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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La protección del pequeño inversor en internet exige coordinación global

CINCO DÍAS

La irrupción de los criptoactivos en los mercados financieros ha pillado con el pie cambiado a buena parte de los Gobiernos y reguladores, que han asistido con fuerte preocupación a un fenómeno que atrae a inversores de todo tipo, tanto profesionales como amateurs, y que cuenta con un alto potencial para la especulación, los fraudes piramidales, la evasión fiscal y el blanqueo de capitales. Al crecimiento de los chiringuitos de inversión y la llegada de las primeras denuncias a los tribunales –en España hay varias causas abiertas– hay que sumar la proliferación de consejos y recomendaciones de famosos sobre productos financieros, y el auge de los fininfluencers en internet. Es el caso de Kim Kardashian, por ejemplo, multada recientemente por la SEC por recomendar una criptomoneda sin advertir de que se trataba de publicidad.

Los reguladores nacionales han hecho distintos intentos de aumentar la protección del pequeño inversor en un mercado cuya principal característica, la ausencia de fronteras y de una regulación coordinada y eficaz, lo ha convertido en una suerte de tierra sin ley. En España, la CNMV y el Banco de España han advertido con frecuencia de los riesgos para los inversores minoristas, además de impulsar normativas específicas sobre blanqueo de capitales y publicidad, a la espera de una regulación europea integral. En ese escenario hay que encuadrar las advertencias que ha realizado la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), que agrupa a 130 supervisores nacionales, sobre la comercialización online de productos financieros y el papel de los fininfluencers. El organismo insta, entre otras medidas, a exigir a las firmas de inversión que dispongan de normas para la venta online que revisen periódicamente, incluidos los elementos de gamificación, con el fin de evitar daños a los consumidores, así como a regular el marketing y la publicidad, tal y como ha ocurrido en España.

Pese al notable esfuerzo por concienciar al pequeño inversor del elevado riesgo de este entorno, los datos que maneja la CNMV sobre la eficacia de las campañas de información no son alentadores. Tanto EEUU como Europa trabajan activamente en sus propias regulaciones integrales del mercado, con el fin de dar respuesta a la flagrante desprotección de unos inversores que cada vez son menos cautos y están también peor informados. Pero el gran reto en este ámbito pasa por dar un paso más y avanzar hacia una normativa internacional que permita supervisar el sector de forma coordinada y proteger con garantías efectivas a los pequeños inversores.

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