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Medidas que cambian urbes

Más cámaras, ciudades inteligentes y urbanismo, otras tendencias activas

La rehabilitación tendrá un papel destacado en nuestras ciudades

Getty Images
Fernando Belinchón

Las restricciones a la circulación de ciertos vehículos no son ni mucho menos la única tendencia en marcha. De fondo, además de ciudades más limpias, se busca impulsar lo que se denomina como “ciudad inteligente”.

“Es un lugar donde las redes y los servicios tradicionales se vuelven más eficientes mediante soluciones digitales. Todo esto va en beneficio de los habitantes y de las empresas que conforman el tejido productivo y tiene por objetivo principal mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Se mejora la atención sanitaria mediante un mejor uso de los datos, la seguridad pública, la movilidad y la circulación dentro de las ciudades. Se posibilita una mayor comunicación entre las autoridades y la población y se puede actuar con mayor rapidez ante los imprevistos. Se basa en usar datos para tomar decisiones mejores”, define Olivier Pérez.

Rafael Martín, director de ventas para el sur de Europa de Genetec, comenta las posibilidades que se abren para la seguridad. “Se habla mucho de ciudad inteligente, ciudad amigable. Pero una ciudad, antes de ser amigable, tiene que ser segura. Es una ciudad en la que los sensores den una información que permita a las fuerzas y cuerpos de seguridad actuar y anticiparse a cosas que puedan pasar. Por ejemplo, si vives en el centro de una ciudad en la que su casco histórico tiene una aglomeración de gente y se sabe que a partir de cierto número de personas eso empieza a ser un riesgo, porque puede haber una avalancha humana. Esos sensores permiten anticiparse y dotar de infraestructura y efectivos policiales para evitar que pase algo malo”, ilustra con un caso hipotético.

Pero más allá de lo hipotético, su empresa ha demostrado en casos reales hasta qué punto esto puede ser efectivo.

“En Detroit había un problema muy grave en las gasolineras y farmacias. No solo había delitos de robos, sino también asesinatos. Nosotros completamos un proyecto para la ciudad de Detroit llamado Green­light. El proyecto Luz Verde consistía en algo sencillo. Primero, dotar de mayor y mejor iluminación a las gasolineras y tiendas. Instalar cámaras de vídeo con mucha resolución para posibilitar la investigación. Las cámaras estaban conectadas a una central de policía que recibía una alerta cuando había un asalto o un atraco. Se usaban sensores para detectar con el tono de voz de una persona si estaba habiendo un atraco. Había detectores de disparos. Al cambiar la luz y poner estos sensores y las cámaras, los crímenes descendieron más de un 30%. Solo por hacer estos pequeños cambios”, dice Martín.

Transformación urbana

Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), describe qué cabe esperar en términos de urbanismo. “Las tendencias urbanísticas son dispares. En España, como, en general, en el conjunto de la Unión Europea, están marcadas por factores como el crecimiento o, mejor dicho, el decrecimiento demográfico y retos como el cambio climático. Según estudios de la Fundación Hàbitat3, en los próximos años, de cada diez nuevos hogares que se formen en nuestro país, ocho utilizarán edificios ya existentes que hayan quedado vacantes. Por lo tanto, la tendencia arquitectónica y urbanística dominante en las próximas décadas en España va a ser la transformación profunda, y con conciencia, del parque edificado para adaptarlo a las demandas y necesidades de una población cada vez más longeva, con nuevos hábitos culturales, y desafíos acuciantes como garantizar la asequibilidad de la vivienda”, asevera.

También, tendemos a viviendas más eficientes pero más pequeñas: “Según el censo del Instituto de Nacional de Estadística del año 2011, el tamaño medio de las viviendas era 96,5 metros cuadrados útiles o, lo que es igual, 120,25 metros cuadrados de superficie construida con zonas comunes. Comparamos este dato con los aportados por Tecnitasa en 2021, que sitúa el tamaño medio de superficie construida con zonas comunes en 97 metros cuadrados”, recopila.

Preguntada por el aspecto general de la ciudad, Vall-llossera dice que “un ejemplo para el urbanismo puede ser una ciudad ampliada con una trama de calles y plazas que prioricen a los peatones y la movilidad sostenible, fomentando el encuentro entre las personas, la inclusión y que garantice su seguridad; dotadas de vegetación de hoja caduca, que permite soleamiento en invierno y sombra en verano, con infraestructuras que no sean agresivas, como luminarias solares, con lámparas led que pueden incluir cámaras de control. Una trama que disponga una parcelación con solares orientados eficientemente, que contenga aparcamientos disuasorios y que dé alternativas seguras al uso de vehículos ligeros”. 

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Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.

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