España debe invertir 85.000 millones al año para descarbonizarse en 2050
Los expertos consideran que se debe apostar por el hidrógeno verde, la electrificación y los biocombustibles
Empresas y Gobiernos de toda Europa coinciden en que ni siquiera el temor a un recrudecimiento del conflicto bélico en Ucrania o la posible entrada en recesión de las grandes economías deben paralizar los proyectos para conseguir la neutralidad climática.
Es más, la tendencia debería ser acelerar ese proceso. Así lo pone de manifiesto un informe elaborado por McKinsey & Company en el que bajo el título España cero neto: el polo de descarbonización de Europa se presenta un escenario alternativo en el que España podría reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero en las tres próximas décadas y convertirse en uno de los líderes globales de la economía descarbonizada.
¿Qué debe hacer para conseguirlo? El informe pone cifras y establece numerosas recomendaciones. En una de sus conclusiones estima que con una inversión de 85.000 millones al año en tecnologías limpias o verdes España podría alcanzar el hito de las cero emisiones netas en 2045 y llegar a emisiones negativas en 2050. De esta manera, la inversión de capital acumulada sería de 2,5 billones de euros, lo que equivaldría al 6,2% del PIB promedio hasta 2050.
El estudio pone en valor la riqueza de los recursos naturales y tecnológicos con los que cuenta España para hacer frente a estos desafíos. “Los recursos solares y la penetración de la energía eólica, que conjuntamente presentan un inmenso potencial para el desarrollo del hidrógeno verde, así como la robusta infraestructura de transporte de gas natural que podría ser utilizado para transportar hidrógeno, y el potencial con el que cuenta España para aumentar las absorciones de CO2 a través de técnicas como la reforestación, son factores que presentan una oportunidad para España”, sostiene McKinsey en su análisis.
En opinión de los expertos, la economía española debería aprovechar además el hecho de que será el segundo país con mayor asignación de fondos de ayuda de la Unión Europea, solo por detrás de Italia.
El estudio indica que transporte e industria representan más del 65% de las emisiones netas en España, posicionándose como sectores clave para alcanzar la neutralidad climática en 2045. Por ello, la electrificación, el hidrógeno verde y los biocombustibles serán las tres principales áreas de las que dependerá la transición energética en este horizonte temporal.
En el caso del transporte, que produce casi un tercio de las emisiones, podría llegar a reducir sus emisiones un 50% en 2030 y un 100% en 2050 gracias, sobre todo, a la adopcion de los vehículos eléctricos y los biocombustibles. El informe recomienda que este sector debería recibir casi dos tercios de la inversión total planteada.
La industria acapara otro tercio de las emisiones y podría protagonizar una reducción de las mismas de hasta el 85% en 2050, incluso pese a las elevadas temperaturas que requieren algunos de sus procesos de producción. Las mayores oportunidades estratégicas de impacto directo sobre la competitividad y sostenibilidad de la industria deberían venir de segmentos como el acero, el cemento, la química o la petroquímica. En ellos, el hidrógeno, los biocombustibles e incluso la captura de carbono jugarán un papel clave en la transformación y reindustrialización del país.
La electrificación de la economía es otra de las herramientas clave para la transición, en la medida que la generación eléctrica se realice por fuentes renovables. El escenario de McKinsey a 2050 estima una duplicación de la generación eléctrica, que hoy es responsable del 14% de las emisiones brutas. Este sector debería recibir entre un 15% y un 20% de la inversión para lograr una reducción del 100% de los gases de efecto invernadero para 2050.
Beneficios de la transformación
Lograr la descarbonización tendrá, además, un impacto directo y sustancial en la economía, sosteniendo más de 1,1 millones de puestos de trabajo en promedio hasta 2050, lo que supone 200.000 puestos más que con las políticas de descarbonización actuales.
De ahí que los expertos reclamen intensificar la electrificación de la economía. España ha logrado una reducción del 32% de las emisiones entre 2007 y 2019, en comparación con el 20% en el resto de Europa, principalmente motivada por la inversión en capacidad de generación eléctrica renovable. Concluye el informe que para lograr el éxito, se deberá asegurar que los recursos, tecnologías y cadenas de suministro están disponibles a escala y que los sectores público y privado avanzan de manera constante.