Qué deben saber los autónomos de los impuestos diferidos
Se trata de impuestos que permiten a las empresas ajustar sus estados financieros sin tener que modificar sus declaraciones
Los impuestos diferidos son una herramienta contable que se utiliza para compensar la diferencia entre el impacto tributario y el contable. De hecho, surgen para reconocer los tributos que una empresa deberá pagar o dejar de pagar en el futuro.
Los expertos del portal Plusultra indican que estos impuestos se logran al comparar los estados financieros de la empresa con la declaración de la renta delegada a la hora de realizar la presentación. Así, si el impuesto diferido es activo o pasivo, se recoge en la partida “Impuestos diferidos” de los estados financieros de la empresa.
Existen varios tipos de impuestos diferidos. Por un lado, los impuestos diferidos pasivos se generan cuando una empresa obtiene ingresos en el periodo contable actual, pero no puede recuperarlos en la actualidad, sino que tendrá que recuperar la cantidad del impuesto en el futuro.
Por otro lado, también existen los impuestos diferidos activos que surgen cuando una empresa incurre en alguna pérdida en el periodo contable actual y no debe pagar el impuesto sobre los ingresos hasta fechas posteriores a la declaración de renta.
Ajustar las declaraciones
Los impuestos diferidos se suelen generar por varios motivos, aunque uno de los principales es que existan pequeñas diferencias entre los estados financieros y la declaración de renta, aunque también podrían deberse a errores cometidos en la liquidación de impuestos.
Para los empresarios la creación de impuestos diferidos es clave para controlar los desajustes entre las normas contables financieras, que a menudo son distintas de las normas contables tributarias.
Los expertos señalan que los impuestos diferidos se calculan a través de la cuenta temporal. Se trata de un método mediante el cual el impuesto diferido se calcula dividiendo la base financiera, es decir, los ingresos totales y los costos y gastos totales entre la base imponible. La cantidad resultante se multiplica por la tasa de impuesto y el resultado es la diferencia entre el impuesto contable y el impuesto tributario.
En definitiva, los impuestos diferidos permiten a las empresas ajustar sus estados financieros con fines contables y técnicos, sin tener que modificar su declaración de impuestos.