Vientos de cambio en las exportaciones a China con el Covid al acecho
Las empresas españolas esperan crecer pese a los rebrotes Los envíos son hoy mayores (5.900 millones) que en 2019
Tras casi tres años de política de Covid cero basada en restricciones masivas a la movilidad –desde principios de 2020 hasta finales de 2022–, las perspectivas de negocio para las empresas españolas que exportan a China solo pueden mejorar, incluso con la amenaza de que vuelvan las prohibiciones ante el alza de unos rebrotes que están colapsando hospitales y morgues. Pese al entorno adverso para las pymes con arraigo en el gigante asiático, todas las consultadas dicen ver la luz al final del camino.
“Hemos tenido un gran desarrollo en China con la marca Pretty Ballerinas, pero es cierto que con las restricciones por el coronavirus se ha notado un importante parón del consumo”, comenta David Bell, responsable de esta marca de zapatos de mujer que pertenece al grupo Mascaró. Según Bell, Mascaró había firmado “un acuerdo con un importante grupo de centros comerciales para montar corners de Pretty Ballerinas”, pero ese pacto quedó “parado hasta que se eliminen totalmente las restricciones”.
Pekín, el mayor mercado global, sigue siendo atractivo para las firmas españolas
Ni hablar de irse del mayor mercado del mundo a pesar de la insensibilidad económica que haya podido mostrar el Gobierno de Xi Jinping. “China sigue siendo un país atractivo para los exportadores españoles que miran a Asia como una región para desarrollar sus negocios”, zanja Ramón Gascón, coordinador del grupo de trabajo de Asia-Pacífico del Club de Exportadores e Inversores.
Dentro de los destinos más comunes de los negocios españoles en la región, los principales países asiáticos son China, India, Vietnam, Bangladesh, Malasia y Taiwán. De esos seis, Pekín sigue concentrando el 67% de las exportaciones, pese al retroceso este año por las restricciones. Según los datos de comercio exterior de la web de la Secretaría de Estado de Comercio, solo en China se ha producido una caída del 11,7% de las exportaciones españolas entre 2021 y 2022 (en el acumulado de enero a septiembre), frente al alza interanual del 24,5% en la India; el 15,1% en Taiwán; el 30,2% en Malasia; el 5,2% en Vietnam y el 30,5% en Bangladesh.
Las compañías cuentan que es un destino clave, pero aún de difícil acceso
Sin embargo, se exporta al mercado chino mucho más ahora (casi 5.900 millones de euros) que en los nueve primeros meses de 2019 (4.800 millones), el año prepandémico. Y es el mayor destino de lejos para las empresas en la región al cuadruplicar las exportaciones a India.
“Para muchas empresas sigue siendo un mercado de difícil acceso a la vez que inevitable si se quiere crecer en la región”, declara Gascón. “No obstante, para las pymes españolas la importancia de contar tanto con el canal presencial como online, y su crecimiento exponencial estos años, es una oportunidad destacable”.
Sirva la experiencia de Natura Bissé, una marca de productos cosméticos que penetró hace una década en este mercado. “Sin duda, la política cero Covid ha afectado a nuestro negocio, sobre todo durante la primera mitad de este año, cuando las medidas y los confinamientos fueron más duros”, reconoce Juan Albanell, director comercial y consejero. “Además, una parte muy importante del negocio se centra en el canal de day spa (salones de belleza) y spas en hoteles, unos canales que están sufriendo de forma muy directa las medidas restrictivas”.
“Pese a esta situación”, prosigue Albanell, “hemos continuado nuestra estrategia de inversión tanto a nivel de construcción de equipo como de expansión de la distribución y de desarrollo de marca. La situación actual es temporal, y cuando las medidas se vayan relajando, China volverá a ser un motor de crecimiento y queremos estar 100% preparados”.
Impacto del parón
“Las empresas españolas que operan en China están bastante consolidadas”, recoge un informe publicado en octubre por el Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE) y el Icex. Con todo, han acusado mucho las restricciones: “El Covid ha supuesto un impacto importante en el negocio de las empresas españolas en China, que se ha traducido, en muchos casos, en interrupciones de la cadena de suministros, imposibilidad de viajar del personal relevante para el negocio de la empresa y retraso o disminución de los planes comerciales o de inversión”.
El informe identifica retos como “la identificación de sectores de oportunidad en ese mercado, los posibles cambios regulatorios y la evolución de las relaciones de China con sus socios internacionales”. Y para las pymes españolas se valora “la conveniencia de contar con alianzas de otras empresas con experiencia en dicho mercado” que sean “capaces de compartir conocimientos sobre la cultura del negocio, las barreras burocráticas, o de poner en común infraestructuras logísticas o financieras”.
Frente a las exportaciones, las firmas que importan productos chinos no han notado tanto cambio durante 2022. Como Laboratorio Dr. Barba, con sede en Madrid y fundado por el economista Juan Carlos Barba, que importa productos sanitarios. “Las restricciones, probablemente, han incidido de forma importante en la tipología de la exportación española, como los alimentos, que están relacionados con actividades económicas muy afectadas por el Covid cero. Pero a la hora de importar, solo hemos tenido algún retraso poco reseñable”.
El inmobiliario, en dificultades
Buen pronóstico. Según Enrique Díaz-Álvarez, analista y director de riesgos de Ebury, la fintech especializada en gestión de divisas para pymes, el objetivo de Pekín de crecer un 5,5% este año está ya descartado: el crecimiento de China en el tercer trimestre (3,9%), tras la contracción trimestral del segundo (2,7%), y el fin de la política de Covid cero abren una ventana al optimismo.
Incertidumbre. El Gobierno lanzó un plan de ayudas en agosto por valor de un billón de yuanes (135.000 millones de euros) para apoyar a las empresas, sobre todo al muy afectado sector inmobiliario, en el que los inmuebles siguen perdiendo valor. A diferencia de la UE o EE UU, China ha seguido relajando su política monetaria para aliviar al consumidor.