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Tu plan de futuro completo

¿Por qué el plan personal va siempre por delante del financiero?

Hablar de dinero suele ser un tema complicado. A la gran mayoría de nosotros nos cuesta sincerarnos sobre cuánto ganamos, qué cantidad tenemos ahorrada o cuánto gastamos en determinadas cosas. Desde siempre, hemos adoptado una actitud algo ambigua con el dinero, como si fuera un tabú -tanto tenerlo como anhelarlo- o algo que tuviéramos que esconder. Y, sin embargo, cuando pensamos en invertir, nuestra mente automáticamente se imagina cifras.

¿Por qué actuamos así? A lo largo de la historia, el dinero ha conseguido confundirnos. Hemos puesto el foco en él y hemos acabado dando por hecho que, en determinadas circunstancias, como cuando queremos invertir o cuando pensamos en el futuro de nuestra familia, es lo primero en lo que debemos fijarnos, cuando la realidad es bien distinta.

¿Nos hemos planteado para qué queremos el dinero o qué queremos conseguir de él? Porque esta es la verdadera clave para poder tener una buena relación con el dinero y que no se convierta en un problema.

Lo primero, el ‘para qué’

El primer paso para racionalizar nuestras decisiones es comprender que el dinero no es un fin en sí mismo, sino que es el medio que nos va a ayudar a conseguir lo que es verdaderamente importante para nosotros. Una segunda residencia, montar nuestra propia empresa, ayudar económicamente a nuestra familia, viajar al otro lado del mundo o jubilarnos tal y como esperamos. La lista puede ser interminable porque cada uno de nosotros tenemos unos objetivos vitales distintos, diferentes preocupaciones y unas circunstancias que pueden ser opuestas.

Por ello, el dinero que necesitaremos siempre dependerá de cuál sea nuestro proyecto biográfico. Nunca deberíamos hablar primero de números y después de nuestros proyectos porque si lo hacemos así seguramente no tengamos éxito y acabemos tomando decisiones emocionales y erróneas.

Lo importante, como decíamos, es entender para qué queremos el dinero y mirar hacia nuestro futuro. ¿Qué quiero ser? ¿Qué le da sentido a mi vida? ¿Cuál es mi proyecto biográfico? ¿A qué quiero dedicar mi tiempo?

Solamente si tenemos un plan de futuro el dinero puede convertirse en el medio capaz de enriquecer verdaderamente nuestra vida. Porque la verdadera riqueza es la que somete al dinero y lo pone al servicio de un plan de futuro completo lo más personal y sincero posible.

Un plan de futuro completo para el que debemos pensar en nosotros mismos, en lo que nos hace felices y en lo que queremos para el día de mañana, tanto para nosotros como para nuestra familia o nuestra empresa.

Hacer este ejercicio de reflexión personal nos va a permitir mirar más allá y ver todas las posibilidades que tenemos y ser realistas con las opciones y decisiones que vayamos a tomar.

Porque al definir nuestro proyecto biográfico podemos proyectar nuestra vida en números y ver qué estrategia de inversión es la más adecuada, cómo tenemos que organizar nuestro patrimonio, qué productos son los que más nos convienen -desde un fondo de fondos, pasando por un plan de pensiones o un seguro de dependencia- y qué acciones podemos tomar en el presente, como hacer nuestro testamento o donar a nuestros hijos en vida.

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