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La Lupa
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Reagrupar la izquierda en el PSOE y dejar aislado a Podemos

Las fuerzas progresistas fracasarán si presentan más de dos candidaturas y quizás lo más eficaz electoralmente es que Sánchez fiche a Díaz y a Errejón

La encuesta que publicaba El País esta semana es muy elocuente. La supervivencia del actual Gobierno de coalición va a requerir una enorme dosis de pragmatismo de las fuerzas de izquierdas, empezando por el PSOE y continuando por el universo que tiene a su lado (Sumar, Podemos, Izquierda Unida y Más País). Sin embargo, los personalismos pueden jugar una mala pasada, como ya sucedió en Madrid en las últimas elecciones municipales y autonómicas, y lograr que se imponga el tradicional cainismo entre las fuerzas más progresistas.

Los continuos movimientos en los segundos niveles de la Administración central, buscando cobijo en puestos de alto nivel internacionales suenan al tradicional sálvese quien pueda de los cuerpos profesionales de altos funcionarios del Estado cuando huelen a cambio de ciclo político. Pero por si había dudas, el estrambote ha sido que el marido de la vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño se presente al puesto de responsable de la coordinación de la estrategia comercial y de marketing de Patrimonio Nacional, presidido por su antigua número dos. Puede que fuera el mejor currículo, para qué dudar, pero, desde un punto de vista político, es evidente que resulta el adjudicatario más inadecuado. Aquí aplica a la perfección el dicho de que la mujer del César debe ser honrada y además parecerlo.

Los dos ministros más técnicos de este Gobierno, Nadia Calviño y José Luis Escrivá, están demostrando ausencia o agotamiento de olfato político, algo de lo que está sobrado el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez tiene tres meses por delante para urdir las candidaturas para las elecciones municipales y autonómicas, cuyos resultados tendrán un claro impacto en la configuración de las listas y alianzas para los comicios generales de dentro de un año.

El barómetro de diciembre de 40db elaborado para El País y la Cadena Ser deja claro que si las fuerzas a la izquierda del PSOE se presentan integradas en la plataforma Sumar de Yolanda Díaz, sacarían 153 escaños, cuatro menos de los que suman ahora; mientras que el PP y VOX obtendrían 158. Si se presentan por separado, las fuerzas progresistas sumarían 137 diputados y las de derechas, 170. Por tanto, si las izquierdas van juntas suman 16 escaños más, de los que 12 procederían de las dos fuerzas de derechas que son la alternativa de gobierno.

Este barómetro encierra otros datos llamativos, como que el 8,1% de los votantes del PSOE prefiera que gobierne el PP en solitario o con Vox. Entre los votantes del PP, no llega al 4% los que prefieran al PSOE solo o en compañía. Hay diversas encuestan que detectan esta fatiga con el Gobierno actual, hasta el punto que ni los suyos, ni sus votantes, lo ven claro, de ahí los movimientos de personas que se mencionaban anteriormente o que el propio líder de la oposición haya decidido frenar su actividad, seguramente con el convencimiento de que el desgaste de la propia acción del Ejecutivo con los frentes que va abriendo le dará rédito.

Este tipo de contextos es en el que suele aparecer la mejor versión de Pedro Sánchez, el resiliente, el que ganó las primarias, a pesar del aparato del partido, y el Gobierno tras haber negado el pan y la sal a sus actuales socios de Podemos y de prometer mano dura con los promotores del Procés en Cataluña. Antes del verano, nadie daba ninguna posibilidad electoral a la reedición de este ejecutivo de coalición. Hoy estamos con divertimentos demoscópicos de las posibilidades que tendría con diferentes fórmulas, sin que Sánchez haya dicho nada de sus intenciones, lo que es normal dado que aún están lejos los primeros comicios.

Pero puestos a pensar en los conejos que el mago Sánchez puede sacarse de la chistera, no debería descartarse que ofrezca a Yolanda Díaz e Íñigo Errejón su integración en las listas del PSOE y éstos la acepten, puesto que puede terminar siendo más factible que hacer la paz con Podemos, donde las rencillas personales pueden convertirse en un muro insalvable.

Parece ficción, como lo parecía que Pablo Iglesias dejara el Gobierno. ¿Pero imaginan una candidatura del PSOE en la que Yolanda Díaz fuera la número dos de Pedro Sánchez? ¿Imaginan que el PSOE se presenta en coalición con Más Madrid a las elecciones de Madrid, con Reyes Maroto al Ayuntamiento y Mónica García a la Comunidad? Estos movimientos pueden parecer puro laboratorio, pero seguramente serían muy eficientes en la conversión de votos en escaños. Sumar no se va a presentar a los comicios locales y autonómicos y la fuerza de Más País de Íñigo Errejón se centra en Madrid y poco más. En otras regiones, como Cataluña o Comunidad Valenciana, son otras fuerzas con las que jugar como hasta ahora, tras cerrar las urnas.

Este hipotético escenario permitiría al dúo Sánchez-Díaz y Errejón un discurso de todos juntos contra Ayuso y Almeida en Madrid, dejando al margen a Podemos, que no funciona ni con Pablo Iglesias. Y, sobre todo, les permitiría intentar construir un relato de gestión del actual Gobierno de coalición en el que colocar a Podemos al frente de las políticas fracasadas, como la Ley del Sí es sí o las fallidas normas como la de bienestar animal o vivienda. Mientras que el dúo Sánchez-Díaz se atribuirían los éxitos, como las medidas anticrisis o la reforma laboral. En definitiva, gestores frente a amateurs.

Yolanda Díaz “podría militar en el PSOE en un momento determinado. La gente agradece su talante y actitud” y hay “similitud” entre su proyecto y el del Partido Socialista. Esto lo dijo hace un año Emiliano García Page, el presidente autonómico que, junto con Javier Lambán, ejerce de oposición interna a Pedro Sánchez, lo que da idea de que la integración de Díaz en las listas del PSOE no generaría rechazo, algo que sí sucedería con Pablo Iglesias. La inquina personal es el peor pegamento de cualquier alianza.

Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense

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