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Arbitraje
Tribuna
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Conflicto de intereses en el arbitraje: la necesidad de un marco específico para peritos

Una posible solución podría ser el desarrollo de un código de conducta específico para peritos en el arbitraje internacional

Getty images

En el ámbito del arbitraje, la imparcialidad y la independencia de los peritos son fundamentales para garantizar la confianza en el proceso. Sin embargo, los peritos enfrentamos un desafío importante: la falta de un marco específico que aborde de manera clara y exhaustiva la gestión de posibles conflictos de intereses.

En este sentido, es importante diferenciar entre la imparcialidad y la independencia, ya que la primera es una actitud personal intrínseca hacia las partes involucradas y el tema de la disputa, y la segunda, la inexistencia de situaciones exógenas que impidan actuar con la requerida objetividad y rigurosidad. El análisis y gestión de conflictos de interés se centra en este último.

A diferencia de otras partes del proceso arbitral, como los árbitros, la práctica pericial carece de directrices claras y específicas para guiar su conducta ética y profesional en relación con los conflictos de intereses. Esta carencia puede dificultar la identificación y gestión adecuada de posibles conflictos, lo que, a su vez, puede socavar la integridad del proceso arbitral y la confianza en los resultados.

El conflicto de intereses puede surgir para los peritos de diversas maneras. Estas pueden englobarse generalmente en circunstancias profesionales, personales o económicas.

El Club Español e Iberoamericano del Arbitraje (CEIA) en su Código de Buenas Prácticas Arbitrales incluye una serie de recomendaciones útiles y prácticas para los peritos en relación a posibles conflictos de interés y su revelación; aunque estas pueden considerarse de carácter general. Por su parte, la Asociación Internacional de Abogados (IBA) proporciona un marco de referencia más detallado para identificar, gestionar y revelar los conflictos de interés en el ámbito del arbitraje, aunque no aborda las circunstancias específicas que enfrentan los peritos ya que se enfocan principalmente en la figura de los árbitros. Si bien las reglas de la IBA pueden ser útiles como punto de referencia, la naturaleza única del papel del perito en el proceso arbitral requiere un enfoque más específico para abordar adecuadamente los conflictos de intereses.

Para afrontar estas preocupaciones, es crucial que los peritos adoptemos un enfoque proactivo y transparente para identificar y manejar los conflictos de intereses. Esto implica realizar una evaluación exhaustiva de cualquier posible conflicto antes de aceptar una asignación, así como la divulgación completa y transparente de cualquier relación relevante con las partes o el asunto en disputa. Para ello, además de un primer análisis a nivel individual, las firmas periciales cuentan con sistemas internos de detección de posibles conflictos de interés.

Es imperativo que la comunidad jurídica y las instituciones de arbitraje reconozcan la importancia de establecer un marco específico para peritos en el arbitraje internacional. Este marco proporcionaría una orientación clara y precisa sobre la identificación, divulgación y manejo de conflictos de intereses, fortaleciendo, así, la integridad del proceso arbitral y la confianza en los resultados.

En resumen, aunque persista la falta de un marco específico para peritos en el arbitraje internacional, es esencial que los peritos adopten un enfoque diligente y transparente para abordar los conflictos de intereses. Al hacerlo, pueden contribuir significativamente a fortalecer la integridad del proceso arbitral y la confianza en sus resultados.

Abordar los desafíos en la gestión de conflictos de intereses no solo beneficia a los peritos y a las partes involucradas en el arbitraje, sino que también fortalece la reputación y la credibilidad del sistema arbitral internacional en su conjunto. Una mayor claridad y transparencia en la gestión de conflictos de intereses ayudaría a reforzar e incrementar la confianza en el proceso arbitral.

Una posible solución para mejorar la gestión de conflictos de intereses podría ser el desarrollo de un código de conducta específico para peritos en el arbitraje internacional. Este código podría incluir pautas detalladas sobre la identificación y revelación de conflictos de intereses, así como mecanismos para garantizar su aplicación efectiva.

Dicho esto, es también importante que esta regulación se centre en conflictos relevantes que verdaderamente pongan en riesgo la validez del procedimiento, ya que una normativa excesivamente exhaustiva o exigente conllevaría asimismo riesgos como podrían ser la falta de disponibilidad de expertos cualificados, incrementando los costes y añadiendo retrasos adicionales a los procesos arbitrales.

La gestión adecuada de conflictos de intereses es fundamental para preservar la integridad y la legitimidad del arbitraje. Si bien persisten desafíos en este ámbito, existen oportunidades para mejorar mediante el desarrollo de marcos específicos, la promoción de la transparencia y la formación continua. Al hacerlo, podemos fortalecer la confianza en el proceso arbitral y seguir garantizando procedimientos justos y equitativos.

Javier Sánchez Llopes, director en Diales.

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