depositadas en la Bolsa estadounidense caen con fuerza y se dejan alrededor de un 9% a las 18:15 hora peninsular.

La pasada semana, el laboratorio anunció que despedirá a 2.300 empleados, fundamentalmente en EE UU en su principal negocio, el de los medicamentos hemoderivados, dentro de un plan de ahorro con el que la empresa prevé recortar 400 millones de euros de gasto. La idea del laboratorio es que este plan de ahorro tenga impacto ya en 2023, en alrededor de 100 millones, pero sobre todo en 2024, cuando se ahorre alrededor de 400 millones anuales respecto a los gastos de 2022. Grifols calcula un cargo único de aproximadamente 140 millones para llevar a cabo las iniciativas de ahorro de costes previstas.

En los últimos meses, Grifols ha vivido las dudas de los inversores por su elevado endeudamiento. La compañía seleccionó a Mayer como presidente ejecutivo en octubre, hasta entonces era consejero, para cambiar el rumbo de la compañía, hundida en Bolsa desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Sustituyó en el cargo al histórico Víctor Grífols y, además, recuperó los poderes directivos, que hasta ese momento ostentaban en exclusiva los consejeros delegados Víctor Grífols Deu y Raimon Grífols.

La llegada de Mayer coincidió con la intención de accionar alguna de las llamadas palancas para reducir deuda y ganar atractivo en Bolsa. En lo que va de año, la compañía se ha recapitalizado más de un 27%, aunque desde máximos de febrero de 2020 (antes del estadillo de la pandemia), la firma se ha dejado alrededor de un 58% en el precio de sus acciones.

Los problemas industriales por la reducción de la obtención de plasma (la materia prima necesaria para sus medicamentos) por la pandemia y el alza de la deuda por la compra de su rival alemana Biotest ha disparado el apalancamiento de Grifols, que alcanza 8,6 veces el ebitda, y una deuda financiera neta de 9.300 millones.

Las restricciones sanitarias durante la pandemia de Covid-19 provocaron en los últimos meses una mayor dificultad y coste en la obtención de plasma (su materia prima para fabricar medicamentos hemoderivados), lo que ha repercutido en los márgenes.

La compañía también informó a finales del año pasado que su beneficio neto hasta septiembre se rebajó un 30% en un año, a 188 millones. El descenso se debe al “aumento de los gastos financieros relacionados por la adquisición de Biotest”, el rival alemán que la multinacional de hemoderivados adquirió este año. Esta adquisición engordó el pasivo en 2.000 millones.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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