Vuelve el horario de invierno: un ajuste de las horas de luz para (en teoría) ahorrar energía
La madrugada del sábado al domingo, el reloj se retrasa una hora y a las 03.00 horas pasarán a ser las 02.00 El cambio de hora seguirá vigente, al menos, hasta 2026
España adoptará el horario de invierno la madrugada del sábado, 29 de octubre, al domingo, 30 de octubre, con el retraso de los relojes una hora, de forma que a las 03.00 horas pasarán a ser las 02.00 horas, un cambio de hora que seguirá vigente, al menos, hasta 2026. De esta manera, el país cumple con la directiva europea del año 2000 que afecta, sin excepción, a todos los Estados miembros de la Unión Europea.
No obstante, existe controversia sobre la idoneidad de mantener el cambio de horario. Mientras algunos expertos defienden su mantenimiento por razones de ahorro energético o de organización social, otros creen que dada la digitalización de la sociedad ha perdido la utilidad con la que fue ideado y que, además, no es beneficioso para la salud.
¿Ahorro energético?
La Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo publicó en 2018 un informe que señala que, aunque los cambios estacionales de hora pueden producir ahorros, estos son marginales, y que no hay certeza de que los beneficios se obtengan en todos los Estados miembros.
El informe también indica que, aunque puede haber ahorros de energía en iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la calefacción, que podría incluso aumentar su consumo. Además, los resultados son difíciles de interpretar ya que están fuertemente influenciados por factores externos tales como la meteorología o el comportamiento de los usuarios.
En España no existen informes actualizados que permitan asegurar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos. Además, las nuevas exigencias de eficiencia energética en iluminación, en los sistemas de climatización y en los propios edificios, así como la progresiva introducción del autoconsumo, alteran significativamente los análisis que originalmente se utilizaban para calcular estos datos.
¿Qué huso horario es mejor?
Dado el debate que suscita la aplicación del cambio de hora entre amplios colectivos sociales, la Comisión Europea llevó a cabo en 2018 una consulta pública en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora.
En base a este resultado, la Comisión propuso finalizar esta práctica y que en marzo de 2019 se produjera el último cambio de hora. La falta de consenso entre los Estados y las evaluaciones de impacto hicieron que Europa retrasase hasta 2021 la posible anulación del cambio horario, dando la posibilidad a los distintos países de optar por permanecer en el horario de invierno o en el de verano, algo que se ha dejado en un cajón con la llegada de la pandemia. el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática publicó este año una orden ministerial en la que establece las fechas de los cambios de hora hasta el domingo 25 de octubre de 2026. España no llegó a decidir a qué huso horario optar.
¿A quién afecta más el cambio de hora?
Las personas mayores y los niños son los dos sectores de la población más afectados por el cambio horario, según constata el doctor Gonzalo Pin, jefe de pediatría y coordinador de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia.
Al respecto, ha señalado que "las consecuencias son transitorias y leves en la población sana" y que nuestro organismo "sólo necesitará 3 ó 4 días para acoplarse a este nuevo horario, aunque son las personas mayores y los niños los que podrían verse más afectados".
Entre estos efectos, se encuentra "la falta de sueño o el no disfrutar de un sueño calidad que puede llegar a tener consecuencias muy negativas en nuestra salud".
Zonas horarias naturales
Hay especialistas que abogan por establecer las zonas horarias naturales de los diferentes países. El doctor Gonzalo Pin explica que el caso de España es especial, ya que su zona horaria recomendada no se corresponde con la estándar al estar igualada desde 1940 a la hora centroeuropea que no se encuentra en nuestro mismo huso horario. "Por tanto, habría que retroceder por última vez en otoño la hora, dejando atrás el UTC+1 que nos acompaña durante todo el invierno y ajustándonos al UTC+0, que es el que corresponde a nuestra situación geográfica", apunta.
"El objetivo", explica el doctor Gonzalo Pin, "es reconciliarnos con la hora ambiental y evitar lo que los científicos llaman la cronodisrupción ya que un horario de verano mantenido en el tiempo es el origen de un déficit crónico de sueño.