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La UE no se pone firme a la hora de hacer pagar a los contaminadores

Más de la mitad de los permisos gratuitos para emitir CO2 seguirán existiendo en 2030, y no desaparecerán del todo hasta 2034

Parlamento Europeo
Parlamento Europeo, en Estrasburgo (Francia).picture alliance (dpa/picture alliance via Getty Images)

La UE acordó el domingo revisar el mercado de emisiones de carbono, pero la necesidad de proteger a la industria local le ha hecho actuar con cautela.

Reformar el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (ETS) nunca iba a ser fácil. Obliga a las empresas a comprar certificados por el CO2 que emiten. Para suavizar el golpe, la mayoría de los permisos creados desde 2013 han ido a parar gratis a grandes emisores como los productores de acero y cemento, lo que les ha ahorrado casi 100.000 millones, según WWF. Ello ha reducido el incentivo para reducir las emisiones, y los ingresos. Solo dos tercios del dinero recaudado con los certificados ETS se destinaron a proyectos verdes.

El nuevo acuerdo implica que todos los ingresos irán ahora a la lucha contra el cambio climático. Es bueno, como también lo es el plan de ampliar el sistema a partir de 2027 para cubrir las emisiones de automóviles y edificios. La reducción del 43% de las emisiones de los participantes con respecto a 2005 se convertirá en un 62% para 2030 (el objetivo global es un 55%). Y las empresas de países no europeos con normas de descarbonización laxas también tendrán que comprar permisos a partir de 2026 para acceder al mercado único.

La gran salvedad son los permisos gratuitos. Más de la mitad seguirán existiendo en 2030, y no desaparecerán del todo hasta 2034. Aunque se supone que la supresión progresiva de estas exenciones coincidirá con el aumento de la carga arancelaria sobre las firmas foráneas, los países no-UE, ya molestos por estas subvenciones, seguirán enfadados; mientras, las grandes exenciones fiscales de EE UU a la energía verde están empujando a grupos europeos como RWE y BMW a trasladar allí sus inversiones ecológicas.

Con su industria pesada de rodillas, las dudas de Europa reflejan una comprensible necesidad de proteger el empleo local. Carbon Market Watch afirma que los sectores afectados por el ETS deben reducir sus emisiones un 70% de aquí a 2030 para que la UE alcance su objetivo. Al diluir el principio de que quien contamina paga, Europa corre el riesgo de erosionar su estatus de líder en la lucha contra el cambio climático.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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