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LVMH tiene una forma más hábil de abordar la sucesión

La designación de Delphine Arnault al frente de Dior aclara el dilema, pero sería mejor designar ya un heredero

Bernard Arnault y su hija Delphine, en la entrega de premios de LVMH de 2019, en París.
Bernard Arnault y su hija Delphine, en la entrega de premios de LVMH de 2019, en París.getty images

Bernard Arnault está aprovechando una remodelación de su cúpula directiva para poner a prueba un posible plan de sucesión. El magnate de LVMH ascendió el martes a Pietro Beccari a la dirección de la emblemática división Louis Vuitton y puso a su hija mayor, Delphine, al frente de Christian Dior Couture. Colocarla al frente de la que, según los analistas, es la segunda marca más importante de la empresa, podría poner a prueba su aptitud para dirigir el gigante del lujo, valorado en 387.000 millones de euros, cuando su padre se jubile. El mercado recibió bien la noticia, con un 2,5% de subida en la sesión.

Los magnates ricos suelen tener mucha descendencia, a menudo con diferentes parejas. Arnault tiene cinco hijos, los mismos que el fundador de Mediaset, Silvio Berlusconi, y uno menos que el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch.

Las disputas entre hermanos pueden complicar los planes para mantener con éxito una gran empresa en la siguiente generación. Además, no siempre están dispuestos o son capaces de gestionar grandes empresas con la misma habilidad que su progenitor.

Arnault parece decidido a mantener dentro de la familia la dirección de la mayor empresa cotizada de Europa. Todos sus hijos tienen cargos en el conglomerado, incluso en marcas como la joyera Tiffany y la relojera TAG Heuer. Además, poseen conjuntamente el holding que controla LVMH.

Delphine, de 47 años, que lleva tiempo trabajando en Louis Vuitton y Dior, tiene ahora la oportunidad de demostrar que está por encima de sus hermanos. Sin embargo, será difícil repetir el éxito de Beccari. El exjefe triplicó las ventas de Dior, hasta los 6.600 millones de euros –alrededor del 8% del total del grupo estimado para este año–, en menos de cinco años, al tiempo que duplicó el margen de beneficio operativo de la marca hasta el 38%, según los analistas de Citi.

Ahora Beccari se convertirá en consejero delegado de Louis Vuitton, la mayor marca de LVMH, que los analistas de Citi estiman que tuvo unos ingresos de unos 22.000 millones en 2022.

Además, como Arnault no da señales de retirarse, sus hijos más jóvenes pueden tener tiempo de adquirir la experiencia necesaria para competir por el puesto más alto. El año pasado, el magnate de 73 años elevó a 80 la edad de jubilación del primer ejecutivo de LVMH. Bien podría volver a hacerlo.

Sin embargo, la mejor manera de evitar posibles disputas familiares es elegir a un único heredero para dirigir la empresa, al tiempo que se crea una estructura que garantice que toda la familia comparta el botín financiero.

Así es como dinastías italianas como los Agnelli y los Benetton se han asegurado de que la prosperidad empresarial perdure durante más de una generación. También sería la forma más inteligente para Arnault de abordar el dilema de su sucesión.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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