Sabadell renuncia a amortizar un 'coco' de 400 millones y abre el camino al resto del sector
La entidad asegura que se reserva la opción de hacerlo en las siguientes ventanas trimestrales La extensión del título obliga a una revisión al alza del cupón, que puede rondar el 9%
Banco Sabadell ha decidido no ejercer la opción de amortización anticipada de un bono contingente convertible de 400 millones y cupón anual del 6,125%, en una decisión motivada por el fuerte aumento del coste de financiación que han traido las alzas de tipos y que será replicada probablemente por otras entidades en los próximos meses. Es de hecho la primera entidad que toma esta decisión desde junio de 2020, en plena pandemia.
La renuncia a amortizar el coco emitido en 2017 ha sido la más atractiva para la entidad desde el punto de vista financiero y de capital, según señalan fuentes de mercado. De haberlo recomprado, Sabadel sufriría un impacto en su ratio de capital en un momento en que el BCE está llamando a la prudencia a las entidades ante el escenario de desaceleración que se avecina. Y la emisión de un coco nuevo exigiría un cupón muy superior. Además, el banco tiene a partir de ahora la opción de recomprarlo de forma anticipada cada trimestre coincidiendo con el pago de cupón. "Seguiremos monitorizando mercado y analizaremos opción de pago en las siguientes ventanas trimestrales", señalan fuentes de la entidad. Sabadell cuenta con una ratio de capital CET 1 fully loaded del 12,48%
Sabadell sí tendrá en todo caso que revisar al alza el cupón que abona a los tenedores de ese coco, que está referenciado al tipo swap a 5 años. El nuevo interés que abonará a partir de ahora tomará como referencia las condiciones de mercado del próximo 23 de noviembre. A causa de las alzas de tipos, y partiendo del swap a 5 años de hoy (3,08%) más el margen inicial del 6,051%, el cupón podría rondar el 9,13%, señalan fuentes de mercado.
La entidad lanzó en 2017 un coco por un importe de 400 millones de euros y un cupón anual del 6,125%. Este tipo de emisiones contribuye a construir el colchón que exige el BCE por el que los bancos han de contar con activos con capacidad de absorber pérdidas. Y los cocos, en el caso de que el nivel de solvencia descienda a determinado nivel, tienen la capacidad de convertirse en acciones, a un nivel por tanto muy cercano al de las acciones.
Los bancos habían encontrado en este tipo de bonos una valiosa herramienta para reforzar sus niveles de capital, aunque a costa de pagar más interés que en otro tipo de emisiones de deuda. Y hasta ahora, la práctica habitual en el sector había sido aprovechar las ventanas de amortización anticipada, que se abren al cabo de cinco años, para recomprar los títulos y emitir un coco nuevo a menor coste.
En 2021 Sabadell llegó a realizar dos emisiones de cocos, una en marzo de ese año de 500 millones al 5,75% y otra en noviembre de 750 millones al 5%. Pero la situación ha cambiado de forma radical y ante la dificultad de refinanciar el coco lanzado en 2017 ante la aproximación de la ventana de amortización anticipada, la entidad ha optado por extenderlo.
Los inversores ya anticipaban esta decisión ante la nueva lógica que impone el mercado. Los cocos son un bono perpetuo, sin fecha de vencimiento, y los inversores están dejando de esperar que los bancos les vayan a recomprar los títulos de forma anticipada. Sí lo aguardaban antes de que el BCE comenzara su repliegue de estímulos. La decisión que tomó Santander en 2019 de no ejercer la call de uno de sus cocos provocó de hecho una sacudida en este mercado. Pero el anuncio hecho el viernes por Sabadell apenas se ha dejado sentir: el coco continúa cotizando con descuento del 10% del nominal.
Deutsche Bank y Lloyd’s también decidieron en abril y junio de 2020 no ejercer la opción call de amortización de sus cocos, en aquella ocasión ante la situación de mercado impuesta por la pandemia.