Credit Suisse ve posible que la negativa del BCE al impuesto a la banca provoque su eliminación
Calcula un impacto de 1.099 millones por el gravamen en los resultados de este año de Santander, BBVA y CaixaBank
La idea de que el Gobierno termine por echarse atrás en el impuesto a la banca española ante la posible objeción del BCE está empezando a calar entre los analistas. En un informe publicado hoy, Credit Suisse señala que “la resistencia del BCE” da esperanza a la banca española, a pesar de que la institución no se haya pronunciado de forma específica todavía, y añade que ello podría resultar en la “disolución” de la propuesta del Ejecutivo español.
El BCE, cuya opinión al respecto del gravamen a la banca no es vinculante, ha recordado estos días cuál es su posición respecto a los impuestos al sector financiero, sin aludir directamente a la tasa española. Considera que cualquier gravamen al sector debe evitar consecuencias negativas sobre la financiación a pymes y particulares, la concesión de crédito y sobre la solvencia de las entidades financieras.
Credit Suisse destaca la recomendación del banco central de analizar las posibles consecuencias negativas de introducir impuestos a la banca con fines presupuestarios y recuerda que el detalle sobre el gravamen español, que ha superado su primera tramitación parlamentaria, está a la espera de concretarse y sujeto a posibles cambios.
El propósito del Gobierno es que el impuesto a la banca, sobre el 4,8% de sus ingresos y comisiones en 2023 y 2024, tenga efectos recaudatorios ya en 2022. Credit Suisse calcula que ello tendrá un impacto de 1.099 millones de euros en los beneficios de Santander, BBVA y CaixaBank en 2022 y de 1.219 millones en 2023. De estos tres bancos, el más prejudicado sería CaixaBank, con 479 millones este año y 599 millones el próximo.
En términos generales, Credit Suisse estima que el coste medio de los gravámenes bancarios para las entidades financieras europeas será del 10% de los beneficios antes de impuestos de 2022 y de otro 10% en 2023, un porcentaje que incluye no solo el efecto de gravámenes como el que ha anunciado el Gobierno español sino otras tasas ya habituales como la aportación al Fondo de Garantía de Depósitos o al Fondo Único de Resolución europeo.
Solo España y Hungría tienen impuestos específicos para la banca, mientras que Francia ha topado las tarifas bancarias, Bélgica estableció aportaciones adicionales al Fondo de Garantía de Depósitos y Suecia cuenta con un "impuesto de riesgo" para entidades de crédito que grava el 0,05% de los pasivos.
Los analistas de Credit Suisse esperan un nuevo anuncio por parte de la República Checa próximamente, aunque de momento descartan nuevas medidas en Reino Unido, Alemania, Países Bajos o Italia.