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Biometano: un candil para calentar próximos inviernos

La UE potenciará este combustible junto al hidrógeno verde y el biogás Los ecologistas avisan de posibles fugas de metano en su producción

Los residuos agroganaderos alimentarán la planta de biogás de Vila-sana (Lleida).
Los residuos agroganaderos alimentarán la planta de biogás de Vila-sana (Lleida).

Ya quedan muy lejos los 155.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural que Rusia vendió a la Unión Europea en 2021. A pesar de que no ha pasado ni un año, ha sido tiempo suficiente para que el continente viva una nueva guerra, con el conflicto en Ucrania y un corte indefinido del suministro gasístico ruso a los países miembros, equivalente a dos quintas partes del consumo total de la UE, a partir de septiembre. Anticipando este escenario, el Ejecutivo comunitario presentó en mayo el plan REPower EU para poner fin a su dependencia energética de Rusia.

La iniciativa contempla medidas para la diversificación del suministro, la eficiencia y la producción de otras fuentes de energía como el hidrógeno verde, el biogás o el biometano. Solo en el caso de este último, se establece un objetivo comunitario para producir hasta 35.000 millones de metros cúbicos para 2030. Y es que, al igual que el biogás, el biometano parte de la digestión anaeróbica de materia orgánica (como purines, lodos de depuradoras o residuos de vertederos) de las bacterias que, en el proceso de fermentación, generan metano (CH4), valorado por su gran potencia energética.

Tras un proceso de tratamiento, se consigue producir biogás, destinado a usos térmicos pero no apto para su inyección en las redes de suministro por contener alrededor del 55% de CH4, muy por debajo del 90% mínimo que exigen los criterios técnicos de la normativa para el consumo generalizado.

Algo que sí cumple el biometano: esta energía procedente del biogás es sometida a un proceso de mejora (upgrading) en centrales específicas que consigue un contenido de CH4 superior al 90%. Y de ahí su importancia, señala Joan Batalla, presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigas), al cumplir los requisitos “para poder inyectarlo y que sea totalmente intercambiable con el gas natural”.

Potencial español

La Comisión Europea (CE) sitúa a España entre los tres países comunitarios con mayor potencial de producción de biometano para 2050, según un informe de abril de 2020 al que hace referencia Batalla: hasta 137 teravatios hora (TWh). “Un tercio de la demanda de gas natural se puede descarbonizar por biometano”, extrapola. De hecho, Sedigas ha estimado (en base a datos del IDAE y la CE) que esto equivaldría a toda la demanda doméstica y a un tercio de la industrial.

Actualmente, cifra en más de 200 los proyectos en España relacionados con estas energías “en diferentes grados de madurez”, en los que participan todos los actores del sector: comercializadoras, productoras y distribuidoras. Es el caso de Biolvegas, la primera planta nacional de biogás por valorización de residuos que impulsa Nortegas en Soria junto a otros socios, y que conllevará la inyección directa de hasta 38 gigavatios hora (GWh) anuales de biometano a la red de suministro.

España tiene uno de los mayores potenciales para la producción de biometano de toda Europa, junto con Alemania y Francia. Lo reconoce la propia Comisión Europea

Pero desde la industria creen que aún hace falta mejorar una serie de herramientas administrativas. Lo dice abiertamente Javier Contreras, consejero delegado de Nortegas, para quien “es necesario apoyo institucional a través de un marco regulatorio estable y claro que acelere los procesos de tramitación de plantas de generación y permita la valorización de esta fuente de energía renovable por medio de un sistema eficiente de garantías de origen”.

En este sentido, Batalla ve como ejemplos a Alemania y Francia, con regulaciones mucho más flexibles, con las que España quiere emparejarse. Sedigas lleva trabajando “muchos meses” con la Administración en una implementación de las garantías de origen (que certifican una fuente como renovable), que la asociación espera que esté en marcha para marzo de 2023.

Si bien desde el sector se califica a esta fuente de energía como 100% renovable y desea que así quede reflejado (como, por ejemplo, en los certificados de origen), desde Ecologistas en Acción advierten de que “es muy posible” que haya fugas de metano en una o todas sus etapas: tanto producción como transporte, distribución y uso. “Y depende de cuánto metano se fugue, estaremos con un sistema que está produciendo beneficios a nivel climático o no”, sentencia Marina Gros, coordinadora de la campaña La verdad del gas de la organización.

Planta de biometano de Naturgy en Barcelona.
Planta de biometano de Naturgy en Barcelona.

Tres fuentes de generación

Residuos urbanos. La planta de biometano que se encuentra en el vertedero municipal de Valdemingómez recibe residuos de unos 3,2 millones de madrileños y amplió en abril pasado su capacidad para inyectar hasta 180 GWh, lo que equivale al consumo anual de 20.000 hogares.

Lodos de depuradoras. La infraestructura de la planta de Bens (A Coruña) utiliza las aguas residuales y los lodos no reciclables, ambos fuentes de metano, para tratarlos y producir el biometano. La planta es fruto de una iniciativa conjunta público-privada entre Edar Bens, Naturgy, Nedgia y EnergyLab.

Agroalimentación. Naturgy pondrá en marcha el próximo verano la planta de Vila-sana (Lleida), que se abastecerá de residuos agroganaderos, “apostando por el desarrollo de la economía local y circular”, apunta Silvia Sanjoaquín, directora de nuevos negocios de la compañía. Será la tercera del grupo y la segunda en Cataluña, junto a la ubicada en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), que produce energía a partir del biogás obtenido de residuos sólidos municipales.

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