Lyft es el número dos de un sector en el que solo cabe uno
La compañía se encuentra en una posición muy difícil frente a Uber, que domina el sector de los trayectos compartidos
Las acciones de Lyft perdieron un 35% el pasado viernes por la mañana después de que la empresa publicase unos resultados trimestrales desoladores. Esa caída, junto a la acumulación de pérdidas, muestra hasta qué punto la empresa de trayectos compartidos valorada en 4.000 millones de dólares ha caído por detrás de su principal rival, Uber Technologies. Cuesta ver la manera en que Lyft pueda recuperar el terreno perdido sin penalizar todavía más a los accionistas.
La empresa de Logan Green, su consejero delegado, dijo el jueves que iban a recortar los precios, aunque ya se encuentran en números rojos. La pérdida neta de casi 600 millones de dólares sufrida por Lyft en el cuarto trimestre duplicó las pérdidas de un año antes. Los tres primeros meses de este año tienen una pinta todavía peor. Lyft cree que podrá lograr entre 5 y 15 millones de dólares de beneficio bruto de explotación o ebidta ajustado, unos 60 millones de dólares por debajo de las previsiones de los analistas, según Refinitiv.
A Uber le pasa todo lo contrario. El miércoles pasado, la empresa valorada en 69.000 millones de dólares afirmaba que su unidad de movilidad, básicamente dedicada a los trayectos compartidos, registró un ebidta ajustado de 655 millones de dólares en el cuarto trimestre, un incremento de casi ocho veces. Uber también cuenta con un gran negocio de reparto de comida a domicilio, algo que Lyft no tiene. Por otra parte, Uber tiene un 70% del mercado de trayectos compartidos en Estados Unidos, frente al 30% de Lyft, según MoffettNathanson.
Lyft se encuentra ahora en una posición muy difícil. Uber domina el sector de los trayectos compartidos porque tiene cinco veces más conductores y mensajeros activos al mes que Lyft. Y, suponiendo que lo que quieren los clientes es llegar de A a B de manera rápida, segura y económica, a Lyft le quedarían solo tres palancas de las que tirar: recortar costes; atraer a conductores con mejores tarifas; o hacer un marketing muy impactante. Pero son cosas que también puede hacer Uber, y con armas mucho mejores. No es de extrañar que los inversores piensen que dos ya son muchos.