Brasil le da un oportuno empuje a la lucha contra el cambio climático
La incertidumbre podría bastar para que empresas como SK y Samsung acaben trasladando las fábricas que tienen en China a otro lugar
Hasta ahora, 2022 ha sido un año sombrío en la lucha contra el calentamiento global. A pesar de haber acaparado la atención del mundo en la cumbre COP26 de Glasgow, la guerra de Ucrania y la crisis energética están haciendo que los avances en los compromisos nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sean “muy insuficientes”. Por ello, la elección de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil supone un impulso tangible.
Con 1.500 millones de toneladas anuales de GEI, Brasil es el sexto país emisor del mundo. A pesar de abarcar la mayor selva tropical del mundo, la Amazonia, cerca del 60% de estas emisiones proceden de los cambios en el uso del suelo causados por la deforestación, además del metano procedente del ganado, lo que refleja la condición del país como mayor exportador de carne de vacuno. Si Brasil aplicara correctamente su propio Código Forestal, la deforestación podría reducirse en un 90% a finales de la década, según estimaciones de Carbon Brief. La plantación y restauración de árboles podría entonces absorber las emisiones anuales causadas por el llamado sector de uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura (Lulucf) para 2040.
Como tal, la victoria de Lula tiene importancia internacional. Y lo que es más importante, las elecciones de Brasil se han celebrado cuando es cada vez más evidente que el sector privado no irá más rápido en la descarbonización que los gobiernos.
El reciente retroceso en las ambiciones de los bancos que participan en la Alianza Financiera de Glasgow para la Red Cero (Gfanz) se ha producido porque la presión política ha disminuido. Una dinámica similar ha permitido a la mitad de las 350 mayores empresas alimentarias del mundo resistirse a los llamamientos para crear cadenas de suministro libres de deforestación. Esto hace que acontecimientos políticos como la victoria de Lula sean aún más vitales.