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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un horizonte incierto para el mapa global de las fábricas de chips

Todo apunta a una desaceleración del ritmo de construcción de factorías en 2023. En Europa, la inversión puede quedarse en la mitad de lo previsto

Año 2020: el mundo descubrió tras el confinamiento una fuerte carencia de los semiconductores que necesitaban para la fabricación todo tipo de dispositivos. Los productores de chips aceleraron el funcionamiento de las cadenas manufactureras existentes e hicieron planes de futuras fábricas. Durante los años 2021 y 2022, las distintas áreas económicas diseñaron estrategias destinadas a promover que los nuevos centros de producción fueran edificados en su territorio.

Como resultado del modelo de crecimiento basado en la subvención pública, la asociación global de la industria de la fabricación y diseño de la industria de microelectrónica, SEMI, estima que entre 2021 y 2023 se invertirán más de 500.000 millones de dólares en construir en el mundo 84 instalaciones relevantes de producción de chips, aumentando en casi un 50% las 162 registradas actualmente. Las nuevas fábricas supondría una distribución geográficamente más equilibrada (China 20, Estados Unidos 18, Europa y Oriente Medio 17, Taiwán 14, Corea 3 y Japón 6), y darían lugar a una cadena de producción no solo más resiliente globalmente, sino también más satisfactoria en términos de autonomía estratégica de cada área económica.

En el tercer trimestre de 2022, las entregas de PC han disminuido un 19,5% y las de smartphones han decrecido una 9,2%, mientras que los planes de construcción de algunos grandes centros de datos han sido pospuestos, entre los últimos, los de Google en Minnesota o Meta en Dinamarca. Estos datos confirman que la crisis económica subsiguiente a la invasión de Ucrania ha frenado la demanda de los principales consumidores de chips, cuestionando las previsiones de construcción de nuevos centros de producción. Pero además del eventual enfriamiento global, es necesario analizar en cada área las circunstancias locales para revisar la validez de los pronósticos de SEMI.

Corea del Sur y Japón son las áreas sobre la que existen menos dudas que alcancen las previsiones. El segundo gran fabricante mundial, Samsung, se encuentra volcado con la construcción de nuevas factorías en su país de origen, habiéndose iniciado la construcción de una nueva planta en Pyeongtaek, en un área con otras tres factorías ya instaladas y posibilidad de crecimiento hasta 500 campos de fútbol. La estrategia nipona ha obtenido el compromiso de una fábrica de TSMC en Japón con posibilidad de una segunda. También ha alimentado la creación de un nuevo competidor, Rapidus, creado mediante la alianza de empresas muy demandantes de chips (Sony, Toyota, IBM, …), al que solo en 2022 ha subvencionado con medio billón de dólares.

Las restricciones que los Estados Unidos han impuesto en las relaciones comerciales con China en el sector de los semiconductores, tuvo como efecto inmediato la reducción en un 40% de las importaciones de máquinas de producción de chips. Era el signo de un replanteamiento de los planes de las empresas para construir nuevas fábricas. Sin embargo, el Gobierno chino parece decidido a superar estas barreras apoyándose en tecnología local, mediante un nuevo paquete de subsidios e inversiones de 143.000 millones de dólares.

En Estados Unidos, el programa Chips For America ha multiplicado los proyectos del sector en el país. De acuerdo con datos de la Asociación Americana de Semiconductores (SIA), han sido realizados anuncios de inversión por valor de más de 180.000 millones que incluyen hasta 15 nuevas fábricas de chips. La consolidación de estos planes depende aún de la capacidad de satisfacer las necesidades de energía, agua y fuerza laboral para la construcción y el funcionamiento de las nuevas fábricas, un gran reto dada la magnitud del programa.

Por su parte, el Gobierno de Taiwán aprobó un nuevo marco legal que proporcionará desgravaciones sobre las inversiones similares a Chips For America, entre el 15% y 25%. Con ello, confía en que la isla siga siendo el territorio del mundo con mayor densidad de instalaciones de producción de chips a pesar de la tensión bélica. El desafío es contrarrestar los temores de que una mayor internacionalización de las fábricas de TSMC, el operador taiwanés dominante en el mundo, pudiese arrastrar también hacia otras latitudes los proyectos de otras compañías menores de la isla.

En Europa, la Ley de Chips de la UE progresa en su tramitación, y tras la aprobación en el Consejo en diciembre resta el visto bueno del Parlamento. Sin embargo, crece la posibilidad de que llegue tarde y que el marco legal no sea suficientemente incentivador. Político duda que movilice más allá de 20.000 millones de euros de fondos públicos, la mitad de lo previsto, e Intel ha retrasado la construcción de su nueva fábrica en Alemania hasta clarificar las subvenciones para la misma.

El mundo siempre ha necesitado una producción creciente de chips desde que estos fueron inventados hace 75 años. Y los seguirá necesitando. Sin embargo, los condicionamientos globales y locales en cada área económica apuntan en 2023 a una desaceleración del ritmo de la construcción de fábricas para satisfacer esta demanda y una necesidad de medidas que contrarresten las debilidades aparecidas en el modelo de crecimiento.

Emilio García García es Ex Director de Gabinete de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales

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